Javier Milei gobernará Argentina con minoría en las dos Cámaras
El presidente electo de la ultraderecha deberá negociar con otras fuerzas políticas para sacar adelante las leyes con las que quiere cambiar el país
Javier Milei quiere transformar Argentina, pero necesitará negociar con otras fuerzas políticas para lograrlo. El ultraderechista, que este domingo ganó las elecciones frente al peronista Sergio Massa, asumirá la Presidencia el próximo 10 de diciembre con el Gobierno más débil de las últimas décadas, a menos que pacte alguna alianza en las tres semanas que tiene por delante. Está en minoría en las dos Cámaras parlamentarias y no tiene poder territorial: ninguna de las 24 provincias de Argentina está gobernada por La Libertad Avanza (LLA), el partido fundado por Milei en 2021.
En la Cámara de Diputados, la ultraderecha tendrá solo 38 bancas propias de un total de 257 (el 15%); en el Senado, ocho de 72. Para poner en marcha una sesión, necesita la mitad más uno de los presentes, que suma quórum. Quiera o no, cualquier paso requerirá la negociación forzosa con el resto de bloques.
La debilidad parlamentaria de LLA tampoco quedará resuelta con los legisladores de Propuesta Republicana (Pro), el partido conservador encabezado por el expresidente Mauricio Macri y quien fue su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Macri y Bullrich se aliaron con Milei inmediatamente después de la primera vuelta; de arrastrar con ellos a todos los legisladores del Pro, la bancada oficialista sumaría 79 diputados y 16 senadores, aún por debajo del quórum reglamentario.
El peronismo, representado por el ministro de Economía, Sergio Massa, y derrotado en las urnas, tendrá, sin embargo, un poder de oposición significativo en ambas cámaras al ser la primera minoría: Unión por la Patria tendrá 104 diputados y 32 senadores.
Macri advirtió días atrás que parte de las propuestas de Milei “suenan extremas, pero que tendrá que negociarlas en el Congreso porque no tiene los votos suficientes para hacerlo por sí mismo”. El mensaje del expresidente conservador buscaba convencer a los votantes indecisos al reforzar el mensaje de que no podría hacer todo lo que ha prometido, como flexibilizar el mercado de armas, cerrar el Banco Central y otorgar tareas policiales al ejército, entre muchas otras.
El riesgo es que, sin mayorías, el Congreso vuelva a quedar empantanado, como ha pasado en la recta final de este mandato del presidente Alberto Fernández, cuando ha sido mínima la cooperación entre el peronismo y la oposición para sacar adelante nuevas leyes.
Otro obstáculo es la falta de experiencia política de muchos de los legisladores de Milei, llegados desde los márgenes de la política, como él mismo, que es economista. Uno de los casos más sonados es el de la polémica cosplayer y maquilladora Lilia Lemoine. Entre los proyectos de ley que quiere presentar, hay uno para que los hombres puedan renunciar a su paternidad, ya que, según dijo, hay mujeres que “pinchan preservativos” o mienten para quedar embarazadas. Entre sus filas está también Alberto Bertie Benegas Lynch, hijo del economista liberal Alberto Benegas Lynch, al que Milei considera su mentor. Este legislador dijo que “el tema del medioambiente” se resuelve asignando “derechos de propiedad” y habló de “otorgar derechos de propiedad del mar”. Según su razonamiento, las gallinas y las vacas no se extinguen porque tienen propietario, a diferencia de lo que pasa con “las ballenas, los elefantes y demás”.
En el variopinto elenco de LLA está también la pastora evangélica y abogada antiaborto Nadia Márquez, de la provincia de Neuquén, y Ricardo Bussi, hijo del gobernador militar que controló Tucumán durante la dictadura, y que se convirtió en el gran aliado de Milei fuera de Buenos Aires.
Asimismo, en el Senado, LLA deberá enfrentarse con el peronismo, que también es la primera minoría. Para tejer alianzas será clave el rol de los gobernadores provinciales, que tienen una gran influencia sobre los legisladores de la Cámara alta de sus respectivos territorios. Una de las claves para ablandarlos puede ser la reforma de la ley de coparticipación con la que se distribuyen los impuestos recaudados: si aumentan los fondos entregados a las provincias, estas pueden responder con apoyo político.
Javier Milei se convirtió en diputado en las elecciones de medio término de 2021. Era el tertuliano más popular de la televisión y cautivaba audiencias con gritos contra el gasto estatal. En ese momento consiguió cinco escaños en una alianza con otras fuerzas que aglutinaban a conservadores en la política social y a liberales en la economía.
Milei ya quería ser presidente entonces, pero pocos lo tomaron en serio: no presentó ningún proyecto de ley, decidió sortear entre sus seguidores su sueldo como denuncia a “los privilegios de los políticos”, y su bloque quedó reducido a tres personas tras las peleas internas: él, la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, una abogada conservadora que reivindica a los militares de la dictadura, y la trabajadora social Carolina Píparo. Durante la campaña electoral, una decena de legisladores electos de LLA expresaron su disconformidad con la alianza de Macri y anunciaron que formaría un bloque propio. Está por ver si mantienen su promesa con Milei en la Casa Rosada.
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