Bienvenido Front: el español que cambió el deporte chileno

El remo chileno completó su décima medalla de oro en la historia de los Panamericanos. Lo hizo en apenas 20 años, convirtiéndose en el segundo deporte chileno más ganador a nivel continental después del atletismo, que suma 13, pero en 70 años. De cómo se logró ese avance puede haber muchas explicaciones, pero la más simple es invocar el nombre de Bienvenido Front, oriundo de Tarragona. Modesto dice: “No hago milagros. Yo solo no habría podido. Este es un trabajo de grupo”.

Bienvenido logró 12 medallas de oro con el equipo español en los mundiales de la disciplina. Estuvo en Juegos Olímpicos, pero al cumplir 55 le ofrecieron venir a Chile para hacerse cargo del equipo chileno, que por entonces había conquistado logros, pero gracias al esfuerzo individual de especialistas radicados en el sur del país, en Valdivia y Concepción.

Mal genio y exigente, como suele definirse, ordenó los sistemas de entrenamiento en Curauma, una laguna cercana a Valparaíso, y estableció una concentración exclusiva para los jóvenes más prometedores, a los que fue a buscar personalmente.

Los éxitos no tardaron en llegar y cayeron los primeros títulos mundiales y clasificaciones a Juegos Olímpicos. En estos Panamericanos las preseas conseguidas en la Laguna Grande de San Pedro de la Paz, en la región del BíoBío, encumbraron a Chile en el medallero hasta colocarlo entre los cinco primeros, cuando aún quedan competencias por cumplir.

Front se encontró en Chile con un particular hallazgo: cuatrillizos particularmente dotados para el remo, los Abraham. Melita, Alfredo, Antonia e Ignacio son los principales especialistas, junto a otro grupo familiar, las hermanas Hostetter. Una generación brillante que le permitió al catalán forjar el milagro y convertirse en todo un personaje en el país, que se ha caracterizado por vivir revoluciones impulsadas por técnicos venidos desde el extranjero en diversas disciplinas, pero ninguna tan destaca como el remo.

Para reflejar el estilo de Bienvenido, en San Pedro de la Paz ya circula una anécdota que lo muestra a cabalidad. En los Juegos Olímpicos de Barcelona compitió un niño de 11 años que se convirtió en el más joven de toda la historia. Su nombre es Carlos Font, timonel del equipo español de remo, al que sus compañeros tenían que alimentar con chocolates y masas para que hiciera los 45 kilos obligatorios de la categoría. Era el hijo de Bienvenido que se había hecho en los rigores de la vida familiar, pero que meses después de la competencia decidió abandonar para vivir su adolescencia, con la anuencia de su padre.

Esta historia se seguirá escribiendo en el sur de Chile, donde el remo se puede convertir, antes de que terminen los Panamericanos, en el deporte más ganador de la historia, haciendo honor a los ríos caudalosos y las lagunas cristalinas que abundan en el sur del país. Y que tendrán para siempre, como artífice, a Bienvenido Front, el técnico más ganador de la historia del deporte chileno.