Colau pide al Gobierno central y a la Generalitat “altitud de miras” pensando en las mayorías

Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, ha calificado de "error" que el Gobierno de Mariano Rajoy plantee el diálogo en términos de “rendición” pero paralelamente ha instado al Ejecutivo central y a la Generalitat a tener “altura de miras”. Colau ha advertido de que perderá toda la población si los gobernantes no dejan de ser “prisioneros” de “sus promesas, presiones o compromisos concretos”. “Hay que partir de un principio de realidad y sincero con una política de mayorías y no solo hablar para los que nos han votado...

Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, ha calificado de "error" que el Gobierno de Mariano Rajoy plantee el diálogo en términos de “rendición” pero paralelamente ha instado al Ejecutivo central y a la Generalitat a tener “altura de miras”. Colau ha advertido de que perderá toda la población si los gobernantes no dejan de ser “prisioneros” de “sus promesas, presiones o compromisos concretos”. “Hay que partir de un principio de realidad y sincero con una política de mayorías y no solo hablar para los que nos han votado”, ha remachado.

Durante un desayuno-coloquio en el Fòrum Economía, Colau ha realizado esas declaraciones justo después de tener conocimiento del contenido de la carta que Carles Puigdemont ha remitido a Mariano Rajoy y cuando estaba haciendo la presentación de Xavier Domènech, portavoz en el Congreso de En Comú Podem y ponente de la conferencia. “Tenemos la necesidad de acabar con la incertidumbre en clave social y económica. No nos lo podemos permitir”, ha subrayado la alcaldesa que también ha deplorado la judicialización del conflicto y ha calificado de "inaudito" que estén declarando en la Audiencia Nacional los líderes de las entidades soberanistas.

El diputado ha insistido en que Cataluña necesita “metabolizar” la situación creada y que se cree una nueva agenda que comparte el 80% de los ciudadanos en favor del referéndum. “Necesitamos eso y no una hoja de ruta que ha llegado al final y necesita una pista de aterrizaje. No podemos encarar (el conflicto) en términos de defensivos o de resistencia”. Domènech no ha querido entrar a analizar si la respuesta de Puigdemont habrá contentado a la CUP, pero ha lanzado este mensaje al Gobierno independentista cuestionando su posición. “¿Estamos ante el final o la culminación o es que estamos ante la justificación de la misma?”, se ha planteado ante el supuesto de que finalmente el Ejecutivo catalán no dé marcha atrás el jueves.

Arropado por la plana mayor de los comunes, Domènech ha abogado por un diálogo real “sin condiciones, tempos, ni fechas de caducidad. “Se está diciendo: ‘El diálogo te lo hago o yo’. O diálogo o 155. No es un buen escenario”, ha señalado apuntando que es “un escenario inimaginable” que el Gobierno central retire las competencias a Puigdemont de convocar elecciones y sin aclarar por tanto si los comunes se presentarían a las mismas. Domènech ha advertido al Estado que tiene un “problema gravísimo” cuando el 40% de los catalanes han estado dispuestos a desobedecer y ha criticado que el conflicto quiera solucionarlo con una comisión constitucional en la que los partidos catalanes puedan tener un peso parecido “al de, con todo el respeto, al de la Unidad de Pueblo Navarro o al Fórum Asturias”. “No es lo mejor hacer el requerimiento vinculado al 155. No se le pueden pasar fechas al diálogo”, ha dicho.

Domènech ha insistido en que Cataluña no necesita “nuevas hojas de ruta” y sí “grandes acuerdos” y “una agenda constituyente” que despliegue “la potencialidad del cambio”. “Necesitamos amplísimas alianzas del Estado. Estamos viendo el agotamiento del modelo autonómico”, ha señalado poniendo en valor que un tercio de los diputados del Congreso apoyan el derecho a decidir. El diputado ha recordado el cónclave en que 400 diputados y concejales celebraron en Zaragoza aunque, sorprendentemente, ha omitido que estuvieron encerrados cinco horas sin poder sin salir por una concentración de la extrema derecha. Tampoco ha mencionado en su discurso los ataques que ha sufrido la escuela catalana a la que se la acusa de “adoctrinar” a los niños catalanes pese a que la izquierda siempre la ha considerado propia de su patrimonio político. A preguntas de un periodista, ha dicho: “Que el PP ataque es delirante e injusto cuando ha sido esencial en la construcción del país. Indica la falta de responsabilidad. Hace una falta reacción colectiva".