Sexo sí, besos fuera: estas son las nuevas reglas de los ligues de verano
Entre las medidas de distanciamiento, los especialistas distinguen un "protocolo" de acercamiento seguro
¿Has oído aquello de la química entre personas? Pues el verano es un laboratorio lleno de cubetas. A más horas de sol y más vitamina D, mayores niveles de testosterona. La estación también estimula la secreción de serotonina, la célebre “hormona de la felicidad”, y, en 1990, dos científicos alemanes concluyeron q...
¿Has oído aquello de la química entre personas? Pues el verano es un laboratorio lleno de cubetas. A más horas de sol y más vitamina D, mayores niveles de testosterona. La estación también estimula la secreción de serotonina, la célebre “hormona de la felicidad”, y, en 1990, dos científicos alemanes concluyeron que la época perfecta del año para concebir es cuando el sol brilla durante aproximadamente 12 horas, lo que estimula la ovulación en las mujeres y la producción de esperma en los hombres. Seguramente incentivos visuales como la frugalidad de vestimentas y los sugerentes bronceados también ayudan. El verano es el momento del año para el amor, pero ligar será está vez más extraño que nunca.
Juegos eróticos con la mascarilla
Alcanzar el difícil equilibrio entre protegernos y gozar de los placeres eróticos se antoja el objetivo a cumplir, pero conjugar el uso de mascarillas, la distancia de seguridad y el acercamiento íntimo con nuevas amistades parece imposible. No hay que ir muy lejos para encontrar ejemplos: experiencias como un simple beso puede ser muy sexual y desencadenar los procesos fisiológicos que acompañan la excitación, pero como dice Francisca Molero, médica, sexóloga clínica y presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología, “en este momento, besar a una persona a la que acabamos de conocer es totalmente desaconsejable”. ¿Qué cuenta con la aprobación de la experta?
La covid-19 ha cambiado muchas cosas, e inevitablemente reformulará lo que coloquialmente se conoce como ir de flor en flor. “Los rituales tendrán que transformarse”, añade esta especialista. “Antes de la pandemia se habían modificado las interacciones amorosas, y muchas personas empezaban una relación sentimental a través del sexo; si funcionaba, se daban la oportunidad de seguir conociéndose. Ahora necesitarán sentirse más seguras para poder intimar”. ¿Cómo? “Deberá compensarse con la comunicación oral y no verbal”, expone Molero. “Van a tener muchísima importancia erótica la mirada, los gestos… Puede ser que demos más espacio a la seducción, a esa comunicación erótica que no es corporal. ¿Más a la antigua usanza? Seguramente”.
Guardar la distancia interpersonal no impide que haya que tener mucho tacto a la hora de iniciar las maniobras de seducción. El objetivo sigue siendo atraer a la parte contraria…, no espantarla. Así que cuidado con las medidas higiénicas, son necesarias pero hay que saber pedirlas. Decirle a alguien de entrada que vaya a lavarse las manos puede hacer que, sí, que vaya, pero que no vuelva. Para gestionar la situación, lo primero es recordarse uno mismo que se quiere mucho. “Cuanto más autoestima tiene la gente, más se cuida”, indica la psicóloga Miren Larrazábal. “Una vez que se tiene asimilado, debemos expresarlo directamente y sin rodeos, sabiendo que estamos reivindicando un derecho. Se puede decir así: ‘Vamos a estar muchísimo mejor tú y yo’. Incluso, igual que hacíamos las mujeres en la época del ‘póntelo, pónselo’, se puede ofrecer tu gel hidroalcohólico. Conviene ser proactivo”.
En cuanto a la mascarilla, a más de uno le han sorprendido las directrices que el Departamento de Salud de Nueva York publicó el pasado 8 de junio, entre las que recomienda usar el elemento de protección durante el sexo. Si estás entre los que se sorprenden, piensa que, según Francisca Molero, “tiene que estar presente, es evidente”: incorpórala con imaginación al juego erótico, como el antifaz. La guía también recomienda a las personas que hayan tenido distintas parejas sexuales someterse a tests mensuales, o de cinco a siete días después de cada encuentro.
La normalidad del sexo a dos metros
El contacto físico con la desnudez de otra persona, uno de los alicientes del sexo en pareja, entra en conflicto con los famosos dos metros de separación. Pero hay prácticas que pueden sustituir a la clásica refriega corporal y son, según Molero, igual de placenteras. “El sexo virtual también es sexo, y puede ser una alternativa a través de mensajes que permitan crear esa intimidad, y a partir de ahí, si se tiene más confianza, decidir si te puedes permitir la parte presencial. También, jugar a pedir a la otra persona que haga tal o cual cosa mientras miramos; y la masturbación, clarísimo”.
Puede ser que demos más espacio a la seducción, a esa comunicación erótica que no es corporal. ¿Más a la antigua usanza? SeguramenteFrancisca Molero, médica y sexóloga clínica
Es mejor esto que andar preguntando por el historial amatorio reciente de la otra persona o ir pidiendo pruebas médicas, como si el coronavirus fuera una ETS. “Ahora es bastante inútil, porque puede que no tuvieras covid hace una semana, cuando te hiciste la prueba, pero igual te has contagiado después. Aquí las únicas medidas son las de prevención y la vacuna, cuando esté”, afirma Molero. La psicóloga Miren Larrazábal opina que preguntar o pedir pruebas “en esta situación no garantiza nada, porque esa persona ha podido contagiarse después en una reunión”.
Es por ello que la psicóloga aboga también por rescatar prácticas menos frecuentes, asumiendo que será solo por un tiempo. “Esta nueva normalidad es también una nueva sexualidad, aunque transitoria”, señala. “Y, por tanto, debemos tomar medidas excepcionales y ser más creativos. Podemos practicar la masturbación conjunta guardando la distancia de seguridad. Todo eso debemos incorporarlo a nuestro repertorio de conductas sexuales y deben ser las más frecuentes mientras dure este estado excepcional”.
¿Existe la transmisión sexual?
Aparte de los dos metros de separación, las autoridades sanitarias mencionan que debe haber un contacto superior a los 15 minutos para que se considere de riesgo. ¿Tanto cambiará el mundo este verano que se llevará el sexo rápido? “En realidad no puedes jugar con los 15 minutos —dice Francisca Molero— porque puede que el tiempo pase volando y no te des cuenta y no es plan de estar pendiente del reloj para vigilar la duración de la exposición. Las recomendaciones teóricas son geniales y basadas en evidencias, pero en la práctica es difícil. Es más fácil tener presente la distancia de seguridad”.
En definitiva, como asegura la sexóloga, “no es el verano para ser promiscuo”. Pero tampoco hay que ponerse un límite al número de amantes estivales. “Si las relaciones se basan en sexo virtual, en seducción y en medidas seguras, se pueden tener muchísimos”.