Cerco al coche en Ciutat Vella

Colau quiere prohibir el tráfico que cruza el distrito y priorizar a los peatones y bicicletas

Atasco en la Gran Via de Barcelona. Carles Ribas

Coto al coche en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona. El centro histórico concentra el 18% del tráfico de toda la ciudad, cuando solo representa el 4% de la superficie y el 6,3% de la población. Con esta premisa, el Plan de Movilidad de Ciutat Vella 2018-2023 que ayer presentó el gobierno de la alcaldesa Ada Colau quiere prohibir el tráfico que cruza el distrito, porque la mitad de los coches que circulan tienen otras zonas de destino y origen. El veto, que ya se aplica en La Rambla, quiere i...

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Coto al coche en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona. El centro histórico concentra el 18% del tráfico de toda la ciudad, cuando solo representa el 4% de la superficie y el 6,3% de la población. Con esta premisa, el Plan de Movilidad de Ciutat Vella 2018-2023 que ayer presentó el gobierno de la alcaldesa Ada Colau quiere prohibir el tráfico que cruza el distrito, porque la mitad de los coches que circulan tienen otras zonas de destino y origen. El veto, que ya se aplica en La Rambla, quiere implantarse también en la Via Laietana. La finalidad última del plan es priorizar a los peatones, que en este caso son vecinos y turistas.

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El de Ciutat Vella será el primer plan de movilidad que se redacta para una zona acotada y viene a concretar el Plan de Movilidad Urbana (PMU) de la ciudad en un distrito “complejo”, como ayer lo describía la concejal Gala Pin. Básicamente, porque, además de estar en el centro, es el más presionado por el turismo y la actividad comercial: “Es un polo de atracción que genera saturación”. Formalmente, el plan será una medida de gobierno, no necesitará apoyo político.

“El plan pone en el centro a los peatones, tanto a los residentes como a los visitantes”, apuntó. Con buena parte del distrito peatonalizado, Pin añade que Ciutat Vella hace mucho tiempo que funciona como una supermanzana, “pero se trata de reducir el tráfico y poner orden”.

De ahí que contemple el coto a los coches: la mitad de los que circulan por Ciutat Vella lo cruzan o rodean sin tener por destinación sus barrios. El objetivo es reducir este tráfico de paso un 30%, aplicando un “modelo de gestión inteligente del tráfico, que controle la movilidad privada”. Con las matrículas, controladas por cámaras, se discriminará a los usuarios (si son residentes, comerciantes, vehículos autorizados o los que entran para ir a estacionar en aparcamientos). Un sistema parecido al que ya funciona en La Rambla (donde se permite entrar a residentes, servicios públicos o a quienes van a aparcar y se multa al resto), pero ampliado a partir de 2021 a Via Laietana, la calle que cruza el distrito de montaña a mar y que, de hecho, el gobierno ya tiene previsto pacificar, restando carriles y ensanchando aceras. El sistema de control también tendrá en cuenta los niveles de contaminación de los vehículos y se crearán plazas para motos en los aparcamientos.

Otro frente serán los peatones. El plan dibuja una red de vías centrales que conectan los puntos de atracción turística o los equipamientos o espacios vecinales. Para mejorar esta movilidad a pie, se intervendrá urbanísticamente (ensanchando aceras, por ejemplo), para hacer más cómodos los desplazamientos, pero no se peatonalizarán nuevas calles.

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La idea es también modificar las franjas de la carga y descarga para que no interfieran en puntas de movilidad peatonal como son la entrada y salida de las escuelas. Así, la carga y descarga de productos frescos se realizará a primera hora (antes de las 9 horas). Y la del resto de mercancías (que ahora es de 8 a 11) se hará pasadas las 9.30 horas de la mañana. En el Portal de l’Àngel, a partir de enero de 2019 el plan prevé que furgonetas y camiones entren por la plaza de Cataluña y salgan por calles como la de Condal o Joaquim Pou. También se crearán nuevas plazas de carga y descarga, porque ahora el 40% de las operaciones se saltan la norma; y se quiere doblar el uso de bicicletas de carga para distribuir mercancías.

El otro mapa que prevé el plan es de la movilidad ciclista. Por un lado, persigue mejorar y conectar mejor la actual red: por ejemplo, creando carriles en todo el perímetro del distrito. Pero por otra, prohíbe a las bicis circular en el Gòtic Nord —que concentra las calles peatonales— desde mediodía hasta la hora en que cierran las tiendas. Respecto al uso turístico de las dos ruedas, se reducirá el número de personas por grupo (de 14 a 9); y se mantendrán las restricciones de circulación en verano para vehículos de movilidad personal, como los segways o patinetes eléctricos.

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