La Fiscalía colombiana captura al coronel Benjamín Núñez por el triple homicidio de Chochó

El coronel en retiro Benjamín Núñez voló a México cuando su nombre empezaba a sonar como uno de los militares involucrados en la muerte de tres jóvenes en Chochó, Sucre, el 25 de julio pasado. Jesús David Díaz, de 18 años, Carlos Alberto Ibáñez, de 26, y José Carlos Arévalo, de 20, fueron asesinados tras haber sido detenidos en un retén de la Policía. Varias fotos, tomadas por los vecinos del pueblo, en la costa caribe de Colombia, sirvió de prueba para que las familias de las víctimas pudieran demostrar que la versión de las autoridades no era cierta y que no habían sido “abatidos en un combate”.

Núñez, a quien las evidencias apuntaban como el principal responsable del crimen, fue capturado este sábado por la Fiscalía, que le ha imputado los delitos de homicidio agravado, ocultamiento, alteración o destrucción de elemento de material probatorio y privación injusta de la libertad. El coronel ha negado los cargos y ha anunciado que buscará una negociación con las autoridades, pero la pruebas que le inculpan parecen dejarlo sin salida.

“En abuso de sus funciones, sin justificación alguna, privan de su libertad a los jóvenes que subieron a dicho rodante [vehículo] con vida”, narró el fiscal al recordar que a los tres muchachos los obligaron a subir a un carro de la institución y más tarde fueron asesinados a tiros por Núñez.

“Pese a haber gastado al menos siete cartuchos, los repuso para torpedear la investigación, pretendiendo con ello eludir su responsabilidad por la muerte de los tres jóvenes”, se le acusó en la audiencia de este sábado. El coronel se entregó a las autoridades el viernes en el Consulado de Colombia en México. En ese país se escondía desde que las pruebas le responsabilizaban como el autor del crimen de los tres jóvenes.

Además de Núñez, ocho policías más han sido vinculados a la investigación y permanecen detenidos en la cárcel La Picota, en Bogotá. Al menos 11 uniformados participaron, según la Fiscalía, en la detención ilegal de los jóvenes bajo la excusa de que podían ser responsables de la muerte de un policía en la mañana de ese mismo día en un pueblo cercano.

“Cuando a ellos los pararon en un retén y, como son conocidos en el pueblo, la gente empezó a tomar fotos. A las 8:30 p.m., cuando se regó la noticia de su muerte, un habitante la publicó en redes sociales”, contaba a EL PAÍS, Yessica Díaz, hermana de Jesús, uno de los jóvenes muertos. Las fotos eran unas de las pruebas de que permanecían con vida cuando estaban bajo custodia de la Policía.

“Primero le disparó al de suéter rojo, después el coronel les disparó a los otros dos que están del lado derecho del platón. Él los mandó que se acostaran y ahí les disparó a todos dos. Estaban uno sobre el otro cuando les disparó a quemarropa, a todos tres los mató a quemarropa”, explicó uno de los patrulleros que estuvo cuando ocurrieron los hechos, según un testimonio que publica El Tiempo.

Las familias de las víctimas denuncian que antes de ser asesinados fueron torturados y reclaman que el coronel Núñez también sea imputado por ese delito, como lo han sido los otros policías capturados. Según Medicina legal, a uno de los jóvenes le arrancaron la piel con un cuchillo. A todos, según los testigos, los amarraron y golpearon.

La audiencia avanzaba la tarde de este sábado, a pesar de los reclamos del coronel, que pedía que fuera suspendida y aplazada. “Déjeme descansar por favor, créame que si yo me presento acá es porque quiero decir la verdad, quiero contar la verdad, yo no me voy a ir, estoy aquí bajo la tutoría de la misma Fiscalía, no hay necesidad de correr en este proceso”.

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