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Milei profundiza el discurso antifeminista tras las denuncias de violencia de género contra Fernández

El Gobierno argentino justifica el cierre del Ministerio de la Mujer porque “evidentemente, no sirvió para nada”

El presidente de Argentina, Javier Milei participa en el Congreso Judío Latinoamericano el 17 de julio de 2024, en la ciudad de Buenos Aires (Argentina).
El presidente de Argentina, Javier Milei participa en el Congreso Judío Latinoamericano el 17 de julio de 2024, en la ciudad de Buenos Aires (Argentina).Juan Ignacio Roncoroni (EFE)
Federico Rivas Molina

Javier Milei está exultante. El escándalo por violencia de género que ha hundido al expresidente peronista Alberto Fernández le ha dado argumentos para justificar su política contra el feminismo. El presidente de Argentina ha ocupado los primeros ocho meses de gestión en desmantelar o desfinanciar décadas de políticas de protección de las mujeres. El Gobierno de ultraderecha dice ahora que las agresiones que la ex primera dama Fabiola Yañez presuntamente recibió en la residencia presidencial confirman que “la política de género no se usó para ayudar, sino para hacer politiquería barata”. “Evidentemente, no sirvió para nada”, dijo el miércoles el vocero presidencial, Manuel Adorni.

En Argentina se produce un feminicidio cada 35 horas. El último informe de la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema reveló que en 2023 “se identificaron 250 víctimas directas de feminicidio” y otras 22 de “feminicidio vinculado”, es decir, asesinatos cometidos para causarle daño a una mujer. Las cifras han empeorado un 11% con respecto a 2022. Las mujeres asesinadas durante la última década suman 2.446.

La sociedad argentina lleva años intentando responder a la violencia contra las mujeres, en línea con una larga trayectoria en políticas de derechos humanos derivadas de la respuesta a la dictadura (1976-1983). Con el regreso de la democracia, crecieron las demandas de la que en ese entonces era la Multisectorial de la Mujer. En 1987, se crea la Subsecretaría de la Mujer, que en los años noventa se convirtió en Consejo Nacional hasta ser ministerio en 2019, bajo la presidencia de Alberto Fernández. Esa estructura con casi 40 años de historia es la que borró de un plumazo Milei apenas asumió la presidencia el 10 de diciembre del año pasado.

El desmantelamiento del ministerio es solo la parte más visible de la embestida ultra contra las políticas de género en Argentina. En silencio, la Casa Rosada ha desfinanciado los programas de ayuda a las víctimas, como el Acompañar, que otorga un salario mínimo durante seis meses a mujeres que necesitan un sustento para abandonar el hogar de su agresor o alcanzar la independencia económica. En el primer trimestre de 2023, recibieron el beneficio más de 34.000 mujeres; en el mismo periodo de 2024, ya con Milei en la Casa Rosada, la cifra se redujo a 434. Las denuncia de Fabiola Yañez contra Fernández, su expareja, ha dado ahora alas al discurso antifeminista. “Veníamos de un presidente que sobreactuaba su feminismo”, lamenta Natalia Gherardi, directora ejecutiva de ELA, una organización que desde 2003 promueve la igualdad de género. “Fernández hacía uso de un movimiento social que no encarnaba ni le pertenecía. Y ahora tenemos un Gobierno que también tiene una reacción sobreactuada de indignación [por la denuncia de Yañez] y al mismo tiempo profundiza la desarticulación de las políticas contra las violencias. Esto va mucho más allá de haber desarmado un ministerio”, dice.

El argumento de Milei y sus seguidores es que la violencia es violencia, sin importar el género de víctima y victimario. Desde esa premisa, se dejó en manos del Ministerio de Justicia el tratamiento de la cuestión, sin que haya una oficina con perspectiva de género. Las estadísticas elaboradas por ELA dejan clara la dimensión del desguace. Desde enero, se desactivaron 19 políticas públicas de género y el presupuesto de la Línea 144 de apoyo de emergencia a las víctimas bajó un 28% respecto al año anterior. En junio pasado, se despidió a casi el 40% del personal de la línea, que entre 2019 y 2023 recibió en promedio 340 llamados diarios. “Ahora hay turnos con solo dos trabajadoras”, denunció Gherardi.

La Línea 144 tomó especial relevancia esta semana porque el vocero presidencial la dio por activa y eficiente. “Tiene 84 personas trabajando [en diciembre pasado tenía 136], no se desfinanció y está a disposición de todos los que la necesiten y sientan algún tipo de violencia”, dijo en su habitual rueda de prensa matutina. Y cerró su comentario con una ironía hacia la periodista que le había realizado la pregunta: “Yo te creo, hermana”. “Cuando ves los acontecimientos de los últimos días, se nota que la desprotección de la mujer en términos de violencia era total”, agregó más tarde, en referencia a la denuncia contra el expresidente Fernández. Y cargó luego contra Fabiola Yañez. “Lo terrible que le haya ocurrido no la exonera de sus pecados o delitos durante cuatro años”, disparó, en alusión a la fiesta de cumpleaños que celebró en la residencia presidencial en 2020, cuando los argentinos estaban encerrados en sus casas por la pandemia de la covid-19. La celebración fue un golpe durísimo para Fernández y el inicio de su ocaso político.

Milei también aprovechó el escándalo que afecta a su predecesor, pero a su estilo. Fernández se hizo popular por el afecto que le prodigaba a Dylan, un perro raza collie que hasta tuvo su propia cuenta en las redes sociales. “Alberto, del mismo modo como te he ofrecido cuando te fuiste a España cuidarte a Dylan, vuelvo a reiterarte que él será bienvenido para que lo cuidemos en la familia de las fuerzas del cielo”, le dijo el actual presidente.

La justicia argentina investiga a Fernández por “lesiones graves” y “abuso de poder y autoridad” contra Fabiola Yañez. El miércoles, la fiscalía presentó un largo escrito donde detalla una por una todas las denuncias presentadas por su ex pareja en el consulado argentino en Madrid. El fiscal Ramiro González elevó la acusación de “lesiones leves” a “graves”, producidas en un “marco de violencia de género”. Le atribuye además “amenazas coactivas”.

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Sobre la firma

Federico Rivas Molina
Es corresponsal de EL PAÍS en Argentina desde 2016. Fue editor de la edición América. Es licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires y máster en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.
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