Los semáforos de la A-5 empezarán a funcionar el martes 26 de febrero

El lunes, para prevenir a los conductores que acceden desde el sur a la capital, estarán en ámbar

Instalación de semáforos en el tramo urbano de la A-5 a su paso sobre la avenida de los Poblados.KIKE PARA

El martes que viene puede ser un día de atascos en la autovía de Extremadura. Los semáforos de la A-5, empezarán a funcionar en la parte urbana de esta vía de acceso a Madrid el 26 de febrero. Un día antes, el lunes, los semáforos se encenderán en destellos en ámbar para advertir de su presencia a los conductores, según ha avanzado el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS), José Manuel Calvo, en declaraciones a la prensa en la comisión del ramo.

El mismo día entrará en funcionamiento la señalización d...

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El martes que viene puede ser un día de atascos en la autovía de Extremadura. Los semáforos de la A-5, empezarán a funcionar en la parte urbana de esta vía de acceso a Madrid el 26 de febrero. Un día antes, el lunes, los semáforos se encenderán en destellos en ámbar para advertir de su presencia a los conductores, según ha avanzado el concejal de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS), José Manuel Calvo, en declaraciones a la prensa en la comisión del ramo.

El mismo día entrará en funcionamiento la señalización de carril bus, la limitación de velocidad a 70 kilómetros por hora y la apertura de la calle que conecta con la avenida de los Poblados y con la calle Carabias.

Una vez abierta la calle de conexión desde la avenida de los Poblados se cortará la salida de Padre Piquer para terminar la obra de urbanización, según informan fuentes de DUS.

El radar instalado en el mismo tramo urbano funciona en periodo de pruebas –dos meses sin multar, solo con advertencias por escrito– desde el pasado viernes, 15 de febrero. El aparato controlará la salida y la entrada de la vía a 70 kilómetros por hora a partir del funcionamiento de los semáforos. 

Disputa con los municipios del suroeste

El pleno de Madrid aprobó a iniciativa del PSOE la conversión a vía urbana de 11 kilómetros la A-5 en mayo de 2016. El proyecto, que contempla también la construcción de un carril bus y de aceras en la vía, que reducirán el espacio para el coche, salió adelante con los votos de PSOE y Ahora Madrid, la abstención de Ciudadanos y la oposición del PP. Según defendió el concejal socialista José María Dávila (PSOE), la A-5 soporta una intensidad media de tráfico de más de 125.000 vehículos al día y parte en dos el distrito de Latina, de 254.000 habitantes. Con edificios cuya fachada se encuentra a apenas dos metros de la calzada, los vecinos sufren ruido y contaminación.

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A medida que se ha acercado la fecha de la instalación de semáforos y del radar, se ha ido afilando la posición de los municipios del suroeste. La ralentización del tráfico afectará directamente a los vehículos que llegan diariamente desde Móstoles, Alcorcón, Navalcarnero, Boadilla del Monte, Leganés o Fuenlabrada. Alcaldes del PP amenazaron con llevar al Ayuntamiento a los tribunales y todos, con independencia del partido político, se quejaron ante el Defensor del Pueblo de que los cambios supondrán aumentar hasta un 350% los atascos, lo que podría afectar a la M-40 en el sentido entrada y a la M-30 en el sentido salida si no se adoptan medidas complementarias, según un informe municipal de abril de 2018.

La conversión de esos 11 kilómetros supuso también una fisura entre el grupo municipal socialista en el Ayuntamiento, impulsor del proyecto, y la secretaría general del partido en Madrid. José Manuel Franco, líder de la federación socialista madrileña, afirmó en noviembre pasado que “no puedes limitar la movilidad de un millón de vecinos a cambio de mejorar la calidad de vida de otros”.

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