Corrupción, políticos e impuestos inspiran las hogueras de Alicante

Iñaki Urdangarin, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba han arribado en barco al barrio de Altozano. Pero no en cualquier barco, sino en el Bribón-es. La sorna mediterránea de las Fogueres de Sant Joan, que se celebran hasta el próximo lunes, no ha pasado por alto ni el malestar popular con la política ni con la familia del Rey (que el año pasado hubo de ver como su velero El Bribón replegaba velas para ser vendido).

Políticos, escándalos de corrupción, subida de impuestos y una mordaz crítica local sobre ...

Iñaki Urdangarin, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba han arribado en barco al barrio de Altozano. Pero no en cualquier barco, sino en el Bribón-es. La sorna mediterránea de las Fogueres de Sant Joan, que se celebran hasta el próximo lunes, no ha pasado por alto ni el malestar popular con la política ni con la familia del Rey (que el año pasado hubo de ver como su velero El Bribón replegaba velas para ser vendido).

Políticos, escándalos de corrupción, subida de impuestos y una mordaz crítica local sobre el plan Rabassa, la llegada del AVE o Casa Mediterráneo sirven de inspiración a los artistas de los 180 monumentos. El distrito de Altozano se alzó este jueves con el primer premio de las hogueras infantiles en categoría especial. 

Montoro, Urdangarin, la Casa del Mediterráneo, la CAM, la alcaldesa de Alicante, Brugal… Motivos y nombres propios para criticar reconvertidos en ninots que pueblan, en menor medida que otros años, los rincones de unos monumentos que arderán en la noche del 24 de junio.

“Ya que quemamos algo quememos lo que nos apetezca de verdad, ¿no?”, dice Javier Fernández, un joven valenciano que debuta con su primera foguera en la céntrica plaza de la Montañeta. Su obra Arrepentíos muestra un ángel juzgando a varios ninots en una versión muy peculiar de los siete pecados capitales, explica este artista que confiesa que tenía ganas de hacer crítica: “Reírnos de nuestra sombra es lo que nos caracteriza a los mediterráneos", y así se atestigua viendo los trabajos en cada barrio.

En su construcción para la foguera especial de Hernán Cortés, Fernández ha modelado la soberbia de Ángela Merkel, “que se cree el ombligo de Europa” y que lleva en el regazo a un recién nacido Mariano Rajoy. La pereza de los Ni-nis, los jóvenes que ni estudian ni trabajan, se da de bruces contra el suelo. Una mujer gorda con el símbolo de la CAM ha pecado de gula al zamparse las preferentes de sus clientes. La avaricia de Hacienda, un pistolero que ha subido el IVA de un 8 a un 21% acaba despertando la ira del foguerer, un karateka dispuesto a pegarse con todos para poder montar sus fiestas. “Y aunque podría haber sido la ambición, a Urdangarin le hemos puesto en la lujuria por eso de que el firme como el Duque Em-palma-do”, avisa este artista que confiesa que le apetecía hacer crítica después de desarrollar su profesión con monumentos infantiles.

Una mujer gorda con el símbolo de la CAM ha pecado de gula al zamparse las preferentes de sus clientes

Montoro, Hacienda, el IVA… Sea como fuere, la subida del IVA para las fiestas ha tenido su eco en los huecos de muchas fogueres: tiburones detrás de la reina de la fiesta, la bellesa del Foc; Montoro como un pulpo que va a por las hogueras y fallas valenciana pero que se olvida de “la monarquía, el clero y el fútbol”, etc.

Llama la atención la poca crítica a lo que ocurre en la ciudad de Alicante. Solo la foguera de la Sagrada Familia ha mencionado la trama de corrupción Brugal y el plan Rabassa, que mantienen imputada a la alcaldesa, Sonia Castedo. La crítica ha seguido hasta el punto de llegar a la propia comisión en la que participa la alcaldesa, en la foguera de Santa María. Cuando vaya a cenar se verá a sí misma con carteles que hacen referencia a su fondo de armario: “És la reina de la moguda/ que te el nostre ajuntament/ no deixa a ningú indiferent/ i a la gent molt fotuda”. En la barraca dicen que aún no lo ha visto, pero que “tiene mucho estómago para esto”.

En otra cercana, la del Port-Postiguet, navega contenta en un barco de la Volvo que carga con un billetazo de 50 euros. Justo entre un tornillo del AVE, que pese a su alta velocidad ha llegado con retraso a Alicante, y un dios del mar aburrido y triste frente a la Casa del Mediterráneo, proyecto que iba para sede diplomática y se alquila para bodas y saraos empresariales. Allí se aloja Neptuno, que “viu en un lloc proscrit / en cap agenda cultural inscrit / aborrit perque no hi va ningú”.