Una denuncia por torturas de militares rusos en Ucrania llega a los tribunales argentinos
“Me torturaron con descargas eléctricas. Fue increíblemente doloroso”, asegura la víctima ucrania de una denuncia presentada por la ONG The Reckoning Project
La guerra de Rusia en Ucrania ha llegado hasta los tribunales de Argentina. La organización de periodistas y abogados The Reckoning Project, con base en Ucrania, se ha presentado ante la justicia federal del país latinoamericano para solicitar que investiguen las supuestas torturas perpetradas por soldados rusos contra un hombre ucranio en una zona ocupada del sur del país, ya sea por la comisión de este delito o por facilitarlo. Esta ONG denunció el martes que la víctima fue detenida ilegalmente y encerrada junto a casi una veintena de personas en una celda de diez metros cuadrados. Durante su reclusión, según la querella, fue torturado con descargas eléctricas hasta perder el conocimiento.
La decisión de presentarse ante un juez argentino responde a la búsqueda de nuevas puertas a las que golpear en busca de ayuda. El sistema judicial de Ucrania está saturado por las múltiples denuncias de violaciones de derechos humanos recibidas desde la invasión rusa al país del 24 de febrero de 2022. “Los fiscales que investigan en Ucrania están sobrepasados”, dice por teléfono la periodista ucrania Nataliya Gumenyuk, cofundadora de The Reckoning Project. “Para nosotros, los ucranios, la idea de buscar justicia en Argentina es tanto una llamada al apoyo internacional para defender el estado de derecho como una esperanza de que la justicia sea posible”, agrega.
La Constitución de Argentina permite que sus tribunales apliquen la jurisdicción internacional para juzgar crímenes contra la humanidad con independencia del lugar donde se hayan cometido y de la nacionalidad del autor y/o de la víctima. La justicia federal argentina ya tiene tres causas abiertas bajo este principio legal. La primera, iniciada en 2010, está vinculada a crímenes perpetrados por el régimen franquista español entre 1936 y 1977. La segunda se remonta a 2021 e investiga el presunto genocidio contra la comunidad rohingya en Myanmar. La última causa internacional se abrió el año pasado contra las Fuerzas Armadas de Venezuela: a pedido de la Fundación Clooney, la Justicia investiga aparentes violaciones sistemáticas a los derechos humanos perpetradas en el país liderado por Nicolás Maduro.
La denuncia de The Reckoning Project detalla las torturas contra M. (anónimo por motivos de seguridad). Según su versión de los hechos, fue secuestrado en el trabajo y trasladado a un centro en el que permaneció durante veinte días junto a otros detenidos. Allí fue interrogado y golpeado. El querellante relata que le ataron cables eléctricos a las orejas y a los dedos para electrocutarlo. “Me torturaron con descargas eléctricas. Fue increíblemente doloroso, así que perdí la conciencia. Tuve suerte de sobrevivir, mucha gente todavía está ahí”, contó M. a la agencia Reuters.
La evidencia presentada por la organización no ha sido confirmada por fuentes alternativas, pero coincide con investigaciones de organismos internacionales, entre ellos Naciones Unidas, que han documentado violaciones a los derechos humanos contra ucranios. “Soy uno de muchos. Tantas otras personas que conozco fueron sometidas a cosas aún peores. Quiero contarle al mundo sobre nuestro dolor. Estas prácticas siguen pasando en territorios ucranios ocupados por Rusia”, subrayó M.
Gumenyuk afirma que su organización ha documentado más de cien casos de personas que han sufrido torturas, entre ellas decenas electrocutadas con mecanismos similares al denunciado. Sin embargo, de prosperar la causa en la Justicia argentina, por el momento no se plantean ampliar la denuncia.
The Reckoning Project valora el vasto conocimiento de los abogados y fiscales argentinos en crímenes de lesa humanidad y el proceso judicial que ha condenado a más de 1.200 represores de la última dictadura argentina (1976-1983). La ONG coordinó reuniones entre M. y supervivientes argentinos y considera que el hecho de haber atravesado experiencias similares lo ayudó a entender la universalidad de los delitos que piden ser investigados. “En Argentina comprendí que la justicia es un camino largo, y que es posible cuando la gente se une. Conocí a personas que sufrieron los horrores de la tortura, pero que nunca se rindieron. Gracias a que aquí la gente comprendió mi dolor, espero que exista la posibilidad de rendir cuentas”, señaló M.
Según el último informe de la Misión de observación de los derechos humanos de Naciones Unidas en Ucrania (HRMMU), en los dos primeros años de la invasión rusa a Ucrania al menos 10.582 civiles fallecieron y casi 20.000 resultaron heridos. El organismo documentó también numerosos casos de ejecuciones sumarias, desapariciones forzadas, torturas, malos tratos y detenciones arbitrarias a manos de las Fuerzas Armadas rusas.
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