Hallan en Transilvania una nueva especie de dinosaurio enano herbívoro que vivió hace 70 millones de años
Los huesos hallados brindan una nueva visión de la evolución de la fauna europea poco antes de la extinción de los dinosaurios
A la tenebrosa leyenda del conde Drácula, un sádico personaje histórico conocido como Vlad El Empalador que inspiró a Bram Stoker para crear el vampiro más famoso de todos los tiempos, le ha surgido un musculoso rival como atractivo. Un equipo internacional de paleontólogos ha descubierto una nueva especie de dinosaurio enano en el actual territorio del ...
A la tenebrosa leyenda del conde Drácula, un sádico personaje histórico conocido como Vlad El Empalador que inspiró a Bram Stoker para crear el vampiro más famoso de todos los tiempos, le ha surgido un musculoso rival como atractivo. Un equipo internacional de paleontólogos ha descubierto una nueva especie de dinosaurio enano en el actual territorio del Geoparque Internacional de Țara Hațegului (El país de Hațeg), ubicado al suroeste de la región rumana de Transilvania. Este dinosaurio herbívoro ha sido bautizado como Transylvanosaurus platycephalus, que significa “reptil de Transilvania de cabeza plana”, y habría habitado en el periodo Cretácico hace más de 70 millones de años, según informó a finales de la pasada semana la Universidad de Bucarest. Con este hallazgo, la cuenca de Hațeg, se ha convertido en los últimos años en un importante epicentro de descubrimientos de vertebrados del Cretácico superior en Europa, donde se han llegado a identificar hasta diez especies de dinosaurios.
Los huesos hallados, partes del cráneo de Transylvanosaurus, brindan una nueva visión de la evolución de la fauna europea poco antes de la extinción de los dinosaurios, hace 66 millones de años. Previamente desconocida, esta especie de dinosaurio presentaba unos dos metros de largo, caminaba sobre dos patas y pertenecía a la familia Rhabdodontidae. Su cuerpo era pequeño, como en el caso de otros vertebrados descubiertos en esta zona, ya conocidos como “dinosaurios enanos”. “Los recursos alimentarios limitados que estaban disponibles en estas partes de Europa en ese momento llevaron a una reducción en el tamaño corporal de estos animales”, explica el paleontólogo Felix Augustin, de la Universidad alemana de Tübingen, encargado de la investigación. El descubrimiento fue publicado recientemente en la revista Journal of Vertebrate Paleontology.
A lo largo de la mayor parte del Cretácico, que se extendió entre hace 145 y 66 millones de años, Europa fue un archipiélago tropical. Transylvanosaurus vivió en una de las muchas islas del archipiélago —una de ellas era la de Hațeg, ubicada en el desaparecido Mar de Tetis—, junto con otros dinosaurios enanos, cocodrilos, tortugas y pterosaurios. “Con cada especie recién descubierta, desmentimos la hipótesis ampliamente sostenida de que la fauna del Cretácico tardío habría tenido una baja diversidad en el territorio europeo actual”, señala Augustin. Durante el Cretácico superior, Rhabdodontidae figuró entre el grupo mejor representado de herbívoros europeos de tamaño pequeño y mediano. Especies relacionadas encontradas anteriormente en Hațeg, como Zalmoxes, tenían cráneos mucho menos aplanados que Transylvanosaurus.
La identificación taxonómica se realizó a partir de unos fósiles de no más de 12 centímetros -la parte posterior del cráneo, con el agujero occipital, y los dos huesos frontales. “En el interior del hueso frontal incluso pudimos distinguir el contorno del cerebro de Transylvanosaurus”, revela el paleontólogo Dylan Bastiaans de la Universidad de Zúrich. Zoltán Csiki-Sava, profesor de la Facultad de Geología de la Universidad de Bucarest y su equipo descubrieron los huesos del cráneo de Transylvanosaurusplatycephalus en 2007 en el lecho de un río de Țara Hațegului. “Esta diversidad es algo inusual. En la mayoría de los casos, los descubrimientos en Hațeg consisten en solo unos pocos huesos, pero incluso estos a veces pueden proporcionar información sorprendente, como es el caso con Transylvanosaurus ahora”, afirma Csiki-Sava.
Enanismo isleño
Sin embargo, este descubrimiento ha sorprendido a los investigadores, puesto que los parientes más cercanos del nuevo dinosaurio habitaban en lo que hoy en día es Francia, lo que plantea la pregunta: ¿cómo llegó el Transylvanosaurus a poblar la “Isla de los Dinosaurios Enanos” que entonces cubría el territorio de Transilvania? Según explicaron sus descubridores, habría varias opciones.
Los fósiles más antiguos atribuidos al grupo Rhabdodontidae provienen de la Europa oriental. A partir de ahí, estos animales podrían haberse expandido hacia el oeste y, más tarde, ciertas especies habrían vuelto al territorio actual de Țara Hațegului. Según conjeturan los expertos, las fluctuaciones en el nivel del mar y los procesos tectónicos conllevaron la creación de puentes terrestres temporales entre las distintas islas, lo que permitió que los dinosaurios se desplazaron y extendieron a otros lugares. Incluso, se supone que casi todos los dinosaurios, entre ellos el Transylvanosaurus, podían nadar hasta cierto punto. “Tenían patas y colas fuertes. La mayoría de las especies, especialmente los reptiles, pueden nadar desde el momento en que nacen”, precisa Augustin. Un escenario alternativo considera que ciertos grupos de Rhabdodontidae se desarrollaron en paralelo en la Europa oriental y occidental. En cambio, los científicos siguen sin poder determinar exactamente cómo llegó esta especie a Transilvania. “Actualmente, tenemos muy pocos datos disponibles para responder a esta pregunta”, indica Augustin.
Los fósiles de Transylvanosaurus habrían sobrevivido durante decenas de millones de años, puesto que se hallaban protegidos por los sedimentos del antiguo lecho de un río, hasta que las aguas de otro fluvial moderno los llevaron de regreso al exterior. “Si el esqueleto del dinosaurio simplemente hubiera estado expuesto a la superficie, en lugar de estar parcialmente enterrado por los sedimentos del río, las condiciones climáticas y los carroñeros habrían destruido todos sus restos a un ritmo rápido, y nunca hubiéramos sabido de la existencia de esta especie”, asegura Agustín.
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