“La campaña de Rodolfo Hernández ofende la memoria de Jaime Garzón”
Marisol Garzón, hermana del periodista asesinado en 1999, contempla una demanda por el uso indebido de su imagen en la campaña
Marisol Garzón lleva más de 20 años cuidando el nombre y la imagen de su hermano, el periodista Jaime Garzón, asesinado a tiros en Bogotá el 13 de agosto de 1999. Garzón fue acribillado por hablar con la verdad en un país acostumbrado a callarse y a evitar pisar callos para no meterse en problemas. Su nombre es sinónimo de valentía y es un ejemplo para quien quiera acercarse a un modelo de colombiano que defendió la vida y los derechos humanos. Su hermana, que legalmente es la apoderada de su imagen, batalla para que nadie se aproveche de su lucha, que terminó costándole la vida. Cada vez que alguien lo hace, el dolor vuelve en forma de indignación. “Lo revictimizan a él, a nosotros, su familia, y a quienes lo quisieron”, dice por teléfono. Lo dice porque en las últimas horas, según cuenta, se enteró de que la imagen de su hermano ha sido utilizada en un video de la campaña presidencial del candidato Rodolfo Hernández.
Marisol Garzón vio el video el jueves, “me suelen mandar todo en donde aparezca mi hermano”, cuenta, y este viernes la familia publicó un comunicado rechazando el uso inapropiado, y sin permiso, de las imágenes. “Deploramos que, ante la ausencia de debate, de ideas y de propuestas, los generadores de contenido de su campaña [la de Rodolfo Hernández] tengan que recurrir a la bajeza de usurpar los mensajes de Jaime, cuyas ideas y luchas constituyen todo lo contrario a lo que Hernández representa”, dicen los tres hermanos del periodista en el comunicado. En la pieza que mencionan, que fue compartida por las redes del exalcalde de Bucaramanga, lo comparan con Jaime Garzón y otros líderes que han sido asesinados por sus ideas. “Rodolfo representa esa voz que nos han callado tantas veces. Nos callaron a Gaitán, nos callaron a Galán, nos callaron a Jaime, así como han callado a tantos en este país que se atrevieron a desafiar a la mafia política que nos ahoga desde años, pero esta vez no atentarán contra su vida porque le temen al pueblo, a las redes”, se escucha en el video.
En otras imágenes, también compartidas en la cuenta de TikTok de Hernández, usan al popular y recordado personaje interpretado por Garzón, Heriberto de la Calle, un lustrabotas malhablado, que se sentaba a los pies de personajes políticos para limpiar sus zapatos mientras lanzaba pullas con un humor exquisito, que hasta ahora nadie en Colombia ha podido igualar. “Rechazamos que utilicen su imagen y sus palabras con fines políticos”, recalca su hermana, que contempla una demanda contra la campaña del exalcalde de Bucaramanga, y que pide que cualquier imagen que haya sido utilizada con propósitos electorales sea retirada. Marisol Garzón ya ha demandado al canal RCN por hacer una telenovela supuestamente sobre su historia, pero que en realidad fue- dice ella- una trama que quiso “enlodar” su nombre. El asesinato de Garzón fue planeado desde organismos estatales en complicidad con el paramilitarismo, estrechamente relacionado con algunos nombres de la fuerza pública en un momento determinado de la historia colombiana.
Por la muerte del periodista han sido condenados el jefe de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), Carlos Castaño Gil, y el exsubdirector del DAS, José Miguel Narváez, pero su familia no ha sentido justicia porque no todos los implicados han respondido y también porque su familia ha tenido que cargar con la sombra de un aparato criminal que los persigue.
“Mis comunicaciones han sido intervenidas, yo he tenido que vivir con miedo y espiada todos estos años”, dice la hermana menor del periodista que fue capaz de enfrentarse al poder. Cuando Jaime fue asesinado, estaba por cumplir 39 años. Ella tenía 37. El hombre de la risa fue silenciado por razones que todavía Colombia no supera y que esta campaña presidencial ha demostrado que está lejos de hacerlo: la verdad y los prejuicios. Garzón era un periodista con ideas de izquierda, señalado recurrentemente por ello. Defender los derechos humanos y la dignidad de los colombianos le significó cargar con una lápida en su espalda. “Quien entregó su vida a este país no puede ser enlodado en campañas políticas, ni en telenovelas, ni en nada que no corresponda a lo que él era”, advierte Marisol.
Una de las frases que la candidatura de Hernández ha usado es la que solía decir Jaime Garzón, con tanta gracia y tanta verdad: “Este país se escandaliza porque uno dice ‘jueputa’ en televisión, pero no se escandaliza cuando hay niños limpiando vidrios y recibiendo limosna, eso sí no, eso es folclor”. Más de 20 años después, en Colombia sigue sin ser un escándalo que los niños pasen hambre y que los políticos usen la imagen de una persona víctima de un crimen de Estado con fines políticos.
“Yo creo en la vida, creo en los demás, creo que este cuento hay que lucharlo por la gente, creo en un país en paz, creo en la democracia, creo que lo que pasa es que estamos en manos malas, creo que esto tiene salvación”, también decía Garzón. La campaña de Rodolfo Hernández, insiste su hermana, en nada se parece a los ideales del periodista que dignificó su oficio y cuestionó genuinamente a la política colombiana.
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