Sardanas tranquilas en El Retiro, en mitad de la batalla

El Cercle Català de Madrid lleva desde los años cincuenta tejiendo lazos entre Madrid y Cataluña

Miembros del Cercle Català de Madrid bailan una sardana en el parque del Retiro este domingo.Santi Burgos

Detrás del estanque Grande del parque del Retiro (Madrid), suena música de sardanas. Como cada primer domingo de mes, y este no iba a ser menos, el Cercle Català de Madrid acude a la fuente de la Sardana para bailar y enseñar a quien lo desee el popular baile tradicional catalán. Desde...

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Detrás del estanque Grande del parque del Retiro (Madrid), suena música de sardanas. Como cada primer domingo de mes, y este no iba a ser menos, el Cercle Català de Madrid acude a la fuente de la Sardana para bailar y enseñar a quien lo desee el popular baile tradicional catalán. Desde su fundación en 1952, esta entidad lleva tejiendo lazos entre Madrid y Cataluña con el objetivo de dar a conocer la cultura y tradiciones catalanas en el país, afirma Albert Masquef i Nogués, presidente del Cercle.

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Antes de comenzar el baile, José María Mas aparta con el pie algunas castañas de indias para despejar el suelo y poder realizar correctamente la sardana. Ese día, Mas contará los pasos e indicará a sus compañeros cuando deben cambiar del paso corto al largo durante la canción. "Es muy curioso. Cuando se acercan algunos extranjeros, levantan las manos e intentan imitarnos", cuenta Mas.

Por está razón, entre baile y baile (cada sardana puede durar una media de 15 minutos) los miembros del Cercle enseñan a la gente de paso y turistas los pasos básicos para que puedan unirse a ellos. "Punteamos y avanzamos", le explica María José Quijano a unas jóvenes que quieren incorporarse al grupo. No es catalana, pero baila con su marido en el Cercle desde que eran jóvenes. "Es un baile y fácil de aprender. Aunque veas a la gente cogida de la mano, es un baile abierto. Cualquiera puede unirse en cualquier momento", explica Quijano.

"Siempre tenemos la caña puesta, y cuando pasa alguien: pan, lo pescamos para que baile", cuenta Masquef. El presidente del Cercle afirma que la asistencia es variada. Normalmente, asiste una media que supera la treintena aunque hay días que solo bailan doce personas. Marcos Luna es mexicano y ese día fue expresamente con su mujer, sevillana, para aprender a bailar. Mientras dan sus primeros pasos junto a los miembros del Cercle y otros esporádicos que han decidido unirse, una quincena de curiosos se acercan a hacerles fotografías con su móvil.

Desde la creación de la entidad, se bailaron sardanas en Madrid en varios lugares: El paseo de Coches y en Templete de la música, entre otros. En 1964 el Ayuntamiento inauguró la glorieta de la Sardana y el Cercle construyó la fuente que corona la plazoleta. Desde entonces y sin interrupción, cada primer y tercer domingo de mes (salvo enero, febrero, julio y agosto por las temperaturas) se bailan sardanas en el retiro. Ligado al grupo de danza, la asociación cuenta un grupo teatral con el que realizan cerca de 70 representaciones en castellano al año con cuatro obras en el cartel. Además, hace medio año formaron una colla castellera y el pasado sábado batieron el récord del castell de seis pisos de altura en solo seis meses de entrenamiento (la marca anterior estaba con 11 meses de ensayos.

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A pesar de los momentos tensos que están viviendo España y Cataluña, el Cercle Català de Madrid continuará con su objetivo de integración cultural. "Llevamos así 65 años. Políticamente cada uno tiene su corazoncito y puede pensar lo que quiera. Para nosotros es un placer que venga gente de cualquier lugar para que disfrute con nosotros de las costumbres catalanas", concluye Masquef.

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