Estados Unidos elimina el TPS para al menos 350.000 haitianos a partir de febrero pese a la crisis humanitaria en el país caribeño
La Administración ha justificado la medida como “necesaria para el interés nacional” y sostiene que Haití “ya no enfrenta condiciones extraordinarias y temporales” que impidan el retorno de sus ciudadanos
Estados Unidos pondrá fin el 3 de febrero de 2026 al Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para unos 350.000 haitianos. La Administración de Donald Trump ha justificado la medida pese al deterioro extremo de la crisis humanitaria en el país caribeño. El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) sostiene que Haití “ya no enfrenta condiciones extraordinarias y temporales” que impidan el retorno seguro de sus nacionales. “Aunque ciertas condiciones en Haití siguen siendo preocupantes”, se admite en el comunicado oficial publicado este miércoles, “permitir que los ciudadanos haitianos permanezcan temporalmente en Estados Unidos es contrario al interés nacional”, añade.
La terminación del TPS para Haití —otorgado por primera vez tras el devastador terremoto de 2010 y renovado durante años por más desastres naturales, escaladas de violencia y el colapso institucional en el país— amenaza con forzar el regreso de cientos de miles de personas a una nación que atraviesa una de las peores crisis humanitarias del mundo. El anuncio es el más reciente en una la larga lista de revocaciones de protecciones humanitarias impulsadas por Trump desde su regreso a la Casa Blanca.
Según el aviso publicado en el Registro Federal, la secretaria del DHS, Kristi Noem, concluyó que Haití “no cumple los requisitos legales” para mantener el TPS, incluso reconociendo que la violencia de las bandas armadas ha “engullido” la capital Puerto Príncipe y que la inestabilidad política sigue provocando desplazamientos masivos. La agencia sostiene que existen “zonas aptas para el retorno”, una afirmación que contradice los informes más recientes de Naciones Unidas y organizaciones humanitarias sobre el control territorial de las bandas y el deterioro generalizado de los servicios públicos.
Más de 5,7 millones de haitianos —la mitad de la población— sufren niveles agudos de hambre, según el Programa Mundial de Alimentos. Hasta 2,7 millones, uno de cada cuatro habitantes, viven en barrios controlados por grupos criminales. Los homicidios, secuestros y violaciones superan los 4.000 casos en lo que va de año. Unos 1,4 millones están desplazados dentro del país. Además, el colapso del sistema sanitario y la falta de agua potable incrementan el riesgo de epidemias, especialmente entre niños y mujeres embarazadas.
En el plano político, Haití no celebra elecciones desde 2016 y su estructura estatal se encuentra prácticamente desintegrada. Este mismo año, Estados Unidos impulsó en Naciones Unidas la creación de una Fuerza de Supresión de Pandillas de 5.500 efectivos, pero su despliegue sigue pendiente. Además, las bandas criminales, lejos de retroceder, han ampliado sus actividades.
Pese a este escenario, DHS insiste en que la permanencia temporal de los haitianos en EE UU “desalinea” la política migratoria con la visión de “un Haití seguro, soberano y autosuficiente”. En su análisis, la agencia cita incluso unas declaraciones del secretario general de la ONU, António Guterres, sobre “señales emergentes de esperanza”, aunque omite su advertencia en la misma intervención sobre “una tormenta perfecta de sufrimiento” y el derrumbe del Estado haitiano.
El anuncio del miércoles culmina meses de tensiones judiciales. A mediados de 2025, un juez federal bloqueó el intento anterior de la Administración Trump para recortar la extensión otorgada por Joe Biden a los haitianos, dictaminando que Noem no había seguido el proceso legal requerido. Ahora, el Gobierno asegura que esta revisión sí cumple los criterios necesarios, aunque se espera que la medida sea recurrida judicialmente.
La decisión ha desatado una fuerte reacción entre activistas y organizaciones haitianas en Estados Unidos. “Si Haití no merece TPS, ¿qué país lo merece?”, cuestionó en declaraciones al Miami Herald Guerline Jozef, cofundadora de Haitian Bridge Alliance. “Washington sabe perfectamente que la situación no ha mejorado; al contrario, ha empeorado”. Las asociaciones humanitarias advierten que la medida podría desencadenar una crisis aún mayor si miles de personas se ven forzadas a regresar a un país sin capacidad para recibirlas.
La Administración, por su parte, ha adoptado un tono tajante. El aviso del DHS concluye: “Si usted es beneficiario de TPS para Haití, debe prepararse para salir del país si no tiene otra base legal para permanecer”.