Susana Martín Gijón: “Los excesos están sobrevalorados; no hace falta tanto de nada”

Autora de novelas negras construidas en torno a temas sociales contemporáneos, la escritora traslada el terror al Siglo de Oro sevillano en ‘La Babilonia, 1580′

Emilio Morales

Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981), autora de novelas negras construidas en torno a temas sociales contemporáneos, traslada el terror al Siglo de Oro sevillano en la novela histórica La Babilonia, 1580 (Alfaguara).

Cuente en una frase qué le espera al lector de La Babilonia, 1580. Una inmersión en la Sevilla del siglo XVI, navegar en un galeón de la flota de Indias, reflexionar sobre la desigualdad...

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Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981), autora de novelas negras construidas en torno a temas sociales contemporáneos, traslada el terror al Siglo de Oro sevillano en la novela histórica La Babilonia, 1580 (Alfaguara).

Cuente en una frase qué le espera al lector de La Babilonia, 1580. Una inmersión en la Sevilla del siglo XVI, navegar en un galeón de la flota de Indias, reflexionar sobre la desigualdad social, soltar alguna carcajada, y vivir toda una serie de aventuras a ritmo de thriller sin poder –espero– despegarse del libro.

¿Qué libro la convirtió en lectora? La verdad, no tengo la menor idea. Mi madre nos llevaba a la biblioteca desde antes de tener uso de razón, he devorado muchos más de los que puedo recordar.

¿Y en escritora? Me estrené en 2013 con Más que cuerpos, el primero de la saga de mi policía afroextremeña Annika Kaunda.

¿Cuál ha sido el mejor elogio que ha escuchado de su trabajo? Me siento una privilegiada por el reconocimiento que se está haciendo de mi obra. Con La Babilonia, 1580, valoro que se aprecie el ingente trabajo de documentación que hay detrás, y también que se considere mi mejor obra, porque yo así lo percibo, me ha hecho crecer mucho como escritora.

¿Y el más extravagante? Algunos de los mensajes que recibo me hacen reír mucho, como este que transcribo: “Susana, perdona la confianza, pero cómo se puede ser tan monstruosa, eres la hostia, hacía tiempo que no leía algo tan rebuscado, insólito y atrevido”.

¿A qué hora del día prefiere escribir? ¿Y en qué lugar prefiere hacerlo? Por la mañana, en mi estudio, con mis gatos molestando mientras tecleo. El plan perfecto.

¿Qué libro tiene abierto en la mesilla de noche? Lapvona, de Ottessa Moshfegh, y Prehistorias de mujeres, de Marga Sánchez Romero.

¿El último que le ha entusiasmado? La malnacida, de Beatrice Salvioni.

¿Qué autor/a de novela negra poco conocido/a recomendaría? Tres escritoras chilenas que están trabajando duro para visibilizarse en su país: Paula Ilabaca, Julia Guzmán y Valeria Vargas.

¿Cuál es la película que más veces ha visto? Puede que El padrino, no soy muy original.

¿La última serie que vio del tirón? La maravillosa señora Maisel.

¿Qué canción usaría como autorretrato? Uf, pregunta complicada. Si se me permite tirar de humor, Adulto funcional, de Carrera Blanca.

¿Qué trabajo no aceptaría jamás? Comerciante de armas.

¿Cuál es el suceso histórico que más admira? Es difícil quedarse con uno, pero ya que estamos en el siglo XVI, la vuelta al mundo de la expedición de Magallanes y Elcano fue una gesta asombrosa para la época. O la tarea titánica que acometió Teresa de Jesús para disminuir los privilegios en el seno de la Iglesia.

¿Qué está socialmente sobrevalorado? Los excesos: de alcohol, de comida, de dinero, de ropa... No hace falta tanto de nada.

De no haber sido escritora, sería... Pintora. O profesora de yoga. O psicóloga. O cooperante internacional. O abogada de derechos humanos… Creo que necesito muchas vidas.

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