Milei cede al reclamo de los productores y baja los impuestos a las exportaciones rurales
La disminución del tributo que pagan la soja y otros cultivos regirá hasta junio. El Gobierno anuncia también la eliminación de las retenciones a productos regionales
Mientras Javier Milei participa en Davos del Foro Económico Mundial, su Gobierno anunció este jueves una reducción temporaria del impuesto a la exportación que pagan los principales cultivos de Argentina, una de las fuentes centrales de divisas para el país. La medida fue tomada en respuesta al creciente reclamo de los productores agrarios, asediados por la caída de precios internacionales de las commodities y por la apreciación del peso argentino que ha generado el plan económico de Milei.
“Este Gobierno vino a bajar impuestos”, dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, al hacer el anuncio en la Casa Rosada. Su mensaje fue dirigido a quienes cuestionan a la Administración ultra por incumplir o postergar promesas de campaña. Eliminar las retenciones a las exportaciones es una de ellas.
El ministro explicó que la baja impositiva regirá hasta fines de junio y alcanzará a la soja y sus derivados, el trigo, la cebada, el sorgo, el maíz y el girasol. La mayor disminución beneficiará al poroto de soja: los derechos de exportación pasarán del 33 al 26%. Caputo anunció también que se eliminarán en forma definitiva las retenciones a las economías regionales, un conjunto que incluye las producciones de azúcar, algodón, tabaco, arroz, maní, cuero y lanas, entre otras. El anuncio se produjo antes de que Caputo reciba, en los próximos días, a los dirigentes de las organizaciones ruralistas.
El ministro y el vocero presidencial, Manuel Adorni, sostuvieron que la medida es posible gracias a “la consolidación del superávit financiero” y “al riguroso plan económico ortodoxo” aplicado por el Gobierno. “La razón por la que no podemos hacerlo permanente es porque no tenemos los recursos”, justificó Caputo, “producto del desastre heredado y de nuestro mal historial crediticio”, alegó. Según sus cálculos, el Estado debería lograr un superávit equivalente a 8.000 millones de dólares para eliminar las retenciones al agro: en 2024, tras un profundo ajuste del sector público, el superávit fiscal rondó los 1.600 millones de dólares.
En las últimas dos décadas, el impuesto a las exportaciones agropecuarias, en especial a la soja, se convirtió en un ingreso clave para las arcas del Estado argentino y, a la vez, permitió desacoplar los precios locales de los internacionales. Fue, también, eje de fuertes disputas entre los Gobiernos kirchneristas y las organizaciones de productores rurales.
Milei llegó a la Casa Rosada hace poco más de un año con un discurso que reivindica el modelo agroexportador que dominó la economía de Argentina entre fines del siglo XIX y principios del XX, y con el compromiso de eliminar las retenciones. Hace seis meses, en la tradicional exposición rural que se realiza en Buenos Aires, reiteró sus promesas y les pidió a los productores “tiempo” y “paciencia”. “Por primera vez en 100 años tienen un Gobierno que quiere lo mismo que ustedes”, les dijo entonces.
Las organizaciones rurales sostienen que han aportado 200.000 millones de dólares en impuestos a las exportaciones en 20 años y que los productores están “agobiados” por la presión impositiva. También cuestionan las restricciones cambiarias que los fuerzan a entregar los dólares de sus exportaciones al Banco Central, a una cotización oficial inferior a la del mercado informal.
Ese escenario se complicó en los últimos meses, con la caída del precio de la soja y la apreciación de la moneda argentina. Grandes empresas del sector agropecuario se declararon en default y anunciaron que no podrán pagar sus obligaciones. Esta semana, tres gobernadores de provincias donde la producción agraria es central dejaron de lado su alianza política con Milei y exigieron una baja de las retenciones. “Desde Buenos Aires tienen que dimensionar que, si no se toman medidas urgentes, el campo se va a fundir”, advirtió este martes el mandatario de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, acompañado por sus pares de Córdoba, Martín Llaryora, y de Entre Ríos, Rogelio Frigerio.
Además de desactivar el reclamo ruralista, con la baja de retenciones el Gobierno de Milei aspira a estimular la liquidación de exportaciones y el ingreso de divisas, mientras negocia con el Fondo Monetario Internacional un nuevo acuerdo que inyecte fondos frescos en las necesitadas arcas argentinas.
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