Buch reivindica en el Parlament las órdenes políticas a los Mossos

El consejero del Interior defiende el dispositivo policial del aniversario del 1-O

El consejero del Interior, Miquel Buch, en su comparecencia en el Parlament. Massimiliano Minocri

El consejero del Interior, Miquel Buch, defendió este miércoles en el Parlament que los políticos, bajo la perífrasis “autoridad gubernativa”, tomen decisiones operativas en la gestión del orden público, como disolver una manifestación, porque así lo “recoge claramente” la ley. Así justificaba la orden política que recibieron los Mossos de no cargar en el Parlament, en el aniversario del 1 de octubre, hasta que los manifestant...

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El consejero del Interior, Miquel Buch, defendió este miércoles en el Parlament que los políticos, bajo la perífrasis “autoridad gubernativa”, tomen decisiones operativas en la gestión del orden público, como disolver una manifestación, porque así lo “recoge claramente” la ley. Así justificaba la orden política que recibieron los Mossos de no cargar en el Parlament, en el aniversario del 1 de octubre, hasta que los manifestantes ya aporreaban la puerta y habían roto un cristal. Los mandos policiales pidieron actuar antes. “Los policías tienen que hacer de policías, y los políticos, de políticos”, defendió Buch, en una comparecencia a petición propia, dos semanas después de los altercados.

Durante una hora, Buch desglosó un relato cronológico de lo sucedido que solo interrumpió para interpelar al diputado de Ciutadans Jean Castel. “Si no va a estar por mí, no hace falta que esté aquí”, le reprendió. “¿Ahora se ríe de mí, señor Castel?”, insistió luego, obligando a intervenir a la presidenta de la comisión, Assumpta Escarp, para poner “paz”. Tras una alusión al “análisis crítico” necesario, Buch defendió el dispositivo policial, que tachó de “efectivo” porque en “dos minutos” se desalojó el Parlament y la Jefatura de la Policía, y alabó el “excelente” trabajo de los Mossos.

El diputado de Ciudadanos Matías Alonso empezó su turno devolviéndole la pulla —“aquí viene usted a rendir cuentas, no a pedirlas”— y comparó la equipación de los grupos de seguridad ciudadana de Mossos que acudieron de refuerzo al Parlament el 1-O con la serie de dibujos animados Los Picapiedra. El diputado socialista Carles Castillo le manifestó su preocupación “por la utilización política de los Mossos”. “Con su actitud de calentar la calle, están destruyendo el prestigio de los Mossos”, le recriminó el diputado del PP Alejandro Fernández. 

Y eso fue casi todo. Con una oposición tranquila, con ERC y Catalunya en Comú agradeciéndole su intervención, ni siquiera la CUP pidió la dimisión de Buch. La diputada Maria Sirvent le echó en cara que hablase de “grupos de la izquierda independentista radical”. “¿Cuándo habla de la minoría violenta, se refiere a la izquierda independentista?”, le preguntó, sin que el consejero —que habló de “radicales” que suponían un cambio de tendencia y el posible “retorno a épocas ya vividas”— le respondiese.

Sentados en la sala, los sindicatos policiales siguieron la comparecencia de Buch. Algunos, visiblemente consternados, se echaron las manos a la cabeza mientras escuchaban a su consejero.

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