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Arranca el mayor juicio por corrupción en Argentina contra Kirchner y otros 86 imputados

La expresidenta está acusada de ser la jefa de una asociación ilícita para recaudar sobornos pagados por empresarios. Kirchner considera que se trata de un “escandaloso bodrio judicial”

Mar Centenera

Cristina Kirchner es la protagonista del mayor juicio por corrupción de la historia de Argentina. Este jueves, la expresidenta siguió por Zoom la larga lectura de la acusación que pesa contra ella con la que arrancó la primera de las audiencias virtuales. Está imputada como presunta jefa de una asociación ilícita de recaudación de sobornos pagados por empresarios a cambio de adjudicaciones de obras estatales durante los ocho años en los que gobernó Argentina, entre 2007 y 2015. El megajuicio oral de la conocida como Causa Cuadernos tiene 87 imputados —20 exaltos cargos kirchneristas y 65 empresarios, entre otros— y se prevé que se extienda por más de dos años de forma virtual.

El Tribunal Oral Federal 7 dio inicio al juicio oral siete años después de una investigación que tuvo como punto de partida la publicación en el diario La Nación de los cuadernos de Oscar Centeno, chofer de un alto cargo de Néstor y Cristina Kirchner. A lo largo de diez años, Centeno registró de forma minuciosa cada viaje que realizó con bolsos cargados de dinero. Detalló horarios, rutas, nombres y hasta el peso de los bolsos cuando le fue imposible calcular cuántos dólares había en su interior.

La expresidenta, de 72 años, ya tiene una condena firme a 6 años de prisión en otra causa por corrupción y, desde junio pasado, cumple la detención en su domicilio. Ahora enfrenta posibles penas de entre 5 y 10 años.

Este jueves, Kirchner calificó el proceso de “show judicial” destinado a distraer la atención de las reformas económicas que prepara el Gobierno de Javier Milei. “Mantuvieron la ‘operación cuadernos truchos’ en la heladera, siempre lista para descongelarla cuando hiciera falta. Y ahora arranca, justo cuando se discute el futuro del trabajo y de las jubilaciones, en lo que constituye una verdadera agenda judicial al servicio del ajuste. Así es que llegamos a este escandaloso bodrio judicial de cuadernos truchos reescritos 1500 veces y ‘arrepentidos’ a los que más bien habría que llamar ‘extorsionados’“, escribió la expresidenta en X.

Según la imputación de la fiscalía, la expresidenta y su marido, el ya fallecido Néstor Kirchner, organizaron entre 2003 y 2015 “un sistema de recaudación de fondos para recibir dinero ilítico con el fin de enriquecerse ilegalmente”. Para eso, establecieron “acuerdos con importantes empresarios de compañías nacionales e internacionales, por medio de los cuales obtenían beneficios recíprocos”. La parte acusatoria considera que “los líderes y organizadores de esa estructura paraestatal diagramaron un circuito de recaudación de dinero centrado, principalmente, en el otorgamiento y adjudicación de obras públicas y/o servicios, y otros beneficios vinculados”.

La primera audiencia se prolongó durante más de cuatro horas con la lectura del primer requerimiento fiscal, que tiene un total de 678 páginas. Según lo previsto, la etapa de la lectura de la acusación se extenderá hasta el 11 de diciembre y después comenzarán las declaraciones indagatorias a los imputados. Esta parte inicial del proceso es abierta al público y puede seguirse de forma virtual.

La Causa Cuadernos son en realidad seis causas unificadas. Los ejes principales son los cobros a empresarios detallados por el chofer Centeno en sus cuadernos, las maniobras para la adjudicación de contratos de transporte ferroviario y corredores viales, y la cartelización de la obra pública. Las imputaciones se extienden a exministros, secretarios, subsecretarios y directores de Estado kirchneristas, a Centeno y otro exchofer, y a ejecutivos de grandes compañías de construcción, energía y transporte.

Algunos industriales poderosos, como el multimillonario Paolo Rocca, líder del Grupo Techint, lograron revocar sus imputaciones iniciales. La mayoría de empresarios, por el contrario, se sentaron este jueves frente a sus computadoras para seguir el inicio del juicio.

En 2018, cuando estalló el escándalo, una veintena de los ejecutivos mencionados en sus cuadernos aceptaron declarar como arrepentidos a cambio de beneficios judiciales. Muchos admitieron los desembolsos, pero negaron que fuese a cambio de obtener contratos de obra pública. Según sus testimonios, los fondos que entregaron estaban destinados a financiar las campañas electorales del oficialismo y fueron contribuciones forzosas tras ser extorsionados. Esa fue la versión ante la Justicia del constructor arrepentido Angelo Calcaterra, primo del expresidente Mauricio Macri, y también de Aldo Roggio, dueño de uno de los grandes conglomerados empresariales de Argentina, Grupo Roggio, entre otros. Otros industriales poderosos, como el multimillonario Paolo Rocca, dueño del Grupo Techint, lograron revocar sus imputaciones.

Otros acusados, en cambio, admitieron el pago sistemático de sobornos, como el extitular de la Cámara Argentina de la Construcción y dueño de la constructora Esuco, Carlos Wagner. Contó, además, que el sistema de recaudación ilegal había comenzado durante la presidencia de Néstor Kirchner (2003-2007) y continuó durante los dos mandatos de su esposa y sucesora, Cristina Kirchner.

El tribunal rechazó hace unas semanas la posibilidad de que los empresarios imputados se libren del juicio a cambio de una reparación económica. Sostuvo que “los delitos de corrupción afectan bienes jurídicos supraindividuales que no pueden ser compensados solo con dinero”.

Durante el juicio, se presume que las defensas de los acusados van a cuestionar la autenticidad de los cuadernos, la prueba central del caso. Los abogados de Kirchner ya pidieron, sin éxito, la nulidad de la causa porque dos peritajes detectaron en las anotaciones de Centeno numerosas alteraciones, tachaduras y enmiendas realizadas por otras personas.

El megajuicio se desarrollará a través de una audiencia semanal este 2025 y dos audiencias por semana a partir de marzo del año que viene. Está previsto que comparezcan más de 400 testigos y que se extienda por años.

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Sobre la firma

Mar Centenera
Es corresponsal de EL PAÍS en Buenos Aires. Antes trabajó en la sección Internacional de Público, fue enviada especial en Afganistán y Filipinas, y corresponsal de la Agencia Efe en Yakarta y Buenos Aires. Es licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
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