CiU busca el último impulso renegando de sus pactos con el PP

Mas promete que no acordará los Presupuestos con Sánchez-Camacho La Generalitat da un impulso a la acción exterior en plena campaña electoral

El candidato a la presidencia de la Generalitat y actual presidente del gobierno catalán, Artur Mas, en el acto electoral en Girona.Robin Townsend (EFE)

El primer problema que se encontrará encima de la mesa el Gobierno que salga de las elecciones del domingo será la elaboración de unos Presupuestos de pesadilla. La Generalitat tendrá que hacer un ajuste suplementario de al menos 1.600 millones el año que viene para cumplir el objetivo de déficit. Y ello aboca a una cuarta oleada de recortes que Artur Mas ya ni se molesta en disimular. La aprobación de las cuentas sería un simple trámite si CiU consi...

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El primer problema que se encontrará encima de la mesa el Gobierno que salga de las elecciones del domingo será la elaboración de unos Presupuestos de pesadilla. La Generalitat tendrá que hacer un ajuste suplementario de al menos 1.600 millones el año que viene para cumplir el objetivo de déficit. Y ello aboca a una cuarta oleada de recortes que Artur Mas ya ni se molesta en disimular. La aprobación de las cuentas sería un simple trámite si CiU consigue la mayoría absoluta, pero se convertirá en un calvario por pocos escaños que le falten para lograrla. El PP sería el aliado natural de un Gobierno de CiU para continuar con los recortes que exige la Unión Europea y el Gobierno central, pero Artur Mas se ha visto obligado a negar esta posibilidad para no perder más sábanas durante esta larga campaña.

Sin acudir al notario como hizo en 2003,  Mas prometió ayer que esta vez no se apoyará en el PP como sí ha hecho los últimos dos años. En una entrevista en TV-3, dijo una frase muy simple, pero que no se atrevió a pronunciar en la última campaña electoral: “No pactaremos los Presupuestos con el PP”.

Hasta hace pocos meses la respuesta que Mas daba siempre que se le preguntaba por si pactaría de nuevo con el PP era un “depende” y aseguraba que seguiría llegando a acuerdos con ellos en las políticas en las que hay un entendimiento programático de fondo, véase capítulo económico. Todo ha cambiado ahora.

Ayer Artur Mas justificó su negativa a pactar los Presupuestos con el PP por la “guerra sucia” que a su juicio ha emprendido este partido a cuenta de la corrupción del caso Palau. También sustentó su negativa en el hecho de que el PP está “absolutamente en contra del derecho del pueblo catalán a decidir”, como si esto fuera algo nuevo o sobrevenido.

El Gobierno catalán y el PP pactaron el año pasado un repliegue de las delegaciones de la Generalitat en el exterior

La consigna es alejarse completamente del Partido Popular, al menos en lo que queda de campaña. Esto obliga a los nacionalistas a morderse la lengua cuando la oposición les reprocha que si el PP sigue gobernando en Badalona o tiene enormes cuotas de poder en la Diputación de Barcelona, en el área de Cultura por ejemplo, es gracias a Convergència i Unió.

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El otro objetivo es dejar en papel mojado algunos de los acuerdos que PP y CiU han formalizado durante la legislatura, al menos los del terreno simbólico y que no tienen traducción presupuestaria. El Gobierno catalán hizo ayer un gesto significativo en este terreno en su última reunión antes de las elecciones. El portavoz del Gobierno, Francesc Homs, compareció ayer para anunciar a bombo y platillo la creación de lo que ha denominado Consejo de la Diplomacia Pública de Cataluña, que pretende elevar el nivel de las relaciones exteriores de la Generalitat, algo que siempre ha molestado sobremanera al Partido Popular. CiU y PP pactaron el año pasado un repliegue de la acción exterior de la Generalitat, con el cierre incluido de una de sus delegaciones. El acuerdo de ayer, aunque falto de cualquier concreción, es un mensaje político en dirección contraria.

Según explicó Homs, la Generalitat reconvertirá el Patronato Catalunya Món en una plataforma diplomática “al servicio del Gobierno” para dar a conocer las reivindicaciones catalanas en el exterior. El nuevo ente recibirá el encargo de apoyar la estrategia de diplomacia pública del Gobierno, impulsar la marca Cataluña en el extranjero y “promover la vinculación de Cataluña con las organizaciones internacionales”. Cómo se va a hacer esto es todo un misterio. Homs dejó para el próximo Gobierno cualquier concreción del proyecto. Siempre que CiU pueda gobernar sin el PP, claro.

En el duodécimo día de campaña, el presidente catalán ha subrayado la importancia de que el voto soberanista se concentre en CiU, para dar la imagen a España y al mundo de que Cataluña tiene un gobierno "fuerte" a favor de la autodeterminación.

"No he pedido explícitamente la mayoría absoluta, hablo de mayoría excepcional" para poder negociar la consulta ante un Gobierno de España con mayoría absoluta, un contexto de recesión y una Unión Europea que de momento no se ha alineado a favor del proceso, ha dicho el candidato de CiU. Mas ha admitido que, si sale debilitado en las urnas, el proceso soberanista "quedará tocado", y ha indicado que el baremo para determinar el fracaso electoral "no será si se obtiene la mayoría absoluta, sino sacar menos diputados que ahora".

En relación con el supuesto informe policial que le vincula con desvío de fondos, Mas ha insistido en que son "difamaciones" y ha instado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a dejar "de tirar pelotas fuera" y a decir quién es el responsable de encargar el citado documento. En cuanto a la iniciativa del Gobierno de otorgar el permiso de residencia a extranjeros que adquieran una vivienda por más de 160.000 euros, Mas ha admitido que la medida le "sorprende": "Me parece bien que se promocione la compra de vivienda, pero no entiendo por qué se tiene que dar el permiso, no sé de qué servirá".

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