Un recorrido fotográfico por el Centro de Confinamiento del Terrorismo, el Alcatraz de Bukele

El Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), la prisión de máxima seguridad de El Salvador y uno de los proyectos insignia del presidente Nayib Bukele, ha cumplido un año en funcionamiento. En la imagen, vista exterior del Cecot, en Tecoluca, el 6 de febrero de 2024. Gladys Serrano

En el Cecot nunca se hace de noche. Una luz artificial baña las celdas y el patio interior las 24 horas del día. Los presos duermen sobre la plancha metálica de unos camastros de hierro que llegan hasta el techo. En la imagen, reos en el interior de una celda del Cecot.Gladys Serrano

Un circuito cerrado contempla a los prisioneros como un Dios silencioso. Comen frijoles y arroz con las manos porque los tenedores y los cuchillos podrían convertirse en armas mortales. En la imagen, seis reos en el interior de su celda en el Cecot. Gladys Serrano

Además de las cámaras, unos policías encapuchados y armados con fusiles vigilan desde el techo a los reos en todo momento. Gladys Serrano

“Es imposible escapar. Estos psicópatas van a pasar la vida entera entre estas rejas”, dice el director de la prisión. En la imagen, un policía vigila uno de los pasillos exteriores de la prisión.Gladys Serrano

Nayib Bukele ha fulminado en apenas 20 meses a las dos pandillas principales de El Salvador, la Mara Salvatrucha y el Barrio 18. Con un régimen de excepción que ha sacado el ejército a las calles y ha suspendido libertades constitucionales, han sido detenidas más de 70.000 personas. En la imagen, la armería en el interior del Cecot. Gladys Serrano

El mandatario se ha hecho inmensamente popular por esta política de mano dura, dentro y fuera de sus fronteras. El domingo arrasó en las elecciones presidenciales, con el 85% de los votos, que lo mantendrán en el poder otros cinco años. En la imagen, algunas de las esposas que utilizan los agentes del Cecot para transportar a los reos. Gladys Serrano

La oposición ha acabado convertida en cenizas. Los salvadoreños, aliviados tras décadas de violencia, le han dado el poder absoluto a Bukele. Él se ha valido de esta notoriedad para perpetrar una deriva autoritaria con la que controla el poder judicial y las Fuerzas Armadas, que se multiplicarán por cinco en breve. En la imagen, dos reos esperan su traslado a su celda.Gladys Serrano

Para acceder al Cecot se necesita sortear cuatro puestos colocados en amplias habitaciones de concreto de aire desolado. En la imagen, vista exterior del Cecot. Gladys Serrano

Funcionarios con el rostro tapado y ánimo patibulario te cachean por todo el cuerpo. Te piden que coloques las manos en la nunca. Preguntan si tienes tatuajes. Los arcos de seguridad cuentan con rayos X que ponen a la vista los intestinos. En la imagen, un periodista es revisado en un escáner antes de entrar al Cecot.Gladys Serrano

Una pantalla muestra la imagen obtenida por un escáner que revisa a quienes ingresan al Cecot. Gladys Serrano

En el interior del Cecot hay ocho módulos con un número indeterminado de presos que las autoridades se niegan a precisar. La capacidad es de 40.000 personas. En la imagen, agentes vigilan las celdas de la prisión.Gladys Serrano

Tras las rejas se encuentran los presos más peligros del país. Sicarios con decenas de asesinatos a sus espaldas que cumplen condenas de 700 años. En la imagen, uno de los reos encarcelados en el Cecot.Gladys Serrano

Nadie que haya entrado esposado ha vuelto a ver la luz del día. Solo un torrente de aire se cuela por una abertura en el techo a la que es imposible trepar por las paredes lisas. En la imagen, un reo muestra los tatuajes de su espalda. Gladys Serrano

El director de la prisión pasa lista a algunos de los reos encarcelados en el Cecot.Gladys Serrano

A los reos les afeitan la cabeza cada cinco días. Casi todos la llevan tatuada. En la imagen, agentes del Cecot transportan a un reo a su celda.Gladys Serrano

Nunca más conocerán el amor ni la libertad. No tienen derecho a llamadas ni visitas. Se han deslizado hacia un agujero negro, frío y desangelado. En la imagen, un reo en el interior de su celda. Gladys Serrano