Los panamericanos comienzan, pese a los baches

En el centro de la cancha del coliseo principal del Estadio Nacional trabajan decenas de operarios para dar vida a un inmenso escenario que tiene la forma de Chile: largo y delgado. Detrás descansa la antorcha, aún apagada, mientras en la zona de vestuarios –que no fue remodelada, como muchos otros sectores– corren los técnicos para tener todo listo para la ceremonia que este viernes dará inicio a los Juegos Panamericanos 2023.

En el inmenso centro de prensa, el colombiano Sebastián Yatra da una conferencia de prensa para explicar su presentación en la ceremonia, acompañando a tres de los principales grupos musicales chilenos de los últimos 50 años: Los Jaivas, Los Tres y Los Bunkers, que harán un recorrido por la banda sonora del país desde que perdió sus primeros Juegos, en 1975, hasta ahora que se dispone a pagar una deuda con el continente que también debió ceder en 1987 cuando la dictadura de Augusto Pinochet se declaró incapaz de levantar la infraestructura necesaria. Por los jóvenes, estará Ana Tijoux, una de las intérpretes del himno de los Juegos.

En el flamante Centro Acuático, la estrella mexicana Alejandra Orozco ensaya su primer clavado de la tarde, demostrando que la principal obra de infraestructura del Parque Deportivo Estadio Nacional ya está operativa, pese a las dudas ante los plazos. El recinto tiene en total 64 hectáreas que albergan buena parte de los escenarios donde se disputarán las competencias, y que es el principal legado del evento. Construirlo fue complejo, pues varios espacios son terreno protegido pues albergan los memoriales a los detenidos y torturados en este estadio para el Golpe de Estado de 1973, por orden de la Junta de Gobierno.

Matizado de peculiares problemas, uno de los principales desafíos del Gobierno de Gabriel Boric trata de sortear las horas previas con una cuota de optimismo. El robo de valioso equipo audiovisual desde un container al interior del recinto obligó a aumentar la seguridad. La rotura de una matriz amenazó con dejar a media capacidad la piscina; filtraciones en los departamentos de la villa olímpica movilizaron a casi un centenar de maestros para reparar los daños de las viviendas que tras los juegos albergarán a familias que hoy no tienen hogar. Y a las cuales poco les importó que las llaves que abren la puertas de cada una de esas viviendas no estuvieran individualizadas, lo que obligó a otro inmenso esfuerzo logístico.

Detalles, dicen desde la organización, para la millonaria inversión realizada. El presidente Gabriel Boric, de gira por China, emprendió un frenético regreso en un pequeño avión de la Fuerza Aérea para estar presente en la velada inaugural. “Siempre en cuestiones tan grandes, de estas características, puede haber algunos baches, pero se está haciendo todo el trabajo para que esto resulte impecable. Hasta el momento, creo que la organización ha estado a la altura y yo le puedo garantizar de que están haciéndose todos los esfuerzos para que no haya problemas. Siempre uno se puede encontrar con inconvenientes. La disposición del Gobierno es que esto se solucione, que todas las dificultades que se enfrenten a la brevedad, que los deportistas y los hinchas, toda la gente que vaya a verlo, tenga todas las comodidades y facilidades”, dijo Boric antes del retorno, en un vuelo que contemplaba ocho escalas antes de llegar al encendido de la llama.

Deportivamente es el desafío más grande encarado en su historia por Chile, que tendrá a 655 representantes en el evento y la ilusión de ver clasificados a varios de ellos para París 2024. Lo que han lamentado los deportistas es no haber dispuesto de más tiempo para practicar en los nuevos escenarios, que fueron entregados a última hora.

Por lo pronto, a poco del inicio quedan centenares de toneladas de basura que despejar e innumerables labores de terminación o implementación tecnológica que implementar en las próximas horas. Y para eso trabajan, a triple turno, centenares de obreros y voluntarios que pretenden dejar la mejor imagen del país, no sólo para los deportistas, sino también para los miles de turistas que llegarán. Y que ya fueron advertidos por sus embajadas: “Cuide sus pertenencias, no beba alcohol dentro del parque y por ninguna circunstancia se deberá intentar sobornar o insinuar la entrega de dinero a la fuerza policial”.

Cuando se encienda la antorcha panamericana en el pebetero estará culminando un largo y oprobioso camino para Chile, que busca saldar sus deudas y proyectarse al mundo gracias a los juegos, postergando la investigación y análisis del sobre costo que debió pagar para cumplir la tarea, y, al decir de los propios organizadores, se dejará para “después de haber festejado el final de esta fiesta”. En su tarea más difícil llegó a tiempo, pero con muy escaso margen. Por lo que los baches que denunció el presidente pueden volver a surgir.