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De la “irracional” guerra contra las drogas al “genocidio” en Gaza: Petro pronuncia su último discurso ante la ONU

El presidente de Colombia interviene este martes ante la Asamblea General, días después de haber sufrido la descertificación de Trump en sus esfuerzos antinarcóticos

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, tendrá este martes su cuarta y última intervención come jefe de Estado ante la Asamblea General de la ONU, en la que se espera que enfatice la urgencia de detener el genocidio en la Franja de Gaza. En sus anteriores mensajes ya se ha distinguido por su tono desafiante y contracorriente, y este no promete ser diferente. El mandatario que hace ya tres años calificó de fracaso la guerra contra las drogas y la lucha contra el cambio climático, aterriza en esta ocasión en Nueva York cuando acaba de encajar la temida descertificación de la Administración de Donald Trump en sus esfuerzos antinarcóticos, lo que ha exacerbado las tensiones entre Bogotá y Washington, dos aliados tradicionales.

Petro ha sido en los últimos dos años “uno de los jefes de Estado más vocales al denunciar el genocidio perpetrado por Israel contra el pueblo palestino”, como ha recordado en una nota informativa la embajada de Colombia ante Naciones Unidas. Bogotá no solo rompió relaciones hace ya 16 meses por la ofensiva del Gobierno de Benjamín Netanyahu en Gaza, sino que Petro ha ordenado detener las exportaciones de carbón colombiano, se sumó al caso presentado por Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia y participó en la creación del Grupo de La Haya, que celebró su primera cumbre ministerial hace dos meses en la ciudad andina.

El colombiano pronunciará su discurso después de que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, reconoció oficialmente al Estado Palestino la víspera, en una reunión convertida en un clamor global por la solución de los dos Estados. También después de que Reino Unido, Australia, Portugal y Canadá se sumaron el domingo a la larga lista de países que reconocen formalmente al Estado Palestino –156 de los 193 que integran la ONU–. En Colombia, Juan Manuel Santos (2010-2018) reconoció oficialmente a Palestina justo antes de entregar el poder. Era el único país sudamericano que aún no lo había hecho.

La ministra de Relaciones Exteriores colombiana, Rosa Villavicencio, ha anticipado que el presidente Petro dará a conocer en Naciones Unidas su propuesta para una “fuerza armada de paz” para Palestina, un componente militar que contribuya a “detener la barbarie” contra la población palestina y resolver el conflicto. Colombia ocupará un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU en representación de América Latina y el Caribe a partir de 2026.

Cuando se cumplen 80 años de la creación del sistema multilateral, la situación de Oriente Medio marcará buena parte de las discusiones. “Estamos viviendo un genocidio en la Franja de Gaza y muy seguramente este será uno de los asuntos recurrentes en la Asamblea”, ha dicho el viceministro colombiano de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo Jassir. El funcionario, de raíces árabes, ha anticipado que Colombia se propone reafirmar sus compromisos con la paz, la adaptación al cambio climático, la defensa del Derecho Internacional y la multilateralidad.

La delegación colombiana también participará en encuentros del Grupo de La Haya, en los que insistirá en detener el genocidio. El bloque conformado por Bolivia, Cuba, Honduras, Senegal, Sudáfrica, Malasia, Namibia y Colombia se constituyó en enero en la ciudad holandesa. Sus miembros acordaron entonces cumplir con las órdenes de arresto emitidas por el Tribunal Penal Internacional contra Netanyahu, prevenir el suministro de armas a Israel e impedir que buques vinculados a la industria militar israelí atraquen en sus puertos.

Los discursos de Petro en Naciones Unidas

“Yo les demando desde aquí, desde mi Latinoamérica herida, acabar con la irracional guerra contra las drogas”, pronunció Petro en su bautismo ante la ONU, en septiembre del 2022. A un mes largo de haber asumido el poder, tildó sin rodeos de fracaso tanto la guerra contra las drogas como la lucha contra el cambio climático, con el mensaje ecologista que suele enarbolar. “¿Qué es más venenoso para la humanidad, la cocaína, el carbón o el petróleo? El dictamen del poder ha ordenado que la cocaína es el veneno y debe ser perseguida, así ella solo cause mínimas muertes por sobredosis. En cambio, el carbón y el petróleo deben ser protegidos, así su uso pueda extinguir a toda la humanidad”, señaló entonces.

Al año siguiente, pidió acabar con las guerras en Ucrania y Palestina, además de plantear un Plan Marshall para luchar contra el cambio climático. Con el aire apocalíptico que suele usar, invitó al resto de países a desandar un camino que considera fracasado y que solo significa el avance hacia “los tiempos de la extinción”. También se reafirmó en sus acostumbradas críticas al capitalismo. Y el año pasado redobló ante los líderes mundiales su mensaje para acabar la dependencia del petróleo con un sentido de urgencia existencial. “Ya no hay más tiempo, los gobiernos son incapaces de detener la extinción de la vida. Hoy hay que escoger si es la vida o es la codicia, si es la humanidad o es el capital”, dijo desde el atril en un discurso que ya estaba salpicado de referencias al genocidio en Gaza.

Este año, la intervención de Petro está antecedida por el estigma de la descertificación anunciada hace una semana por la Casa Blanca de Trump en la lucha antinarcóticos –aunque acompañada por una medida de excepción o waiver para mantener la cooperación –. Colombia se mantiene por mucho como el mayor productor mundial de hoja de coca y de cocaína, pero ha sido también un estrecho aliado de Estados Unidos desde hace décadas. Aunque Petro ha insistido en la necesidad de cambiar el paradigma mundial de la lucha antinarcóticos desde que lanzó aquella recordada frase en su primer discurso ante la ONU, no ha logrado mayores avances en ese propósito.

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