¿Cómo se puede asegurar un país ante los desastres?
Los seguros paramétricos son un concepto innovador desarrollado para satisfacer las necesidades de los países que están muy expuestos al riesgo de desastres
Hay miles de tipos de seguros, pero ¿existe alguno que proteja a todo un país contra los impactos de las amenazas naturales? Esta pregunta es especialmente importante para regiones como Centroamérica y el Caribe, expuestas a fenómenos de la naturaleza que podrían echar por la borda años de desarrollo cuando impactan en contextos vulnerables y se convierten en desastres.
La gestión financiera del riesgo de desastres debe enfocarse en responder al ...
Hay miles de tipos de seguros, pero ¿existe alguno que proteja a todo un país contra los impactos de las amenazas naturales? Esta pregunta es especialmente importante para regiones como Centroamérica y el Caribe, expuestas a fenómenos de la naturaleza que podrían echar por la borda años de desarrollo cuando impactan en contextos vulnerables y se convierten en desastres.
La gestión financiera del riesgo de desastres debe enfocarse en responder al riesgo compuesto que significa la exposición conjunta a las amenazas naturales y la pandemia. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, casi siete de cada diez hospitales en Latinoamérica y el Caribe están ubicados en zonas vulnerables a desastres.
Abigail Baca, especialista sénior en gestión del riesgo de desastres del Banco Mundial, explica en esta entrevista una de las herramientas que utilizan los países de Centroamérica y el Caribe para dar respuesta inmediata a los desastres: los seguros paramétricos.
Pregunta. ¿Qué son los seguros paramétricos y para qué sirven?
Respuesta. Los seguros paramétricos son un concepto innovador desarrollado para satisfacer las necesidades de los países que están muy expuestos al riesgo de desastres y que, a menudo, no pueden permitirse el costo inmediato que implica la respuesta financiera tras un desastre como huracanes, terremotos o inundaciones. Los seguros paramétricos proporcionan una financiación rápida que se activa en función de datos científicos objetivos como la trayectoria y la intensidad de una tormenta y la estimación de pérdidas. Si estas superan un nivel acordado, la póliza se activa y el país se beneficia con un pago a las pocas semanas, o incluso días, de la catástrofe.
El ejemplo más reciente es el del terremoto de Haití en agosto de 2021. Su póliza de seguro paramétrico del CCRIF SPC se activó y en menos de 14 días el país recibió 40 millones de dólares. El costo total de ese trágico suceso seguramente superará ese monto; sin embargo, disponer de ese dinero en las cuentas del gobierno en una fase temprana de la recuperación permite atender las necesidades más urgentes, como el alojamiento y la alimentación de las personas desplazadas o la reparación de las carreteras más importantes. Las alternativas como préstamos, seguros tradicionales o ayuda humanitaria pueden tardar, aumentar la deuda, o tener poca penetración en las economías en desarrollo.
P. ¿Cómo contratan los países las pólizas de seguros paramétricas?
R. En las dos últimas décadas han surgido nuevas herramientas financieras para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente a las catástrofes. Se han creado tres fondos regionales de riesgo para proporcionar seguros paramétricos soberanos a los países en desarrollo: El CCRIF SPC (CCRIF), el African Risk Capacity (ARC) y el Pacific Catastrophe Risk Insurance Company (PCRIC). Centroamérica y el Caribe pueden acceder a seguros a través del CCRIF SPC. El Banco Mundial, mediante un fondo multidonantes, proporciona financiamiento y asistencia técnica al CCRIF SPC; y de manera más general, ayuda a los países a evaluar y acceder a opciones de financiación innovadoras, incluido el seguro paramétrico.
P. ¿Por qué es importante tener en cuenta la gestión financiera del riesgo de desastres en el proceso de recuperación pospandemia?
R. En el contexto pospandémico, los países que ya tenían falta de fondos van a tener aún más ajustados sus presupuestos y mecanismos de financiación disponibles, incluidas las reservas o los fondos de emergencia que se han agotado. Por otro lado, el riesgo de desastres ciertamente no ha cesado a causa de la covid-19. En 2020 vimos una temporada de huracanes muy activa, con Centroamérica sufriendo el doble impacto de las tormentas Eta e Iota en medio de una crisis sanitaria y socioeconómica. La lección es que vale la pena tener una estrategia sobre cómo prepararse mejor para el costo y el impacto de las catástrofes. Muchos países están desarrollando lo que llamamos una estrategia de gestión financiera del riesgo de desastres para formalizar dicho plan.
P. ¿Cómo pueden los países prepararse o disminuir el riesgo de desastres ante las amenazas del cambio climático?
R. Hay pasos claros que los países pueden dar. Primero, invertir en la generación de datos que ayuden a cuantificar el riesgo en términos de posibles consecuencias económicas utilizando estudios científicos para estimar los crecientes impactos de los desastres y el cambio climático. Segundo, basándose en esta información, evaluar qué riesgos reducir de forma rentable, como el desarrollo urbano lejos de las costas y otras zonas peligrosas y la mejora de la infraestructura crítica para que resista los eventos frecuentes. Tercero, mejorar las medidas de preparación para estar listos y responder a desastres mayores, como los sistemas de alerta temprana, para que se considere con antelación las consecuencias de una tormenta o la necesidad de un sistema de refugios. Y cuarto, evaluar qué riesgo queda después de considerar las medidas de preparación y reducción. Este riesgo residual puede planificarse mediante una estrategia de gestión financiera del riesgo de desastres, considerando los instrumentos financieros que están disponibles para cubrir el posible impacto económico. Estos instrumentos pueden incluir recursos presupuestarios, fondos de contingencia o de reserva, así como seguros paramétricos.
P. ¿Qué regiones o países tienen experiencias relevantes que pueden servir a América Latina y el Caribe como ejemplo a seguir?
R. En América Latina, México tiene muchos años de experiencia en el desarrollo de enfoques de gestión y financiación del riesgo de desastres. El país invirtió en sus universidades con la construcción de modelos especializados para cuantificar los riesgos de la infraestructura pública, implementó políticas para incentivar la inversión pública en la reducción de riesgos y la preparación. También fue pionero en el sector público en el uso de seguros paramétricos. Otro gran ejemplo, pero en Asia, es Filipinas, una nación formada por miles de islas que es extremadamente vulnerable a las amenazas climáticas, así como a los frecuentes terremotos y a la actividad volcánica. Filipinas ha creado un Consejo Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres que coordina a los sectores gubernamentales, los gobiernos provinciales y locales, la sociedad civil y el sector privado para movilizar todos los recursos posibles para hacer frente a los riesgos de catástrofes. Además, su estrategia de gestión financiera del riesgo de desastres incluye un sofisticado conjunto de instrumentos desarrollado en los últimos 10 años que incluye seguros paramétricos.
Cecilia Martínez Gómez es consultora en comunicaciones del Banco Mundial.