La cúpula de ERC se inclina por mantener su compromiso con el PSOE pese al malestar

Los republicanos reúnen este sábado a su ejecutiva para valorar la inhabilitación de Torra que critican tajantemente

El 'vicepresident' Pere Aragones (centro), junto a otros consejeros de Esquerra Republicana.MASSIMILIANO MINOCRI

La decisión de la Junta Electoral Central de inhabilitar como diputado al president Quim Torra cayó como un jarro de agua fría en las filas de Esquerra Republicana. La cúpula que preside el vicepresidente Pere Aragonès se había prodigado para explicar a sus bases que el acuerdo suscrito con el PSOE, y que implica crear una mesa de negociación entre gobiernos sobre la cuestión catalana. Este, era un buen punto de p...

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La decisión de la Junta Electoral Central de inhabilitar como diputado al president Quim Torra cayó como un jarro de agua fría en las filas de Esquerra Republicana. La cúpula que preside el vicepresidente Pere Aragonès se había prodigado para explicar a sus bases que el acuerdo suscrito con el PSOE, y que implica crear una mesa de negociación entre gobiernos sobre la cuestión catalana. Este, era un buen punto de partida para intentar normalizar las relaciones entre ambas instituciones. Pero nada más conocerse la decisión de la JEC de inhabilitar a Torra los sectores más radicalizados del independentismo, comenzando por la Assemblea Nacional Catalana, presionaron a los de Aragonès para frustrar la investidura.

Sin embargo, fuentes de la cúpula de ERC insistieron anoche en que siguen comprometidos con facilitar la elección de Pedro Sánchez con su abstención pese a que el partido mantendrá esta mañana un último debate sobre el asunto en el seno de su ejecutiva. Joan Tardà, presidente del consejo nacional del partido, aseguró en un mensaje en Twitter: “No conseguirán reventar la investidura”.

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Como todos los actores del proceso de investidura ERC no lo está teniendo fácil para mantener sus compromisos adquiridos. A la inhabilitación exprés de Torra se sumó la decisión de la Junta Electoral de impedir que Oriol Junqueras pueda recoger el acta de eurodiputado. Aunque la cúpula del partido tiene claro que las decisiones de la JEC no están en manos del Gobierno, buena parte de las bases independentistas, alentados por la ANC o Junts per Catalunya, apuestan por boicotear la formación de cualquier Gobierno mientras dure lo que ellos consideran “represión del Estado”. La cúpula de ERC intentó actuar con frialdad ayer por la tarde y se mantuvo en contacto con el PSOE para ultimar los detalles de la investidura.

La portavoz socialista Adriana Lastra contribuyó a pacificar la situación con los independentistas cuando expresó públicamente sus reservas sobre la actuación de la JEC. Lastra recordó que la Junta Electoral “no es un órgano jurisdiccional, es meramente administrativo”, por lo que, subrayó, “no es un tribunal y lo que esperamos es que en este caso el máximo órgano jurisdiccional de este país, el Tribunal Supremo, responda cuanto antes a esta cuestión”.

Sin embargo, antes de que se conocieran las decisiones de la JEC los de Pere Aragonès también tensionaron el escenario de la negociación asegurando que el pacto alcanzado con el PSOE no limita lo que se pueda acordar en la mesa de negociación: “Hemos identificado que el marco legal es el ordenamiento jurídico democrático, y esto va mucho más allá de la Constitución”, dijo la portavoz del partido Marta Vilalta.

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La portavoz de los independentistas intentó con ello contrarrestar las críticas que le llegaban de sus socios de gobierno de Junts per Catalunya en el sentido de que los republicanos han puesto demasiadas facilidades al Gobierno de Pedro Sánchez. Vilalta respondió asegurando que la abstención de su formación en la investidura de Sánchez “está asegurada”.

También constató que probablemente las propuestas del Gobierno se quedarán “muy cortas” en comparación con hasta dónde quieren llegar, pero ha añadido que, como mínimo, las podrán argumentar y rebatir, así como defender por qué hace falta llegar mucho más allá, en sus palabras.

Horas después de conocerse el texto del acuerdo, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, volvió a cargar contra la mesa de negociación y aseguró que él buscará su propio canal de diálogo directo con el presidente del Gobierno. Desde Waterloo, el expresidente Carles Puigdemont pidió una mesa previa de partidos independentistas para acordar una posición común en la mesa de negociación con el Gobierno.

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