Alejandro Puyana: “Ya estamos viendo la catástrofe que representa el Gobierno de Trump para los venezolanos”
El autor de ‘Freedom is a Feast’ se aproxima, en inglés, a la evolución política venezolana a través de un libro vertiginoso para poder conciliar su propia relación con su país
La bola de nieve creció entre Texas y Venezuela hasta que se convirtió en una novela. En la ciudad de Austin y en inglés, Alejandro Puyana (43 años) empezó escribiendo sobre un secuestrador, basado en uno de los que había secuestrado a su hermano menor en 2012, para intentar entender la realidad de su país y darle sentido a sus sentimientos de culpa por estar tranquilo en Estados Unidos mientras su familia sufría la inseguridad venezolana. Pero rápidamente el ejercicio creció y se convirtió en Freedom is a Feast, un relato coral publicado el pasado agosto que se esparce por varias décadas de historia. “Me di cuenta de que el libro iba a explorar la situación de la izquierda en Venezuela”, dice por videollamada Puyana desde su estudio, como si fuera una hazaña pequeña.
A través de las voces de diversos personajes y de sus entrelazadas relaciones, la novela cuenta el relato de la evolución de la izquierda venezolana, desde las guerrillas de finales de los años 60 hasta los Gobiernos chavistas del siglo actual. El resultado es a la vez una especie de catarsis personal y un intento por presentar a Venezuela para una audiencia que solo conoce estereotipos del país. En un momento en el que especialmente los venezolanos son presentados como villanos en la tierra de Donald Trump, la novela de Puyana invita a mirar de frente la complejidad de un país históricamente tan rico como desigual, tan idealista como violento, tan esperanzador como desgarrador.
La relación del autor con su país es el origen de la novela y está presente de manera permanente entre sus líneas. Nacido en Nueva York mientras su padre trabajaba en un banco, Puyana siempre fue diferente al resto de los niños que crecieron con él en Caracas: tenía pasaporte estadounidense, beneficiario de la ciudadanía por nacimiento que está en la mira de la Administración de Trump. Más adelante, este hecho le abriría puertas que, junto con la realidad política de su entorno —su padre fundó el diario progresista TalCual en 2000—, lo harían consciente de sus privilegios frente a millones de sus compatriotas.
“En mi casa siempre se habló de justicia social. Mi papá apoyó al MAS (el partido político Movimiento Al Socialismo). No éramos una familia de derecha, pero en mi casa siempre hubo mucho miedo de lo que significaba un Gobierno liderado por alguien muy cercano al ejército. Con el paso de los años nos dimos cuenta de que terminó ocurriendo. Pero igualmente yo siempre sentí, como no era común en mi entorno de clase media acomodada, que Chávez había llegado al poder por una razón muy obvia: que los Gobiernos por décadas habían olvidado a las clases pobres y trabajadoras”, explica.
A pesar de identificarse con la oposición al régimen venezolano por razones ideológicas y también personales —su padre fue demandado como miembro de la junta directiva de TalCual por Diosdado Cabello en 2014 y por años no pudo salir del país— Puyana “sabía que tenía que representar ese optimismo, ese mundo de posibilidades que se abrieron con Chávez”.
Teodoro Petkoff, amigo personal de la familia y una presencia constante en la casa de Puyana en su infancia y juventud, además de cofundador del diario TalCual y miembro original del MAS, representa de cierta forma una de las líneas evolutivas de la izquierda en Venezuela. Guerrillero en los años 60, dos veces candidato presidencial y ministro del Gobierno de Convergencia Nacional de los 90, su historia, hecha ficción en el personaje de Stanislavo Atanas por Puyana, sirve para contar la porción más explícitamente política de la novela. “Yo crecí empapado en historias de la izquierda y en historias de Teodoro. Entonces, cuando me di cuenta de que el libro iba a volcarse a esos momentos históricos, fue muy fácil verlo como inspiración para este personaje”.
Cuando la exploración personal del trauma de la migración —Puyana se fue a Estados Unidos a estudiar una maestría en publicidad en 2006, trabajó en comunicación política en campañas demócratas y al final se quedó hasta que su familia se reunió con él tantos años después— se extendió a una exploración más profunda de la historia reciente de Venezuela, otra cosa le quedó clara al autor. “Lo que yo quería hacer era contar una historia sobre mi país para un mercado que quizás no lo conocía. Me di cuenta de que iba a escribir una novela en inglés y que la novela iba a ser una explicación de cómo Venezuela llegó a este momento histórico. Que el libro sea una puerta para tener una conexión más emocional con lo que han sufrido los venezolanos”.
Con ese objetivo flotando encima de su teclado mientras escribía —en una traducción simultánea del español de su cabeza al inglés que producían sus dedos— Puyana construyó una narrativa vertiginosa. “Así son los libros que me gusta leer. Donde pasan cosas, donde hay momentos de tensión, donde no sabes qué va a pasar, donde hay encuentros que cambian vidas. Yo quería que fuera un libro que atrapara incluso a una persona que no está muy interesada en escuchar sobre Venezuela o en saber qué pasó ahí”.
El momento en el que la novela ha salido a las librerías, cuando el nombre de Venezuela, sus gobernantes y los migrantes que producen, puebla infinidad de titulares y discursos, ha sido una alineación inesperada. “El tema de la migración no influyó mucho el libro, pero recientemente es algo que consume mis pensamientos. Ya estamos viendo la catástrofe que representa el Gobierno de Trump para los venezolanos, incluso los que vinieron de manera legal. ¿Qué coño van a hacer?”.
Entonces, la función del libro como puente se vuelve más importante que nunca. Puyana tiene la esperanza de que la novela se lea en Estados Unidos y aporte a una mayor comprensión de un país que es hoy en día para los ciudadanos estadounidenses sinónimo de tiranía, pobreza o pandillas. Pero Puyana también espera que su libro genere suficiente interés para ser traducido al español y así tienda puentes también con otros países latinoamericanos, que se pueden sentir tan reflejados en sus líneas.