La Biblia: Roberto Calasso y John Barton dedican su pensamiento a la piedra angular de la cultura de Occidente
Dos libros abordan desde distintos frentes la historia del texto sagrado para desentrañar de forma amena y rigurosa el mito
Llegan como novedad dos libros oceánicos —cada uno a su manera, complementarios de algún modo— teniendo como eje la Biblia, libro que acapara la centralidad de la cultura de Occidente y de múltiples formas, desde la norma hasta el mito, piedra angular de la creencia de unos y de la no creencia de todos los demás. Y sin obviar, su faceta creadora absoluta de un imaginario psicológico y legalista, material e invisible imperecedero.
Ático de los Libros lo hace de la mano de John Barton (Londres, 1948), uno de los más reputados biblistas en activo, teólogo que ejerció como catedrático de In...
Llegan como novedad dos libros oceánicos —cada uno a su manera, complementarios de algún modo— teniendo como eje la Biblia, libro que acapara la centralidad de la cultura de Occidente y de múltiples formas, desde la norma hasta el mito, piedra angular de la creencia de unos y de la no creencia de todos los demás. Y sin obviar, su faceta creadora absoluta de un imaginario psicológico y legalista, material e invisible imperecedero.
Ático de los Libros lo hace de la mano de John Barton (Londres, 1948), uno de los más reputados biblistas en activo, teólogo que ejerció como catedrático de Interpretación de las Sagradas Escrituras en la Universidad de Oxford durante 23 años. Obviamente, no es el único libro que ha escrito sobre el libro sagrado, pero sí que representa un intento de condensar la historia de la creación, elaboración y reelaboración de los libros que integraron los textos que integran la Biblia tal y cómo la conocemos. Sus lecturas y traducciones, qué se incluyó en ella y qué se quedó fuera y en la medida de la hipótesis por qué sucedió en ambos casos.
La propuesta de Barton es minuciosa, rigurosa, pero al mismo tiempo, casi siempre entretenida y, del mismo modo, tan respetuosa como no dogmática. La Biblia no es un monolito, y de ello puede desprenderse y demostrarse que ninguna de las religiones monoteístas se basa en ese único texto, sino que también lo hacen en las creencias, prácticas y tradiciones de esas comunidades. Ello es palmario cuando recorremos el relato de esas tradiciones y leyendas, mitos o revelaciones que han sido fagotizadas por el texto bíblico, en un afán de la costumbre de explicar aspectos obviados, no dichos, insinuados o que hoy nos parecen meramente colorista. El Nuevo Testamento, por ejemplo, nació de códices recordatorios para quienes difundían el mensaje de Jesús. Una especie de textos de consulta para olvidos o dudas, para justificar el cristianismo y no al revés.
El libro de todos los libros del nunca suficientemente añorado Roberto Calasso (Florencia, 1941-Milán, 2021), autor, editor, “un hombre que nació para leer” (Ernesto Hernández Busto) es un banquete distinto y, para el lector literario casi con toda probabilidad más satisfactorio. Este volumen dedicado al Antiguo Testamento y la Torá es el décimo volumen de la obra magna La ruina de Kasch. Desde sus primeras frases, Calasso hace eso que solo muy pocos, consiguen hacer: encontrar el tono apropiado, las luces ideales que iluminan pero no cansan para que sigas al que te habla desde el texto, en ese híbrido entre narración y ensayo que nunca en Calasso es ni cartesiano ni delirante.
Calasso explica al lector contemporáneo la historia desde antes de la creación del mundo hasta la expectación de la llegada de un Mesías. Algo parecido hizo, por ejemplo, con los mitos griegos en Las bodas de Cadmo y Harmonia, y ahora la caza mayor es Yavhé, Elohim tanto como Saúl, Sara, David, Salomón o El Cantar de lo Cantares. Te lo explica con una voz literaria elegante, exquisita, audaz pero nunca petulante ni estrafalaria, dando su espacio a lo irracional, lo histórico, lo posible y todos los quizás probables. Pero siempre con la conciencia de estar explicando una historia sustentada y apuntalada en el mito que ha impregnado la conciencia contemporánea.
No olvida tampoco la tradición y mitología de otras culturas, a Freud o el Holocausto buscando en cierto modo por qué ese libro de libros es tan distinto a todos los otros, porque esos mitos siguen siendo aún nuestros mitos. Por qué esa comunidad judía desde ese Libro de libros, ya fuera en la diáspora o el exterminio, la masacre ejercida o sufrida condicionó y sigue condicionado a toda la Humanidad.
En el maravilloso laberinto que es siempre un libro de Calasso, se nos regala la sensación de que se puede escribir —de hecho, que solo se puede escribir— desde lo absoluto, desde arriba o abajo pero con todo pues todo está en todo. Este libro no es una excepción y tú no dejas de sorprenderte por cómo consigue hacer lo que hace, de qué manera te lleva de la mano sin tocarte pero tampoco perderte por ese laberinto. Tiene tiempo incluso de ajustar cuentas (por ejemplo, con el Moisés de Freud, una maravillosa historia inventada argumentando que no lo es) y mostrar qué hay de diferenciador en esta historia de un dios y su pueblo. Sugiere el concepto de la culpa como hecho diferenciador (o la obsesión de la primogenitura no natural o mujeres no fértiles que paren o un Dios celoso, cruel, veleidoso y vengativo) pero también el estilo. Todos los libros religiosos de la época muestran una prosa llena de artificios, reflejo imposible de una belleza exuberante y desbordante. En la Biblia, el estilo narrativo (seco, elusivo, confuso muchas veces) es único. Aún se le imita. De James Ellroy a Bob Dylan, por ejemplo.
Historia de la Biblia
Traducción Luis Noriega
Ático de los libros, 2024
816 páginas. 39,95 euros
El libro de todos los libros
Traducción de Pilar González Rodríguez
Anagrama
495 páginas. 22,90 euros