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El rebrote del Jardín Botánico de Viña del Mar, a un año del megaincendio en Chile

El 2 febrero de 2024, a causa de las llamas, murieron cuatro personas dentro del parque y, de las 400 hectáreas del lugar, se quemaron 360 en 45 minutos. Hoy, un 80% de las plantas afectadas ha vuelto a echar raíces

El Jardín Botánico de Viña del Mar
El Jardín Botánico de Viña del Mar, en Chile.JARDÍN BOTÁNICO
María Victoria Agouborde

Este 2 de febrero se cumple un año desde que comenzó el megaincendio en la región de Valparaíso, en la zona central de Chile, que dejó un saldo de 136 víctimas fatales y que fue calificado por el presidente Gabriel Boric como “la tragedia más grande” en el país sudamericano desde el terremoto y tsunami de 2010. Como autores de la catástrofe, la Fiscalía investiga a siete funcionarios, que eran parte Bomberos de Chile y de instituciones estatales para el combate de los fuegos, quienes se encuentran en prisión preventiva. Uno de los lugares afectados por las llamas fue el Jardín Botánico de Viña del Mar, donde murieron cuatro personas –entre ellas, dos niños— y se quemaron 360 de las 400 hectáreas que lo conforman. A 11 meses del paso de las llamas, la flora del lugar ha demostrado ser resiliente y ha rebrotado un 80% de las plantas que se quemaron, asegura Alejandro Peirano, ingeniero agrónomo y director del parque.

Apenas se entra a la zona central del Jardín Botánico, que reabrió sus puertas en mayo del año pasado, el visitante es recibido por praderas verdes, rodeadas de árboles con grandes follajes. Ante esa escena, Peirano asegura que muchas personas quedan sorprendidas: “Todavía hay gente que llega y dice: ‘yo pensé que estaba todo quemado’”. Y es que, el incendio, que comenzó en torno a las 18.00 horas del viernes 2 de febrero de 2024, consumió en solo 45 minutos el 90% del área del parque.

El panorama al día siguiente era como “si hubiera caído una bomba atómica”, dice Adriana Arancibia, ingeniera agrónoma y jefa del área de horticultura del parque. Además, señala que los funcionarios del jardín estaban “angustiados” y proyectaban que la recuperación iba a ser muy lenta. Sin embargo, esa visión cambió cuando empezaron las primeras lluvias de la temporada en abril. “Lo primero que rebrotó fueron las pataguas, un árbol nativo de Chile. Al principio eran unos palos negros, horribles y yo no daba un peso por ellos”, cuenta. Y agrega que las lluvias más fuertes que llegaron con el invierno fueron las que “permitieron que emergieran las raíces que estaban más profundas en la tierra”.

El área dañada del Jardín Botánico de Viña del Mar, después del incendio, el 11 de diciembre de 2024.
El área dañada del Jardín Botánico de Viña del Mar, después del incendio, el 11 de diciembre de 2024. Cristobal Venegas

La cicatriz del incendio, sin embargo, aún es perceptible en las laderas del jardín, donde principalmente yacen bosques quemados de eucaliptos, un árbol foráneo ampliamente usado en la industria forestal. Pero, en esas hectáreas que lucen devastadas, también la flora nativa ha vuelto a echar raíces y árboles como los quillayes, peumos, litres, boldos, maitenes, colliguayes, palmas chilenas y quebrachos, han mostrado su resiliencia antes los efectos del fuego.

Alejandro Peirano explica que estos árboles nativos del clima mediterráneo de la zona central de Chile son del tipo esclerófilo, es decir, es una vegetación que presenta hojas duras y tienen estructuras de reserva de agua. “Estas características hacen resistentes a los árboles a la sequía y las condiciones de calor y también son fundamentales para enfrentar los incendios forestales”, explica.

Adriana Arancibia agrega que este tipo de paisaje mediterráneo también está presente en España, Italia, Sudáfrica y Australia. “En el contexto del cambio climático es muy esperanzador tener estas combinaciones de especies”, dice. Además, la agrónoma explica que es necesario comprender los incendios como un fenómeno que será recurrente: “El jardín se quemaba cada cinco años, después cada tres años y ahora se está quemando casi cada 14 meses. Entonces, tenemos que convivir con los incendios, pues llegaron para quedarse”, asegura. En ese panorama que se enfrenta a nivel global, un grupo de expertos del Cuerpo de Bomberos del Estado de California y el Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California (CAL FIRE), en el marco de una visita organizada por Chile California Council, recorrieron el Jardín Botánico de Viña Mar en diciembre de 2024 e intercambiaron conocimientos para la prevención del fuego.

Como una medida de reparación del megaincendio de febrero pasado, también en distintos sectores del parque se han plantado alrededor de 5.000 árboles. El director del Jardín Botánico de Viña del Mar señala que esta reforestación también ha sido a partir de flora nativa. “Estamos poniendo árboles del bosque esclerófilo, que han estado por miles de años en esta zona. No hay que poner especies exóticas”, explica.

El Jardín Botánico de Viña del Mar, después del incendio.
El Jardín Botánico de Viña del Mar, después del incendio. Cristobal Venegas

A pesar de que el parque está abierto desde mayo, Alejandro Peirano dice que ha sido un desafío animar a las personas a visitar el parque que, desde el 17 de diciembre, también ha vuelto a abrir la cafetería, que había quedado totalmente destruida tras el incendio. “En la pandemia tuvimos un golpe tremendo, pero cuando liberaron las salidas a áreas públicas, la gente volvió desesperada al Jardín botánico. Pero, en este caso, tuvimos que cautivar de nuevo a la gente para decirles que se ha recuperado” e indica que los números han mejorado con el pasar de los meses y que los fines de semana de diciembre de 2024, recibieron alrededor de 7.000 visitantes.

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