La brecha salarial de las latinas en Estados Unidos se enquista
Las mujeres hispanas cobran 58 centavos por cada dólar que gana un hombre blanco. El lento avance a la paridad se detiene mientras arrecia la política antimigratoria de Trump
Estancamiento para las latinas. El largo y penoso avance hacia la paridad salarial se ha parado y la brecha salarial con respecto a los hombres blancos se mantiene en el mismo lugar que el año pasado, según cifras del Censo. Junto con las nativas americanas, son las peor pagadas de Estados Unidos y ganan como media 58 centavos por cada dólar que gana un blanco no latino. Es decir, tienen que trabajar 22 meses más, para ganar lo mismo que ellos en 12. Es una realidad que les hace perder una media de 32.000 dólares al año, de acuerdo a los cálculos del National Women’s Law Center (MWLC en sus siglas en inglés) y hasta 1,28 millones en una vida laboral.
La vicepresidenta de investigación de esta organización, Jasmine Tucker, explica que hay un estancamiento a la hora de resolver esta situación y que las nuevas políticas antiinmigración y el desmantelamiento de las que nivelan las oportunidades, pueden agravar la situación. Según Tucker, con respecto a las restricciones y anulaciones de directivas para ampliar la diversidad, igualdad e inclusión (DEI, por sus siglas en inglés) en las empresas y el sector público, esto va a suponer que muchas mujeres, en vez de tener una oportunidad justa para puestos de trabajo, van a empezar desde cero, sin ser consideradas para puestos en competencia con sus colegas hombres blancos. “Eso impide que puedan ascender o ser promovidas a empleos mejor pagados”, explica.
La desigualdad salarial es un hecho incluso entre las profesionales mejor preparadas. Según las cifras de la organización feminista Lean In, la brecha entre latinas y blancos en el caso de quienes tienen un diploma de bachillerato o high school es del 22% y esta sube al 32% en el caso de las que tienen un grado universitario. En el caso de un grado avanzado, las latinas aún ganan un 29% menos que los blancos no latinos. Es algo que no solo pone en desventaja a las asalariadas, sino que además tiene consecuencias para las pensiones y los fondos de ahorros para la jubilación, que reflejan también esa falta de equidad.
La falta de transparencia, las dificultades comparativas y la carga de la prueba que recae sobre el empleado son algunos de los factores que complican los casos de reparación de brechas en los tribunales. Este año Mastercard cerró un acuerdo con un pago de 26 millones de dólares para saldar una acusación de que durante años había pagado menos a miles de mujeres, negros e hispanos. Este pacto, mediante el que la empresa no admite haber cometido ninguna ilegalidad, llegaba tras una acción judicial en la que se le acusaba de asignar a mujeres y personas no blancas trabajos por debajo de sus niveles de experiencia, lo que contribuía a la brecha salarial.
“Las latinas enfrentan desafíos únicos, además de racismo y sexismo sistémicos en Estados Unidos y en el lugar de trabajo. Uno de los mayores obstáculos es la segregación ocupacional, donde las mujeres —y en particular las de color— son empujadas hacia trabajos mal pagados, mientras que los hombres son dirigidos hacia empleos mejor remunerados”, dice Tucker.
Las pérdidas en ingresos que suponen esta brecha son peores para algunas mujeres porque este cálculo, que es una media, oculta que argentinas, panameñas, chilenas y costarricenses ganan más —85, 74, 77 y 74 centavos por cada dólar, respectivamente—, cuando las hondureñas ganan 46 centavos y las guatemaltecas apenas tres más, según la NWLC. Esta organización también compara el efecto en distintos Estados para concluir que una latina en Maine pierde 520.200 dólares por este motivo a lo largo de la vida salarial, pero en el caso de Texas, se deja de embolsar 1,7 millones y en California hasta 2,04 millones. En California, Estado con altas disparidades por el impacto de la industria tecnológica, una latina tendría que trabajar hasta los 110 años de edad para ganar lo mismo que su compañero blanco no hispano que se jubile a los 60.
El estancamiento actual en el cierre de la brecha salarial sigue a un escaso avance en los últimos años. En 2018, las latinas ganaban 54 centavos por cada dólar ganado por un hombre blanco. Es un recorrido poco significativo y menos en una economía aún en inflación que presenta importantes retos de asequibilidad para los hogares. “Las pérdidas anuales pueden pagar más de 11 meses de alimentos para una familia, cinco meses de cuidado de hijos y entre 6 y 10 meses de alquiler de una vivienda”, explica en el NWLC.
En Lean In recuerdan que las madres son las que se ocupan de la mayoría de los ingresos en la mitad de los hogares del país. “Cuando a las madres se les paga menos, tienen menos dinero para necesidades básicas familiares, desde el alquiler hasta los alimentos, pasando por el material escolar. Con el tiempo, esto impacta en la capacidad de las familias para invertir en ahorros, educación superior o propiedades”.
A la hora de buscar soluciones, desde sindicatos como 32BJ SEIU, el mayor para empleados de servicios del país, se hace énfasis en el hecho de que los contratos colectivos aseguran la igualdad salarial. Pero más allá de la protección sindical, de la que no gozan muchas latinas dada la baja tasa de afiliación, no hay optimismo sobre un avance en la igualdad a nivel federal en los próximos años. “Eso no significa que no se pueda actuar a nivel estatal, mediante la aprobación de leyes de igualdad salarial o de transparencia salarial. Los empleadores también deben asegurarse de no seguir los pasos de la actual Administración en eliminar las políticas de DEI, y de garantizar que las y los trabajadores puedan organizarse sindicalmente”, explica Jasmine Tucker
Algunos cambios que ayudan a esta población serían el aumento del salario mínimo y especialmente el de las empleadas que reciben propinas, ya que las latinas están sobrerrepresentadas en trabajos de este tipo. La brecha salarial y las tasas de pobreza se reducen sustancialmente en los Estados en los que el salario mínimo de propinas está por encima de los 2,13 dólares la hora legales a nivel federal.