Verito Asprilla y la música que se defiende sola
La corta trayectoria de la cantante y compositora del Pacífico nariñense da cuenta un inmenso talento. Con 19 años ya publicó su primer disco y ha llegado a escenarios tan importantes como el de Lollapalooza, en Chile
Aunque nació, creció y sigue viviendo en Tumaco, viniera de donde viniera Verito tiene una energía arrasadora que emana de su entraña. Por supuesto que el sabor lo ponen sus raíces pacíficas, pero ella quiere desmarcarse de ese lugar común que hace que la gente aprecie su música más por su extracto humilde que por su talento. La letra de su sencillo Pa que bailen se pega con facilidad y en cuestión de segundos está uno tarareando “¡Epe sopo sepe hipi zopo pa que bailen!”. Es imposible oírla cantar sin que automáticamente el pecho y la nuca comiencen a vibrar al ritmo de su flow hasta contagiar al resto del cuerpo. Todas las corrientes musicales afro del mundo convergen en su estilo de manera orgánica. Nada parece estar ahí de gratis ni prestado.
De niña, Verito Aspirilla quería ser presentadora, “de documentales o de algún premio, pero que fuera montada en un escenario”. Aunque habla muy poco de su familia y de las dificultades que ha tenido que atravesar, asegura que su mamá “hizo todo lo posible porque tuviera un entorno sano”. Sus pinitos musicales comenzaron en Corazón de Arrullo, un grupo de música folclórica tradicional en el que aprendió mucho de su profesora, Nurys, La Negra Ardiente. Luego vino un gran punto de giro, cuando a sus 16 años hizo una versión de la canción Llegará, de Mike Towers. En el video aparecía una peladita muy segura de sí misma con la belleza perfecta de una Alicia Keys y la potencia narrativa de cualquier rapero reconocido, cantando con flow propio y avasallador: “Yo seré cantante pase lo que pase. Mejor no me subestimes que yo puedo darte clase”.
Entonces apareció Llorona Records y le ofreció un contrato para grabarla y representarla bajo su sello Discos Pacífico. Verito empezó a romperla y hoy en día está contratada para tocar en escenarios tan importantes como Lollapalooza, en Chile, pero ha entendido que su éxito es producto de un trabajo en equipo lento y dedicado, razón por la cual no tiene afán de saber qué va a pasar en cinco años, porque es consciente de que su proyecto musical no depende solo de su talento. “Eso es lo bonito del futuro, lo inesperado”.
De la misma manera, Verito no borraría nada de lo que ha vivido, ni bueno ni malo, y si tuviera posibilidad de darle un consejo a la niña que fue, “le diría que no evite nada porque todo lo que le ha pasado y le va a pasar hace parte de su destino”, como también que será determinante que se mantenga humilde —entendiendo humildad, no como la pantomima de mostrarse chiquitico, sino como la capacidad de percibir el tamaño real que uno ocupa en el mundo.
Ya que el machismo ha impactado demasiado en su vida, Verito le da valor y eco a la fuerza de las mujeres como su mamá. “Es una guerrera, como todas en mi comunidad, porque así les tocó”. Es por eso que aún sigue refugiándose en su Mundo lila, nombre con el que quiso bautizar su disco y color que adoró desde niña. Cuando se sentía triste pensaba inmediatamente en algo lila para sentirse a salvo y contenida, y quiere que otras mujeres entren en su mundo lila y “que lo identifiquen como un lugar seguro en el que las mujeres siempre brillen”. “En el mundo de la música no hay espacio para tantas mujeres y cuando una logra sobresalir la tiradera es por ambos lados, no te la dan solo porque creen que tenés suerte nada más”.
Y aunque, sin duda, en la vida todo tiene un componente de suerte o de serendipia, la música de Verito se defiende sola: “Se supone que esto solo lo hacen los hombres, en cada rincón del mundo conocerás mi nombre como la Verito Asprilla, la que siempre hace el desorden”.
Como cualquier joven de 19 años, le queda mucho por andar. Dice que quiere estudiar Psicología porque le gustaría poder ayudar a “tantos jóvenes que tienen traumas que no han sabido detectar”, y que escribir es muy importante, pues le ayudó a sobrellevar el luto de su prima favorita.
Lo cierto es que por ahora siempre está tarareando algo en su mente y parece contestar a cada pregunta como si quisiera decirlo rapeando. Todo en ella es un constante fluir y su espontaneidad parece ser, no una premonición, sino una certeza de que Verito hará una carrera robusta e importante. Tal y como reza uno de los versos de la canción que la dio a conocer: “Yo seré lo mejor que tú has oído, no vas a entender la calidad de este sonido”. Verito no se posiciona como una artista que manda la parada por su extracto humilde ni su color. En cuestión de talento, la raza negra va por dentro.
*Apoyan Ecopetrol, Movistar y Fundación Corona.
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