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Boric llama a consultas a su embajador en Caracas después de que el Gobierno de Maduro negara la existencia del Tren de Aragua

El presidente de Chile califica de “grave insulto” las afirmaciones del canciller Yván Gil y afirma que “la negación no sirve y no es tolerable”

El presidente de Chile, Gabriel Boric
El presidente de Chile, Gabriel Boric, este jueves en un acto público.Presidencia de Chile (EFE)
Ana María Sanhueza

El presidente de Chile Gabriel Boric, a la cabeza de un Gobierno de izquierdas, ha anunciado este jueves que llamará a consulta el embajador de Chile en Venezuela, el socialista Jaime Gazmuri. La decisión se produce luego de que el canciller del Gobierno de Nicolás Maduro, Yván Gil, declarara el lunes que el grupo criminal internacional Tren de Aragua es “una ficción mediática internacional” y que incluso existen vídeos de personas “con acento chileno y peruano” que afirman ser parte de la organización. El requerimiento al diplomático se realizará, explicó el mandatario, con el fin de recabar “información detallada sobre la situación actual en el país e instruirlo a tomar todas las acciones que sean necesarias tanto ante el gobierno venezolano, como también ante organismos internacionales”.

Boric ha señalado que “la negación no sirve y no es tolerable”. Y que “las recientes afirmaciones irresponsables del canciller de Venezuela, que desconocen la existencia del Tren de Aragua, un grupo criminal conocido por sus actividades ilícitas en Chile y en toda la región de Sudamérica, son profundamente preocupantes y constituyen un grave insulto para quienes han sido víctimas de esta organización y para sus familias, y lo tomamos como un insulto también a los Estados que han sido víctimas del Tren de Aragua”. Y añadió que no solo se demuestra “una falta de compromiso con la cooperación internacional necesaria en materia de seguridad, sino que también demuestra una negativa a abordar de manera efectiva los problemas transnacionales del crimen organizado”.

El anuncio de Boric es un paso más en la controversia que han generado los dichos de Gil en el país sudamericano, pues el martes la ministra del Interior, Carolina Tohá, la principal responsable de la seguridad pública en la Administración de izquierdas, también los había catalogado como un insulto. “Es bien impresionante, Venezuela se dice a sí mismo un país bolivariano y la verdad es que Chile, Perú, Ecuador, Colombia, pueblos latinoamericanos han sufrido fuertemente el flagelo de esta banda criminal”, dijo. “Personas han perdido sus familiares, han perdido la tranquilidad de sus barrios, han perdido sus negocios por eso. Entonces es un insulto, no al Gobierno de Chile, al pueblo de Chile y no solo de Chile, a los pueblos de Latinoamérica, que se les diga algo así. Es inaceptable”, agregó.

Según dijo el lunes el canciller de Maduro, el Tren de Aragua “es una ficción creada por la mediática internacional para tratar de crear una etiqueta inexistente, como lo hicieron en su momento con el cartel de los Soles”, aludiendo al cartel de los Soles, una denominación genérica con la que en Venezuela se hace referencia a la colusión entre el narcotráfico y el poder que el sector militar logró durante el chavismo, y cuya existencia es negada por el régimen.

Luego planteó que personas de otras nacionalidades han dicho ser integrantes de la banda. “Ahora inventan un llamado Tren de Aragua, una organización que existió en Venezuela, localizada, y que luego se ha tratado de poner como marca. Hemos visto, por ejemplo, cómo ridículamente aparecen videos incluso de gente que dice ‘somos del Tren de Aragua’, con acento peruano, con acento chileno”.

Boric, de izquierdas, se ha enfrentado a los gobiernos de Venezuela y Nicaragua en diversas ocasiones por las violaciones a los derechos humanos, incluso desde la ONU. En una reciente entrevista con EL PAÍS dijo que “en la izquierda en general, y en América Latina en particular, ha habido una tendencia a no hacerse cargo de los errores propios. Es un error defender ciertos regímenes porque se entienden como parte de la misma familia. No miro el color político de una persona que viole los derechos humanos o restrinja libertades que son esenciales”.

El Ministerio Público chileno indaga desde hace al menos dos años al Tren de Aragua, una organización que surgió a fines de la década del 2000 en el Centro Penitenciario de Tocorón, en el estado Aragua, y que ha cometido, en distintas regiones de Chile, delitos como tráfico de migrantes, explotación sexual de mujeres migrantes, homicidios, extorsiones, torturas y, entre otros, tráfico de drogas. Desde 2022 se encuentra detenido Carlos González Vaca, alias Estrella, considerado por la Fiscalía como el líder de la organización en el país. También fue apresado en Hernán David Landaeta Garlotti, Satanás, sindicado por la policía como sicario.

Los integrantes del Tren de Aragua están en su mayoría privados de libertad en el Recinto Penitenciario Especial de Alta Seguridad (REPAS), ubicado en el municipio de Santiago, una cárcel especial que concentra imputados por delitos de crimen organizado. La Fiscalía de Arica, una región ubicada en el extremo norte chileno, ha establecido que Los Gallegos son una facción de la organización criminal que opera en esa zona y ha llevado a juicio a 38 de sus integrantes con extremas medidas de seguridad. Entre los delitos que se le imputan se encuentra el homicidio de dos hombres: fueron enterrados vivos y tapados bajo cemento en el Cerro Chuño.

El crimen en Santiago del exmilitar venezolano Ronald Ojeda, quien fue secuestrado desde su departamento en el piso 14 en un edificio en el municipio de Independencia, también ha sido vinculado al Tren de Aragua por la Fiscalía. El cuerpo de Ojeda fue hallado el 2 de marzo en la comuna de Maipú: enterrado bajo cemento y dentro de una maleta.

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Sobre la firma

Ana María Sanhueza
Es periodista de EL PAÍS en Chile, especializada en justicia y derechos humanos. Ha trabajado en los principales medios locales, entre ellos revista 'Qué Pasa', 'La Tercera' y 'The Clinic', donde fue editora. Es coautora del libro 'Spiniak y los demonios de la Plaza de Armas' y de 'Los archivos del cardenal', 1 y 2.
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