Rigoberto Urán o la ruta del éxito empresarial
Pasó más de 20 años en la élite del ciclismo mundial y ahora es un empresario que, de la mano de su esposa, ha sabido consolidar una marca con incidencia en el mundo ciclístico, el estilo de vida de los colombianos y la gastronomía
A la agenda de Rigoberto Urán (Urrao, 37 años) hay que mirarla con binóculos: para hacerle una entrevista, es necesario pactarla con meses de anticipación. Es una figura omnipresente, que protagoniza comerciales de televisión, sobresale en vallas publicitarias, inspiró una telenovela nominada a los premios Emmy Internacional y cuenta con millones de seguidores en redes sociales que celebran sus dichos y su jovialidad. Su nombre, que es su marca, identifica una competencia ciclística, una robusta tienda online de bicicletas, ropa, accesorios, cafés y restaurantes.
Por muchos años, en Colombia persistió la imagen del deportista exitoso que, por cuenta de una vida dispersa y disoluta, terminaba arruinado y de escándalo en escándalo. Nada más lejano a Rigoberto Urán quien, como buen paisa, escuchó de las abuelas el refrán de que no se pueden poner todos los huevos en la misma canasta y lo ha aplicado con creces.
Hace nueve años, la Superintendencia de Industria y Comercio le concedió el registro para identificar ropa, artículos y actividades deportivas con su nombre, sumándose al de otros deportistas colombianos como Nairo Quintana, Radamel Falcao García, James Rodríguez, Carlos el Pibe Valderrama o Juan Pablo Montoya.
Su espíritu emprendedor nació desde muy joven. En su cuenta de Instagram, que tiene 2,6 millones de seguidores, ha sido enfático en que siempre le ha gustado trabajar, conseguir plata y rebuscarse la vida.
Su idea de emprender nació en Vancouver, Canadá, mientras visitaba a su entonces novia, Michelle Durango, quien estudiaba inglés. Durante su estadía, Urán debía entrenar para los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Su futura esposa, tan metelona como él, le consiguió a un grupo de apasionados para que lo acompañaran en su pedaleo diario, sin adivinar que uno de ellos, publicista con agencia en el puerto sobre el Pacífico, diseñaría como regalo una calcomanía con un eslogan que se convertiría en el mantra de los negocios de Urán: Go Rigo Go!
Desde 2012, la práctica deportiva y los negocios fueron en llave. Urán ganó la medalla de plata en los Juegos de Londres; obtuvo dos segundos lugares en el Giro de Italia, 2013 y 2014, y el subcampeonato del Tour de Francia 2017. Cada éxito, sumado a su carisma y a su sagacidad, hizo que el fenómeno trascendiera las carreteras.
En aquellos años, los aficionados le preguntaban si tenía camisetas y otros productos. Urán y su esposa, que es ingeniera y hoy administra la marca, se aventuraron a mostrar por catálogo unos productos que aún no habían sido fabricados. Lo hicieron pensando que solo tendrían algunas ventas por internet, pero se equivocaron: en solo dos días, superaron los 40.000 dólares. Trabajan eficiente y creativamente con una maquila belga, y también producen desde Medellín, donde lograron consolidar a un grupo de costureras. Solo en 2022, la tienda Go Rigo Go! reportó ingresos por 42.328 millones de pesos, según Confecámaras. Funciona en Colombia, Miami y San José de Costa Rica, con tiendas físicas y en línea.
Su marca también incursionó en el mundo de la gastronomía: la cadena de cafeterías El Café de Rigo, que está en Bogotá, Montería y Medellín; los restaurantes La Finca de Rigo, La Casa de Rigo y Grosería by Rigo.
“La vida del deportista es corta, en algo hay que entretenerse”, dijo este año, a través de su cuenta de Instagram, consciente de que su vida en el ciclismo está prácticamente terminada, pero su faceta como empresario se consolida cada vez más.
*Apoyan Ecopetrol, Movistar, Fundación Corona, Indra, Bavaria y Colsubsidio.
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