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Milei tensiona a su Gobierno y sus alianzas para nombrar a un juez en la Corte Suprema

El presidente ultraderechista impulsa para el máximo tribunal a un cuestionado magistrado que este miércoles defendió su candidatura en el Senado

Ariel Lijo en el Senado.
Ariel Lijo en el Senado.SENADO DE ARGENTINA

La iniciativa de Javier Milei para nombrar a dos jueces en la Corte Suprema de Justicia argentina ha generado un quiebre dentro de su propio partido y también entre sus principales aliados. El presidente promueve la designación de dos hombres, por lo que —en caso de avanzar los nombramientos— el máximo tribunal judicial del país seguiría sin incluir mujeres, vulnerando la paridad de género. Es Ariel Lijo el más cuestionado, y no solo por ser hombre: la oposición política e incluso legisladores del Gobierno lo acusan de falta de idoneidad para el cargo y recuerdan que tiene más de 30 denuncias por mal desempeño ante el Consejo de la Magistratura, el órgano que controla a los jueces. Lijo fue el primero de los dos candidatos en defender su postulación ante la Cámara de Senadores. La semana que viene será el turno del otro candidato, el abogado conservador y antiabortista Manuel García-Mansilla.

La Corte Suprema debería contar con cinco magistrados pero está integrada por cuatro desde que en 2021 dejó su cargo la única mujer que quedaba en el tribunal. Milei propuso a Lijo para reemplazarla y a García-Mansilla para tomar el lugar que dejará a fin de año, cuando se jubile, otro de los magistrados. Mientras el segundo nombre parece afín a la ideología que representa el mandatario ultraderechista, el primero parece producto de un acuerdo político que incluye a parte de la corporación judicial y es, hasta ahora, el que más conflictos le ha generado al Gobierno.

En plena tensión con Milei, con quien suma diferencias semana a semana, la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, se pronunció este martes contra el nombramiento de Lijo. “Ha partido mucho a la sociedad su candidatura, entre los que están a favor y en contra. Es un juez controversial que no contaría con los pergaminos necesarios”, dijo, tras objetar que no se haya propuesto a una mujer para el cargo. No fue la única voz del oficialismo que cuestionó al juez.

También le bajó el pulgar el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), quien fue hasta ahora uno de los principales aliados de Milei pero, en los últimos días, comenzó a tomar distancia del Gobierno: a principios de este mes, dijo que “la nominación [de Lijo] es un error” y que designarlo generaría desconfianza en la Corte.

Ariel Lijo (Buenos Aires, 1968) ingresó en el Poder Judicial en 1991 y en octubre cumplirá 20 años como cabeza del Juzgado Federal 4º en lo Criminal y Correccional, donde fue elegido por concurso. Tuvo a su cargo numerosas causas de relevancia política y social, como el encubrimiento del atentado a la AMIA, el llamado caso Ciccone, que terminó con la condena del exvicepresidente Amado Boudou, y el expediente del Correo Argentino, por el supuesto intento de defraudar al Estado que involucra a Mauricio Macri y su familia.

La Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) destacó en un informe que Lijo está entre los tres jueces federales de Buenos Aires más denunciados: recibió 32 acusaciones en el Consejo de la Magistratura por diversas irregularidades, “desde la demora injustificada hasta incumplimientos de normas procesales, así como situaciones de violencia”, indica ACIJ. El mismo informe detalla que el juez tiene o tuvo a su cargo la investigación de 89 causas de corrupción y que 26 de ellas continúan en período de instrucción, la mitad desde hace más de una década.

El Ministerio de Justicia del Gobierno de Milei informó de que la postulación de Lijo a la Corte cosechó 3.578 adhesiones y 328 impugnaciones.

En el Congreso

Después de ser propuestos por el Poder Ejecutivo, los candidatos a la Corte deben primero lograr la aprobación de la Comisión de Acuerdos del Senado (necesitan 9 votos sobre 17 miembros) y, luego, tienen que conseguir el voto de dos tercios de la Cámara alta (48 sobre 72, si están todos los senadores presentes). Como parte del proceso de debate y selección, los candidatos deben exponer y responder preguntas ante los senadores.

Lijo lo hizo durante ocho horas, este miércoles. “La Corte hoy está integrada por académicos, por jueces que provienen por distintos sectores de la actividad jurídica, y yo sería un representante del Poder Judicial”, se presentó. Inicialmente tenso y nervioso, se fue soltando ante las preguntas.

Entre las críticas que debió afrontar, hubo senadores que le objetaron ser “un tiempista de las causas”, “falto de idoneidad”, y se le recordaron las numerosas acusaciones por mal desempeño. Los dardos fueron lanzados por senadores del PRO (el partido de Macri) y de la Unión Cívica Radical, fuerzas habitualmente aliadas del oficialismo. También por los legisladores opositores del peronismo y hasta de La Libertad Avanza (la agrupación de Milei).

“Rechazo por infundada mi supuesta falta de idoneidad moral”, respondió el juez y remarcó que, pese a las denuncias, nunca fue sancionado por el Consejo de la Magistratura. Ante los cuestionamientos por la ausencia de paridad de género en el máximo tribunal, Lijo admitió que “debería haber una mujer en la Corte”. Pero buscó separar su designación de esa falencia.

La semana que viene expondrá el otro candidato de Milei a la Corte, García-Mansilla. En la Comisión de Acuerdos, que deberá emitir dictamen sobre los postulantes, será clave la postura que asuma la principal fuerza opositora, el peronismo, que cuenta con 7 de los 17 miembros. Por ahora no anunció cuál será su voto y sus dirigentes dejaron trascender que no hay negociaciones abiertas con el Gobierno, aunque no las descartaron.

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