¿Puede el método científico estar relacionado con la baraja del Tarot?
Un hombre de ciencia, como es Guglielmo Foffani, demuestra la relación que hay entre los pasos del método científico y los arcanos mayores del Tarot
Cuando Santiago Ramón y Cajal presenta su teoría neuronal y rompe con el reticularismo propuesto por Camilo Golgi, lo que en realidad hace Cajal no es otra cosa que tomar el camino que le indica la mente creativa, penetrando con fuerza en la incertidumbre para conectar hipótesis sin salirse del método científico. Dicho de otra manera: lo que estaba haciendo Cajal era interpretar el juego de símbolos que contempla la ciencia cuando se trata de definir el mundo.
La mente irracional, la que usa el mismo lenguaje de la mitología, se pone en acción a cada paso del método científico. Por eso, encontramos cierta conexión entre los arcanos del Tarot y cada etapa de dicho método. El encargado de mostrarnos tan curioso encaje es un hombre de ciencia. Se llama Guglielmo Foffani (Milán 1977) y es doctor en bioingeniería con más de un centenar de artículos científicos publicados. En su libro, Tarot y ciencia (Bauplan) nos cuenta, de manera instructiva, el “improbable paralelismo mitológico” que se viene a dar entre la ciencia y los arcanos mayores del Tarot.
Lejos del esoterismo, Foffani nos enseña cómo cada combinación de cartas se identifica con aspectos generales de la materia, revelándonos la “resonancia simbólica” de la citada materia. La profundidad que tiene este trabajo, en poco más de cien páginas, es todo un ejemplo de cómo un texto de divulgación científica traspasa el tejido de la mente analítica para mirarse en el “espejo holográfico del inconsciente” y ponerse a bailar con nuestro lado más creativo.
Así, en la primera carta, la de El Mago, aparece una figura que nos muestra los instrumentos que le van a valer para sus trucos, y es aquí donde entra en juego Camilo Golgi quien, retomando la idea del retículo terminal y mejorándola, se la deja sobre la mesa a Ramón y Cajal, que la recoge, identificándose con la carta que representa La Fuerza y que supone un nuevo camino, basado en una profunda intuición.
Así, Cajal describe las ramificaciones nerviosas y sus terminales como un circuito donde nada aparece disperso, sino que todo está íntimamente conectado por células individuales, llamadas neuronas, separadas unas de otras. A nivel celular, nos recuerda Foffani, la base de comunicación señalada por Cajal es lo que en ciencia se denomina un proceso “a umbral”. Dicho proceso también puede darse en la dimensión arquetípica y lo pone en marcha la carta segunda, representada por La Suma Sacerdotisa, llevándolo a cabo con los instrumentos de El Mago.
El resultado de la jugada es “el estallido creativo” de La Emperatriz, representada en la carta número tres. De esta manera, Foffani va tejiendo una red de conexiones entre las distintas figuras, siguiendo los pasos de un método racional que lleva la creatividad de La Emperatriz hasta su dimensión más elevada con ayuda del arcano sin nombre.
Carta a carta, figura a figura, Foffani va siguiendo los pasos del método científico, ejecutando una danza particular donde el Tarot invita a comprender ciertos aspectos de la ciencia para después mostrarnos su juego. Un trabajo singular y muy curioso.