El porfiado español que le ganó a Jeff Bezos

Lo más extraño de la serie El Presidente, que abordaba la arista sudamericana del escándalo de platas sucias de la FIFA y la Confederación, era que los protagonistas chilenos estuvieron representados por actores extranjeros y los dirigentes internacionales por actores chilenos, lo que produjo una confusión de modismos y acentos difíciles de asimilar.

La producción de Fábula (de los hermanos chilenos Pablo y Juan de Dios Larraín), Gaumont y Kapow para Amazon Prime Video, tenía a Julio Grondona como narrador omnisciente y a Sergio Jadue —expresidente de la Federación chilena y devenido en soplón del FBI— como protagonista, interpretado por el colombiano Andrés Parra, célebre anteriormente por su rol de Pablo Escobar.

Fue, sin embargo, el español Jorge Segovia —un secundario sin estridencias en la ficción, encarnado por el chileno Daniel Muñoz— quien se hizo cargo de la gran batalla contra Amazon y Jeff Bezos, obteniendo una gran victoria a más de cuatro años del estreno. El propietario del imperio educacional SEK entabló un juicio ante la Corte Superior de Irlanda —uno de los domicilios fiscales de Prime Video— logrando una indemnización estimada en un millón de dólares y la eliminación de la serie de la plataforma. La cadena televisiva no admitió responsabilidades en el acuerdo extrajudicial, pero asumió los elevados costes judiciales en Dublín.

Jorge Segovia sigue siendo el propietario de la Unión Española, aunque reside desde hace más de una década en España. Sus visitas a Santiago son esporádicas, sobre todo porque el equipo no ha tenido grandes actuaciones. Su proyecto de remodelación para el estadio Santa Laura sigue trabado por la denegación de permisos municipales y el juicio en contra de la casa de estudios por irregularidades en el proceso de acreditación quedaron en el pasado.

No así el encono del dirigente hispano en contra de sus pares en la Federación de fútbol. Tras ganar la más reñida de las elecciones en el 2010, Segovia no pudo asumir por problemas reglamentarios, por lo que escogió a un desconocido dirigente provinciano como su candidato. Sergio Jadue asumió debiendo reemplazar a Marcelo Bielsa —quien renunció y se marchó aceleradamente por la desconfianza que le generaban los nuevos directivos— y con el paso del tiempo ingresó a la maquinaria de defraudación, malversación y corruptela de la poderosa Conmebol. Cuando devino la razzia de la fiscalía estadounidense que encarceló a Nicolás Leoz, Luis Bedoya, Rafael Esquivel, Figueredo, Marín y sepultó la imagen de Julio Grondona, recientemente fallecido, Segovia ya se había distanciado de Jadue, quien se entregó a la justicia en Miami en el rol de delator y testigo.

La serie El Presidente fue producida por Armando Bo, nieto del célebre actor y director argentino que popularizó varias de las películas precursoras del balompié en pantalla, como Pelota de trapo, El hijo del crack o Sacachispas. Ahora, con la corrupción instalada en las canchas del continente, Bo, junto a los Larraín, desafiaron la ira de Segovia, que vio el terreno fértil para mostrar su poder, su rencor y su sed de venganza.

“David vence a Goliat. Nunca hay que rendirse ante la difamación y la mentira”, escribió Segovia en sus redes sociales, haciendo alarde de su victoria. Mientras tanto Jadue sigue en Miami esperando una sentencia que jamás llegará, a juicio de los entendidos, amparado en la protección del FBI. Luis Bedoya, Rafael Esquivel, Eugenio Figueredo y otros sentenciados por la justicia quedaron inhabilitados de por vida para ejercer cargos públicos, y perdieron gran parte de su patrimonio personal.

Ahora que acaba de ganar la batalla contra un gigante, Segovia se apunta otra victoria indirecta. La precuela de la serie, que narraría el ascenso y caída de Joao Havelange, ya no figura en los informes de preproducción. Estados Unidos, tras el escándalo, se convirtió en el principal socio de la FIFA, organizando Copa América, Mundial y Mundial de Clubes. Y a nadie le importa hurgar en la corrupción pasada. Menos ahora que Segovia le ganó la mano a Jeff Bezos.