América Latina y el Caribe quiere más sostenibilidad y menos crispación
En un contexto global marcado por la polarización, nuestra región tiene la oportunidad de convertirse en un faro de cooperación y multilateralismo. La integración no es una alternativa, es una necesidad estratégica
En un escenario global marcado por crecientes tensiones económicas y geopolíticas, América Latina y el Caribe necesitaba llenar un vacío histórico: la ausencia de un espacio que nos permita pensar y actuar como un bloque unido para enfrentar grandes desafíos globales como el cambio climático, la crisis alimentaria, la transición energética o la revolución digital.
Este vacío histórico ya se llenó. El Foro Económico Internacional, celebrado el 29 y 30 de enero en Panamá y organizado por CAF en alianza con el Grupo PRISA, no fue otro evento en la agenda global. Fue un punto de inflexión para llenar una ausencia de coordinación en la región y que permitió a América Latina y el Caribe alzar su voz, alinear posturas y posicionarse como una región de paz y soluciones globales.
Con más de 2.000 asistentes presenciales, 50 paneles expertos de más de 15 países y miles de participantes conectados virtualmente, el foro se convirtió en un espacio de diálogo de primer nivel, donde gobiernos, sector privado, autoridades regionales y globales trazaron, con tinta latinoamericana, una nueva hoja de ruta para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
Durante dos días, líderes de renombre mundial y expertos en economía, tecnología y sostenibilidad abordaron los desafíos más urgentes y las oportunidades más prometedoras de América Latina y el Caribe. Figuras como José Raúl Mulino, presidente de Panamá; Santiago Peña, presidente de Paraguay; Gastón Browne, primer ministro de Antigua y Barbuda; Kristalina Georgieva, directora gerente del FMI; Jeremy Rifkin, sociólogo y escritor; Matteo Renzi, ex primer ministro de Italia, y Helle Thorning-Schmidt, ex primera ministra de Dinamarca, entre otros, ofrecieron debates y soluciones para impulsar el desarrollo económico y social de la región en las próximas décadas.
Uno de los logros más significativos de este encuentro fue reunir a quienes ven en América Latina y el Caribe una región de soluciones para el planeta. Una región que puede aportar a los grandes problemas globales. En un mundo que lucha por alcanzar la neutralidad climática, nuestra región tiene una oportunidad única para liderar con el ejemplo. Somos la reserva natural del planeta, con el 60% de la biodiversidad y una matriz energética que ya es mayoritariamente renovable.
Pero la sostenibilidad no es el único frente en el que América Latina y el Caribe puede y debe liderar. El foro también puso sobre la mesa la necesidad de reinventar nuestra integración regional. En un contexto global marcado por la polarización y la fragmentación, nuestra región tiene la oportunidad de convertirse en un faro de cooperación y multilateralismo.
La integración, en este momento, no es una alternativa, es una necesidad estratégica. Por eso, en CAF estamos impulsando iniciativas que fortalezcan las cadenas de valor regionales, mejoren la conectividad y fomenten la innovación. Porque solo unidos podremos competir en un mundo cada vez más complejo y desafiante.
El foro también destacó el papel crucial de la inclusión social en el desarrollo. La desigualdad es un lastre que limita nuestro crecimiento, y debemos aumentar los proyectos que reduzcan las brechas de género, promuevan la educación de calidad y generen oportunidades para los jóvenes. Porque no habrá desarrollo sostenible sin inclusión, ni crecimiento duradero sin equidad.
Pero quizás el mayor logro de foro fue su capacidad para demostrar que América Latina y el Caribe está lista para ocupar un nuevo lugar en el tablero geopolítico global. Somos una región con voz e ideas propias y, sobre todo, con la determinación de actuar. Este foro no fue un fin en sí mismo, sino el inicio de un proyecto regional que articule intereses y promueva soluciones que, en última instancia, contribuyan al crecimiento económico y mejoren la calidad de vida de los ciudadanos.
CAF impulsa esta iniciativa desde su esencia eminentemente latinoamericana y caribeña, como una institución que pertenece a la región y cuya función esencial es proyectar y elevar la voz de América Latina y el Caribe.
La primera edición del Foro Económico Internacional supuso el inicio de una nueva etapa para nuestra región: una etapa en la que dejemos de estar fragmentados y diluidos en disputas internas, y comencemos a aportar soluciones a los grandes desafíos de nuestros tiempos. En Panamá, demostramos que estamos listos para cambiar los estigmas de inseguridad, desigualdad y pobreza por otros basados en la sostenibilidad, la diversidad y la paz.
Desde ahora y hasta la próxima edición en 2026, trabajaremos sobre las ideas y debates llevado a cabo en 2025. Las puertas de este espacio están abiertas para el sector privado y público, el sistema financiero internacional, la academia y la sociedad civil. Este es un espacio para los ejecutores, pero también para los soñadores. Es un espacio para encontrarnos y construir soluciones que generen esperanza para los millones de latinoamericanos y caribeños.