Carmen Le Foulon: “Jara tiene en contra algo que no tenía Boric: viene de un Gobierno con muy baja aprobación”
La académica de la Universidad Adolfo Ibáñez desmenuza los resultados de las elecciones chilenas
Conocidos los resultados de las presidenciales, y con el nuevo Congreso ya delineado, Carmen Le Foulon (Santiago, 49 años) se anima a examinar la escena que dejaron los primeros comicios de ese tipo con voto obligatorio e inscripción automática en los registros electorales. Y en particular el resultado más llamativo: el tercer lugar del economista Franco Parisi, tras Jeannette Jara y José Antonio Kast.
“Yo creo que a todos nos tomó un poco por sorpresa la fortaleza de Parisi, sobre todo en las regiones del sur de Chile. En el norte siempre le ha ido bien”, agrega la docente de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez. “Pero ahora subió casi ocho puntos en la Araucanía. Apunta a un porcentaje menos ideológico de los votantes con un mensaje bien claro, bien concreto y que tuvo esto del ‘ni facho ni comunacho’, que era su core, y muy fuerte contra la inmigración y pro seguridad”.
Pregunta. Regresó ahora la pregunta de 2021: ¿Para dónde se van los votos de Parisi? Y están los diputados del Partido de la Gente (PDG), que en el periodo anterior se desvanecieron.
Respuesta. Hay una gran pregunta: ¿qué va a pasar con esos diputados? Si vemos la trayectoria que tuvieron los diputados en el periodo anterior, no queda ninguno del PDG: la mayoría se cambió a la centroderecha, o la derecha. Hay que ver qué pasa con ellos. Ahora, si uno analiza el mensaje de Parisi, sobre todo en las campañas -que no somos de los extremos, que estamos acá por la gente, que estamos por la seguridad y contra la inmigración (tenía esta idea de poner minas en el norte)-, es un discurso más cercano al votante de Kast que al de Jara.
P. ¿A favor de quién juega ahora el persistente discurso antiélite de Parisi?
R. Esa es la veta más populista, la del “somos del pueblo contra una élite”. Es una veta que cultivó mucho más Jeannette Jara, que tiene una trayectoria de vida de clase media-baja, de [la comuna santiaguina de] Conchalí, y ella explotó mucho esa trayectoria de vida. Pero el discurso no fue convincente, porque ella forma parte del gobierno de continuidad, y ahora le fue peor que a su coalición. Que es lo mismo que le pasó a Evelyn Matthei.
P. Nadie previó que Matthei llegaría quinta.
R. Son malos resultados. Y su coalición [Chile Vamos], si bien tiene cerca de diez puntos más en el Congreso, salen bastante perjudicados. Por su parte, los republicanos más que duplicaron su número de diputados.
P. Cambio por Chile [la coalición que reúne a republicanos, socialcristianos y nacional-libertarios] obtuvo 42 diputados, versus 34 de Chile Vamos.
R. Y no hay que olvidar que en Cambio por Chile el partido grande es el Republicano, que puede decir que es efectivamente el partido más grande de la Cámara. Además, probablemente se comporten mucho más alineados, lo que les da aún más fuerza. Porque el problema en la Cámara no es solo que haya muchos partidos, sino que hay mucho discolaje dentro de los partidos. El Partido Republicano probablemente será mucho más disciplinado, que era un poco lo que tenía la UDI al principio: un partido mucho más programático, mucho más disciplinado, lo que le va a facilitar la tarea a Kast si gana en la segunda vuelta.
P. ¿Visualiza un Congreso relativamente favorable para Kast?
R. El mayor peligro que enfrentan es caer en lo que les pasó para el Consejo Constitucional: que olviden el mandato de que este es un gobierno de emergencia centrado en la delincuencia y en el crecimiento, y que teniendo este resultado tan contundente intenten avanzar en otros temas, como los valóricos, en los cuales no tienen apoyo, y ahí se les enrede. Hay un potencial riesgo de malentender un mandato. Pero en la medida en que se acerquen más a Chile Vamos tienen ya una mayoría importante.
P. Quedaron a dos asientos de la mayoría absoluta
R. Quien va a jugar un rol importante es el Partido de la Gente [que eligió 14 diputados]. Sumado a los pactos de derecha, harían 90 diputados y lograrían los cuatro séptimos. Pero el PDG muchas veces se ha negado a definir ciertos lineamientos programáticos fuertes. Pero Parisi acaba de decir que el PDG no le debe favores a nadie. Y hoy está en una posición muchísimo más fuerte y lo viene a futuro es el rol que va a jugar. Porque él no jugó ningún rol en el periodo anterior, entre muchas otras razones porque no estaba mucho en Chile. Pero distinto es si él se asume como líder de un partido y actúa como tal, estando en Chile y participando en los debates.
P. ¿En qué posición queda la derecha de Chile Vamos?
R. Es algo que se debe mirar en un período más largo. La vez pasada les fue mal con Sebastián Sichel pero tuvieron un mejor desempeño en las parlamentarias, aunque con Matthei tuvieron un desempeño bastante magro, no están desaparecidos ni desvanecidos. Siguen teniendo un rol importante, y yo creo que la dificultad que van a tener en un eventual Gobierno de Kast es justamente mantener su identidad para no ser absorbidos por Republicanos en cuanto a la marca-partido. Porque van a tener que aprobar medidas altamente populares en términos de crecimiento, delincuencia, etc., pero tendrán que mantener una identidad que les permita subsistir, y que no les pase lo que le pasó al Socialismo Democrático durante el Gobierno de Boric.
P. En su discurso tras conocerse los resultados, Jeannette Jara planteó la segunda vuelta como un enfrentamiento entre ultraderecha y progresismo. ¿Qué margen de crecimiento puede darle plantear las cosas en esos términos?
R. La estrategia que requiere Jeannette Jara pasa por posicionar el eje en los mismos términos que los de Boric contra Kast [en las presidenciales de 2021], como una pelea contra la extrema derecha, por los derechos de las mujeres. La pregunta es cuánto va a lograr posicionar eso, considerando que ella tiene además en contra algo que no tenía en contra Boric: es la incumbente de un Gobierno que tiene una muy baja aprobación.