JAVIER MAROTO | Alcalde de Vitoria

“Gobernar es cumplir la palabra y López adeuda a Vitoria 50 millones”

“Integración significa que aquí las normas son para todos”

Javier Maroto, el pasado jueves en el centro de Vitoria.L. RICO

Hace un año Javier Maroto recuperaba en las urnas para el PP el Ayuntamiento de Vitoria.

Pregunta. ¿Alguna recomendación al lehendakari sobre lo complejo de gobernar en minoría?

Respuesta. Lo importante es cumplir los acuerdos. Patxi López tiene, por la exigencia del PP vasco, una larga lista de compromisos con Vitoria con un importe de 50 millones. Independientemente de la situación política en cada momento, a un gobernante se le mide...

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Hace un año Javier Maroto recuperaba en las urnas para el PP el Ayuntamiento de Vitoria.

Pregunta. ¿Alguna recomendación al lehendakari sobre lo complejo de gobernar en minoría?

Respuesta. Lo importante es cumplir los acuerdos. Patxi López tiene, por la exigencia del PP vasco, una larga lista de compromisos con Vitoria con un importe de 50 millones. Independientemente de la situación política en cada momento, a un gobernante se le mide porque cumpla su palabra y López tiene con Vitoria una deuda de 50 millones.

P. ¿Usted y Javier de Andrés van a ser los arietes institucionales del PP contra López?

R. Hablo por mí. Voy a ser exclusivamente un defensor de la bandera de Vitoria. No tengo otra.

P. Se han acumulado polémicas entre Vitoria y el Gobierno desde la ruptura del pacto.

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R. El principal acuerdo se fragua en las cuentas de 2012. Ahora es el momento de ver si los socialistas se implican con Vitoria o pasa como con todos los anteriores Gobiernos, que al final miraban a otro sitio. Es el primer presupuesto vasco que trata dignamente a nuestra ciudad. Ahora mi trabajo es que los acuerdos se cumplan.

P. Casi a la vez que Basagoiti rompía el pacto usted decía que con él Vitoria ha recibido recursos negados durante décadas.

R. No exactamente por el pacto, sino por la posición de fuerza del PP al negociar el presupuesto.

P. El PP ya no influirá igual en los presupuestos de 2013, si hay.

R. No sé si habrá cuentas prorrogadas o nuevas ni con quién se harán. El PP seguirá defendiendo Vitoria gobierne quien gobierne.

“Con un País Vasco independiente seríamos la Grecia de turno”

P. ¿Se siente el objetivo de una pinza PSE-PNV aquí y en Juntas?

R. [Largo silencio] No.

P. Dos de sus principales acuerdos los ha conseguido con el PNV y Bildu. Ninguno con el PSE.

R. Hemos llegado con el PNV a un pacto de legislatura que da estabilidad a las inversiones; con el PSE a un acuerdo en el Parlamento, que involucra a los socialistas alaveses, les guste más o menos, de inversiones estratégicas, y con Bildu, a coincidencias en votaciones que interesan a Vitoria, como salvar a la ciudad de la ruina del Auditorio. Con los tres he demostrado que puedo llegar a acuerdos y los voy a cumplir.

P. Insisto, con Patxi Lazcoz y el PSE municipal, nada importante.

R. Hay gente que no quiere cerrar acuerdos nunca. Para que un acuerdo se pueda producir deben querer dos. Yo siempre quiero.

P. ¿El Ejecutivo debe ceder fondos de la ley de Aportaciones para que vayan a los municipios?

R. Coincido completamente con De Andrés. Las Diputaciones y todos los Ayuntamientos estamos haciendo ajustes, porque no llega. López pregona que en su Gobierno no hacen falta. ¿Son tan malos gestionando que no se enteran de que hay que hacer ajustes o realmente sobra el dinero en el Gobierno? En ambos casos, hay una excesiva financiación del Gobierno y no hay dinero en Diputaciones y Ayuntamientos.

Perfil

Javier Maroto (Vitoria, 1972) gobierna en minoría (nueve concejales sobre 27) desde el pasado mes de junio el Ayuntamiento de Vitoria, al que llegó en 1999 cuando su compañero de filas Alfonso Alonso se convirtió en alcalde. Es una de las principales voces de su formación en materia de política social, cuestión sobre la que redactó una de las cuatro ponencias del reciente congreso del PP vasco.

P. Primero pidió dinero foral.

R. Dijimos que había que aumentar la participación que llega a los municipios. No quiero quitarle dinero a la Diputación alavesa para los Ayuntamientos.

P. ¿A quién entonces?

R. Si el propio lehendakari dice que en su Gobierno hay dinero de sobra y no hay que ajustar en nada, está exhibiendo una situación económica potente. No se enteran de qué va la fiesta y el agujero en que han metido a Euskadi. Si dicen que no hay dificultades, moraleja: en el Gobierno sobra dinero que falta en las Diputaciones y Ayuntamientos. Que nos lo den.

P. ¿Si Vitoria recibe menos fondos forales por habitante que las otras dos capitales, por qué no se los pide a De Andrés?

R. Su situación es muy similar a la del Ayuntamiento. Vestir un santo desvistiendo a otro no es la solución. Si un santo tiene dos ropajes, como parece que exhibe el Gobierno, que compartan uno con quienes no tienen ropa.

P. Dos millones de déficit en 2011. ¿Subirá impuestos?

R. El debate es cuánto cuestan algunos servicios públicos. No podemos mantener servicios muy deficitarios y por algunos, como la basura, no cobramos ni la mitad de lo que le cuesta a la ciudad mantenerlos. Tenemos que garantizar unos servicios de calidad, pero también a precios adecuados.

P. ¿Solo de ahí sacará dinero?

R. De ahí y de eliminar gastos superfluos, en duplicidades y conceptos que no se entienden. Hay que apretarse el cinturón y no gastar lo que no se tiene ni donde no se debe. Desgraciadamente, no se hizo hasta ahora.

P. ¿Dónde recortará que no lo haya hecho ya en casi un año?

R. Debemos revisar los servicios que se dan. Aquí, en mitad de la crisis se pagaban subvenciones para ir a esquiar. Actuar contra el fraude en las ayudas sociales también ahorra dinero. ¿Cuántos millones ha tirado el Ayuntamiento solo por no controlarlo?

P. ¿Negaría la asistencia sanitaria a un inmigrante sin papeles?

R. La respuesta no es qué opino yo. Es si la Seguridad Social a un sin papeles o a un americano que viene a operarse del corazón porque en su país le cuesta el dinero la pagamos con los impuestos de todos. La pregunta es si la sociedad vasca, que es solidaria, permite abrir las puertas en todo caso a todo el mundo y para cualquier tipo de operación sin preguntarnos si se puede pagar.

P. ¿Gira el PP vasco a un discurso social populista y duro?

R. No. Es realista y contrastado con la experiencia de Vitoria. Ayudas sociales sí, pero solo a los que de verdad las necesitan.

P. ¿Los de aquí?

R. Quienes de verdad lo necesitan. Quienes quieren trabajar e integrarse en una sociedad que es de principios y cultura occidental y europea y que no debe admitir que alguien sin deseos de integración, incluso de confrontación, o con deseo de vivir sin trabajar, pueda estar en un sistema que le alimenta y no le exige nada a cambio. Eso se ha terminado. Eso, que es un clamor popular, no populista, se ha entendido en Vitoria y se va a entender en muchos municipios de todo el País Vasco. El fraude en las ayudas sociales no entiende de color de piel, apellidos ni acentos. No tiene sentido que el sistema permita vivir sin trabajar cobrando 900 euros sacados de los impuestos de todos.

P. ¿El problema son los inmigrantes que no son de cultura occidental y europea?

R. Esta sociedad debe tener las puertas abiertas a quien quiera integrarse en ella. E integración significa que aquí las normas son para todos, empezando por el principio de que un hombre y una mujer son iguales en obligaciones y derechos. Es un principio absolutamente occidental que debe exigirse a todo el mundo. Permitir lo contrario no es ser multicultural, sino retroceder en los valores democráticos que Occidente ha tardado mucho en conseguir.

P. Irán a las urnas como única alternativa al “reto” nacionalista.

R. Vista la dependencia del PSE de no separarse del PNV, el único partido que defiende sin ambages el País Vasco como parte de España es el PP. Los vascos saben qué significaría una Euskadi independiente: al día siguiente no existe la caja de la Seguridad Social y los pensionistas se quedan sin cobrar las pensiones. Y si España tiene dificultades para mantenerse en el euro, ni le cuento un País Vasco independiente. Seríamos la Grecia de turno.

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