EL CASO DEL FRAUDE EN LA HACIENDA DE IRÚN

Un asesor fiscal dice que pactó con Bravo “quitas” de deudas fiscales

Declaran los primeros seis testigos en el juicio por el presunto fraude en la Hacienda de Irún

El responsable de una asesoría fiscal que representó a tres contribuyentes con deudas fiscales ha asegurado hoy ante el tribunal que negoció “quitas y fraccionamientos de pago” con el exdirector de la Hacienda de Irún y principal acusado en el presunto fraude cometido en esta oficina, José María Bravo.

Este profesional ha reconocido ante el tribunal de la Audiencia de Gipuzkoa que pactó con Bravo una rebaja de varias deudas y que estas quedaron “liquidadas por insolvencia”. Según su testimonio, acudió al despacho del exjefe de la s...

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El responsable de una asesoría fiscal que representó a tres contribuyentes con deudas fiscales ha asegurado hoy ante el tribunal que negoció “quitas y fraccionamientos de pago” con el exdirector de la Hacienda de Irún y principal acusado en el presunto fraude cometido en esta oficina, José María Bravo.

Este profesional ha reconocido ante el tribunal de la Audiencia de Gipuzkoa que pactó con Bravo una rebaja de varias deudas y que estas quedaron “liquidadas por insolvencia”. Según su testimonio, acudió al despacho del exjefe de la sede tributaria de Irún, quien le extendió sendos justificantes por el abono de las cantidades acordadas, que nunca alcanzaron la totalidad de la cuantía de las deudas.

En la quinta sesión del juicio por el fraude en la Hacienda guipuzcoana, en el que están imputados Bravo, su exesposa Rosa Cobos y su exsocio Pedro Atristain, el mismo asesor ha recordado que dos de los deudores tuvieron que solicitar préstamos para cumplir sus obligaciones fiscales y que las deudas quedaban zanjadas ante la Hacienda foral o se entendía que “iban a beneficio de inventario”.

Otro de los seis testigos que ha declarado esta mañana, dueño de una imprenta con deudas por 25.000 euros a mediados de los noventa, ha reconocido que Bravo le requirió el pago de 3.000 euros y que la deuda “quedaba condonada”. El abono lo hizo “en metálico” y “en el despacho” de Bravo.

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