La ESA impulsa un servicio con una nave de carga que una la Tierra, la ISS y la Luna
El director de la Agencia Espacial Europea desafía a los gobiernos y las empresas privadas a desarrollar en cinco años una astronave capaz de llevar y traer productos
El director general de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), el austriaco Josef Aschbacher, ha desafiado este lunes a los países miembros, cuyos ministros se reúnen en una cumbre en Sevilla, a desarrollar en los próximos cinco años una nave de carga con capacidad para transportar bienes al ...
El director general de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), el austriaco Josef Aschbacher, ha desafiado este lunes a los países miembros, cuyos ministros se reúnen en una cumbre en Sevilla, a desarrollar en los próximos cinco años una nave de carga con capacidad para transportar bienes al espacio y traer materiales del exterior. La ESA sería el operador de un servicio que contaría con financiación pública (75 millones de euros) y privada y que pretende ser, junto a la superación de los retrasos del cohete Ariane 6 y el desarrollo del Vega C, un lanzador de 35 metros y 210 toneladas, las puntas de lanza de un programa estratégico para garantizar la soberanía europea en la explotación y exploración del espacio. El horizonte en la próxima década es convertir Europa en el centro logístico de la Luna y la propuesta ha sido aceptada.
Aschbacher ha alertado de que Europa no puede perder más trenes: “La economía espacial está creciendo. No participar en esto sería, en mi opinión, estratégicamente muy difícil de justificar. Hace dos décadas, Europa no estaba lejos de Estados Unidos o Japón en patentes y capacidad intelectual. Hoy, las mayores empresas de tecnología no están en Europa. Algunas están en Estados Unidos y otras en China. Hemos perdido el tren. La tecnología cuántica es un ejemplo similar en el que ahora estamos tratando de ponernos al día”.
Con esta premisa, Aschbacher ha propuesto despertar a la industria europea “para ofrecer un servicio de carga espacial” con capacidad de llevar bienes y volver a la tierra. “Esto requiere capacidad de transporte, acoplamiento y reentrada, algo que Europa no posee hoy en día. El vehículo de servicio podría evolucionar más tarde y aspirar y servir a otros destinos”, ha explicado para referirse a la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) y las futuras bases de la Luna como principales destinos del nuevo servicio.
El plan requiere de participación pública y privada y la ESA, como operador, seleccionaría las empresas adjudicatarias de la misión. Según el director general de la Agencia, la justificación se encuentra en que cada 50.000 millones de euros invertidos en exploración espacial se multiplican por tres.
El danés Andreas Mongensen, actual comandante de la ISS, ha intervenido por videoconferencia en la cumbre desde el espacio y ha apelado a la responsabilidad de Europa y Estados Unidos en el desarrollo de futuras misiones, entre las que ha mencionado Artemis, el programa para volver a llevar astronautas a la Luna.
“Una de las cosas de las que nos damos cuenta como astronautas tan pronto como nos lanzamos al espacio es que la Tierra es única. No hay absolutamente nada igual cerca de nosotros en esta inmensidad del espacio que nos rodea y, rápidamente, te das cuenta de que la tierra es nuestro único hogar y tenemos que protegerlo. Si la dañamos, si la hacemos inhabitable, no hay otra opción para nosotros”, ha afirmado para defender la exploración espacial y uno de los ejes de la misma: la sostenibilidad.
Mongensen también ha defendido el interés comercial por el espacio y ha destacado avances como la impresión en 3D con metales para la fabricación de componentes fuera de la Tierra. Del mismo modo, ha defendido el programa de desarrollar un carguero espacial. “Necesitamos enviar material al espacio y devolver productos a la Tierra. Es algo muy importante si queremos participar en esta nueva industria comercial que se está desarrollando”, ha argumentado.
El astronauta, en línea con el director de la ESA, ha destacado los avances de China y la India y ha retado a los países de la Agencia: “Tengo mucha curiosidad por saber cómo Europa responderá a esto”.
Aschbacher ha aprovechado la intervención de Mongensen para centrar las líneas de la cumbre de Sevilla: “El primero es el cambio climático, la sostenibilidad; el segundo es el transporte espacial; y el tercero, la exploración”. “Estos temas están interconectados más que nunca. El espacio es crucial para que podamos abordar los desafíos globales y fundamental para la soberanía de Europa”, ha insistido.
La ministra española de Ciencia e Innovación en funciones, Diana Morant, ha situado a España en la línea de garantizar la soberanía espacial europea y ha defendido la necesidad de mantener el compromiso financiero. “Invertir en el espacio es aumentar la autonomía estratégica de nuestro país y garantizar también nuestro estado del bienestar”. “La industria espacial es futuro y es estratégica; contribuye a transformar nuestra economía y a crear mejores oportunidades laborales”, ha concluido. El plan estratégico español (Perte aeroespacial) pretende movilizar 5.000 millones de euros. La Agencia Espacial Española, con sede en Sevilla, cuenta con un presupuesto que supera los 700 millones de euros para 2023. Los ministros han apoyado las líneas generales expresadas por Aschbacher, a pesar de las diferencias existentes entre Francia, Alemania e Italia sobre la política de lanzamientos y la financiación.
Francia, sede del fabricante Ariane Group, quiere fondos adicionales para ayudar a absorber los sobrecostos de un programa, estimados en 350 millones de euros, y el retraso de más de cuatro años que acumula. Aschbacher se ha comprometido a fijar antes de final de año una fecha de lanzamiento del Ariane 6.
Alemania, por su parte, es reticente a asumir la mayor carga financiera y apuesta por desarrollar programas propios. Mientras, Italia quiere garantizar el proyecto del lanzador Vega C, cuyo desarrollo beneficia directamente a este país.
Acuerdos
Las reticencias alemanas han sido vencidas por la filosofía del programa. Los 75 millones de euros se han concebido para “desbloquear” la financiación privada, que será la que aporte la mayoría del coste mediante concursos competitivos. “Empezaremos a trabajar mañana”, ha asegurado Aschbacher. En 2028 se prevé el primer lanzamiento.
Los 22 países miembros de la ESA han acordado también apoyar el Pacto Verde (Green Deal) para el desarrollo de una industria sostenible no solo en el lanzamiento de satélites sino también en la utilización de los mismos y de toda la tecnología espacial en la descarbonización del planeta.
Otro de los acuerdos ha sido “llevar el Ariane 6 a la plataforma de lanzamiento lo más rápido posible”. Las pruebas previas de los dos últimos meses han sido satisfactorias y se prevé un ensayo completo a finales de mes. El director de la ESA ha asegurado que tienen 15 lanzamientos garantizados.
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