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Cómo garantizar la seguridad hídrica en Iberoamérica

La novena edición de los ‘Diálogos del Agua’ tiene un doble objetivo: entablar un diálogo franco y promover nuevas sinergias para hacer frente a los desafíos de financiamiento de la región y cumplir a la vez con las metas del ODS 6 relativo a este recurso

Un barco abandonado cerca del Lago Titicaca, en Huarina, Bolivia.Juan Karita (AP)

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En las últimas décadas, América Latina y el Caribe ha registrado enormes avances en la formulación de políticas públicas, establecimiento de marcos regulatorios y legislación, financiamiento, gestión y operación del agua. Y, en paralelo, cada país de la región ha desplegado sus esfuerzos individuales para promover la adecuación y actualización de sus sistemas de gobernanza del recurso hídrico. En ese contexto, el caso español ha sido faro para nuestra región, sobre todo, en términos de la sistematización y aprovechamiento del sector hídrico en lo que hace al desarrollo económico del país. Áreas como las de infraestructura de riego y la producción de energía eléctrica de origen hidráulico, así como la reducción del impacto de sequías e inundaciones siguen siendo material de estudio para nuestra región, sobre todo, en el marco de los efectos devastadores del cambio climático.

Con esa misma premisa, desde CAF-banco de desarrollo de América Latina y el Caribe decidimos en 2015 poner en marcha una plataforma estratégica de colaboración a largo plazo con el Reino de España para generar espacios de intercambio para el aprovechamiento, gestión, uso eficiente, conservación y mejora del recurso hídrico en toda la región iberoamericana. Los Diálogos del Agua se han transformado, en sus hasta ahora ocho ediciones, en un enclave fundamental para los tomadores de decisiones, los referentes políticos, expertos del agua y representantes del ámbito privado que trabajan en la materia.

Nos acercamos ahora a la novena edición de los Diálogos del Agua que tiene, en este caso, un doble objetivo. Entablar un diálogo franco, intercambiar ideas y promover nuevas sinergias para hacer frente a los desafíos de financiamiento que la región requiere en la materia; y cumplir a la vez con las metas establecidas por el Objetivo de Desarrollo número 6 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relativos al agua. Estos dos puntos confluyen a su vez en la necesidad imperiosa de reducir las brechas que aún hoy tenemos en el acceso al agua.

Para eso, nuestra institución ha encarado una agenda de trabajo estratégica y muy ambiciosa que incluyó el anuncio, durante la Conferencia del Agua ONU 2023, de un pliego de nueve compromisos para apoyar al sector del agua en América Latina y el Caribe. Durante el evento Seguridad Hídrica y Compromisos, presentamos nuestra Estrategia de Agua 2023-2026 que incluyó una inversión por 4.000 millones de dólares para solucionar los problemas de acceso y distribución equitativa de agua en la región. En paralelo, destinamos parte de nuestro financiamiento a proyectos de sectores públicos y privados, además de cooperaciones técnicas, recursos no reembolsables y generación de conocimiento para la gestión del recurso hídrico.

En estos ocho años de trabajo conjunto en los Diálogos del Agua, hemos intercambiado sobre los retos de financiamiento en infraestructura hídrica y para la implementación de políticas públicas sostenibles. Hemos identificado planes de trabajo y líneas de colaboración posibles para garantizar la gobernanza del agua y la seguridad hídrica. Hemos recorrido los avances e innovaciones en el área, y hemos medido el impacto que el cambio climático tiene sobre su gestión. También hemos ponderado la importancia de mecanismos de planificación para la economía circular del recurso hídrico. No podríamos haberlo hecho sin el invaluable aporte de los especialistas y decisores de políticas públicas que nos acompañaron.

Nuestro objetivo hacia adelante será seguir fortaleciendo este y otros espacios para mejorar los procedimientos y gestión hídrica, alcanzar los objetivos económicos, sociales y ambientales deseados, y seguir contribuyendo a una acción climática justa, segura y resiliente en toda América Latina y el Caribe.


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