La división independentista llega al PDeCAT

El sector pragmático se organiza para evitar el control absoluto de Puigdemont

El portavoz del PDeCAT, Carles Campuzano, este miércoles en el Congreso.Vídeo: MARISCAL (efe) / atlas

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha llamado este fin de semana a “encender pacíficamente Cataluña” este otoño para mantener viva la reivindicación independentista. Pero no lo tendrá fácil por las crecientes resistencias del PDeCAT, el partido integrado en el grupo parlamentario de Junts per Catalunya y que intenta mantener la herencia de la extinta Convergència. La fallida y accidentada moción a favor del diálogo “dentro de la ley” que el diputado...

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El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha llamado este fin de semana a “encender pacíficamente Cataluña” este otoño para mantener viva la reivindicación independentista. Pero no lo tendrá fácil por las crecientes resistencias del PDeCAT, el partido integrado en el grupo parlamentario de Junts per Catalunya y que intenta mantener la herencia de la extinta Convergència. La fallida y accidentada moción a favor del diálogo “dentro de la ley” que el diputado Carles Campuzano pactó con el PSOE la semana pasada ha puesto al descubierto las desavenencias internas entre los sectores pragmáticos del partido, de los que Campuzano es abanderado, y los más fieles a Carles Puigdemont, liderado por la también diputada Míriam Nogueras.

La moción fue retirada después de que el entorno de Puigdemont y la propia Nogueras estimasen que el texto daba pie a pensar que el PDeCAT renunciaba a la independencia unilateral. Campuzano lamentó haber perdido una oportunidad para el diálogo.

El de la semana pasada fue el primer golpe de timón que Puigdemont obliga a dar al grupo parlamentario del Congreso desde que su sector se hizo con el control del partido en el congreso de julio. Pero la complicada correlación de fuerzas que dejó el cónclave está dificultando al expresidente hacer y deshacer con las manos libres. El primer foco de resistencia que se está encontrando es que una parte significativa de la dirección, liderada por el presidente del partido, David Bonvehí se niegan a que el PDeCAT desaparezca diluido dentro del nuevo proyecto político de Puigdemont, La Crida, que se presentará en sociedad en octubre. Los partidarios de Puigdemont han creado un núcleo duro en el que diferentes fuentes del partido sitúan a quien fuera mano derecha de Artur Mas, David Madí, además del expresidente de la ANC, Jordi Sánchez, los exconsejeros que se encuentran en prisión y diputados autonómicos como Albert Batet. Este sector es partidario de disolver el PDeCAT para alinearlo totalmente con La Crida y hacerse así con los derechos electorales —y los 15.000 militantes— de la antigua Convergència.

Al frente tienen a una quincena de dirigentes del partido que perdieron el congreso pero se mantuvieron en la ejecutiva. Encabezado por alcaldes de ciudades pequeñas y medianas que rechazan la disolución del PDeCAT este sector sigue apoyando a la ex coordinadora general del partido, Marta Pascal, la gran derrotada del congreso pero que se mantiene como senadora. Este sector considera que hay que explorar vías de diálogo con el Estado y que no se puede centrar toda la acción política en la reivindicación sobre la independencia o los presos. Con todo, no lo están teniendo fácil para articularse. Sin ir más lejos el pasado viernes este sector moderado tuvo ya una primera baja. Se trata de Maria Senserrich, que abandona la política tras haber ejercido como portavoz del partido.

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