Pilar Fraile: “El capitalismo se ha transformado en una fe, en una creencia”

La autora salmantina mezcla el ‘big data’, el mundo del trabajo y la ciencia ficción en ‘Días de euforia’

Ilustración de Setanta.

Pilar Fraile (Salamanca, 45 años) acaba de ganar el premio de la crítica de Castilla y León por Días de euforia (Alianza), en el que confluyen las pesadillas, el big data y el mundo laboral. Con ese libro confirma la revelación que supuso hace tres años Las ventajas de la vida en el campo (Caballo de Troya)

Visto lo visto desde hace un año, ¿por qué sigue siendo más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo?

La famosa frase de ...

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Pilar Fraile (Salamanca, 45 años) acaba de ganar el premio de la crítica de Castilla y León por Días de euforia (Alianza), en el que confluyen las pesadillas, el big data y el mundo laboral. Con ese libro confirma la revelación que supuso hace tres años Las ventajas de la vida en el campo (Caballo de Troya)

Visto lo visto desde hace un año, ¿por qué sigue siendo más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo?

La famosa frase de Jameson, con toda su ironía, pone el dedo en la llaga: el capitalismo se ha transformado en una creencia, algo que es difícil de desterrar. Como escritora me interesa el modo en el que esta fe modela nuestro imaginario y la forma de relacionarnos.

¿El coronavirus ha vuelto realista la ciencia ficción?

La mejor ciencia ficción se sirve del mañana para hablar del hoy, especialmente de nuestros miedos y deseos. Esta pandemia ha hecho más visible parte de esos miedos, tal vez por eso algunas de estas ficciones resultan hoy día más reveladoras.

¿Hay manera de protegerse contra el abuso del big data?

Aunque se produjera una regulación más estricta, cosa deseable, no creo que eso redujera el impacto psicológico y social que ya ha provocado y seguirá provocando el Big Data. Su uso está redefiniendo cosas esenciales, por ejemplo, la misma noción de “abuso”.

Recomiéndenos un libro sobre el tema.

Armas de destrucción matemática, de Cathy O´Neill, desde el ensayo. Las constelaciones oscuras, de Pola Oloixarac, en el terreno de la ficción.

Y una novela de humor.

Sangre sabia, de Flannery O’Connor me hizo reír a carcajadas.

Y, para terminar, otra sobre el mundo del trabajo.

Mejor cuentos, todos los de George Saunders, especialmente los de CivilWarLand in Bad Decline. Bueno, y también una novela, Ladrilleros, de Selva Almada.

¿Cómo tratar de vender un libro sin caer en los mecanismos de la publicidad y el consumo?

En mi opinión el problema acuciante al que nos enfrentamos es cómo escribir sin quedar atrapados en estos mecanismos. Necesitamos literatura intelectualmente desafiante que desmenuce el delirio social en el que vivimos.

¿Qué libro le hizo querer ser escritora?

No puedo señalar un libro concreto. Quedaría poético, pero no fue así. Es como si el deseo de escribir hubiera nacido conmigo. Era y es una atracción fatal.

¿Qué libro ajeno le habría gustado escribir?

¡Muchos! Exhalación, de Ted Chiang es el que escogería en estos días.

¿Qué libro no pudo terminar?

Aunque dé vergüenza decirlo, El ruido y la furia, de Faulkner. No sé cuántos intentos llevo. No pierdo la esperanza.

De no ser escritora le habría gustado ser...

La física teórica era otro posible camino. Siempre pienso que tengo una doble en un universo paralelo pasándoselo pipa con la materia oscura.

¿Cuál es la película que más veces ha visto?

Promesas del Este, de David Cronenberg.

Si tuviese que usar una pieza musical como autorretrato, ¿cuál sería?

Los días que hago pie, A Love Supreme, de Coltrane y los otros, Ne me quitte pas, de Jacques Brel.

¿Qué está socialmente sobrevalorado?

El pensamiento positivo.

¿A quién le daría el próximo premio Cervantes?

Que yo pudiera decidir eso sí que me parece ciencia ficción, pero venga, a Raúl Zurita y a Chantal Maillard. Y, ya puestos, pediría un milagro y se lo daría a Mercedes Soriano.

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