Las mejores series del tercer trimestre de 2024
Elegimos nuestras ficciones televisivas favoritas entre julio y septiembre. Una selección nada científica pero llena de buenos planes
Volvemos la mirada a las historias que ha dejado este verano la televisión para elegir lo más destacado en ficción televisiva (con la excepción de un documental) en julio, agosto y septiembre. Aunque algunas series se estrenaron en los últimos días de junio, las incluimos en esta lista porque la mayoría de sus capítulos los disfrutamos en este trimestre (igual que otras que aún están en emisión podrían aparecer en la selección del último trimestre del año). Otras se vieron en sus países de origen hace años, pero no han llegado hasta ahora a España. Como en ocasiones interiores, esta lista se contempla como una forma de destacar los méritos de títulos estrenados en España sin pretensión de sentar cátedra. En la selección hay animación, comedia, drama e historias policiales tanto internacionales como españolas.
Rapa
Por Juan Carlos Galindo
La serie creada y producida por Fran Araujo y Pepe Coira cierra su camino de manera impecable. Marcada desde la primera temporada por la muerte, inevitable, de uno de los protagonistas (Tomás, interpretado por Javier Cámara, padece ELA) Rapa (en Movistar Plus+) ha sabido marcar su ritmo, ir más allá de un policial llevado, por otro lado, con mano firme y amor por el género. Maite (Mónica López) dirige en la Guardia Civil la investigación del secuestro de una joven de clase alta. Tomás, su amigo, adopta el caso como la última oportunidad de su vida de hacer justicia. Juntos a veces, otras separados y otras enfrentados, Maite y Tomás buscan la solución de un crimen que esconde mucho más. Se podría decir que es un buen producto de esta corriente de series sobre crímenes ambientadas en el rural español, pero sería quedarse muy cortos.
My Mad Fat Diary
Por Natalia Marcos
Rae ha pasado cuatro meses en un centro psiquiátrico para tratar sus problemas de salud mental relacionados con su imagen corporal. Pero a sus amigos les dijo que estaba de viaje en el extranjero. Ahora tiene que reintegrarse en la vida mientras trata de hacer nuevas amistades. La serie, que se emitió en el Reino Unido entre 2013 y 2015 pero que Movistar Plus+ ha estrenado ahora en España, nos permite meternos en la mente de una adolescente de Lincolnshire en los años noventa (las camisetas de Oasis y Blur dividen a sus portadores en dos bandos) para contar sus obsesiones y preocupaciones con naturalidad y frescura. Deslumbra una Sharon Rooney que muestra en su rostro y su cuerpo todas las inseguridades, temores y terrores de ser adolescente. También el gozo de ir dando pasos en la vida. Sin duda, uno de los mejores retratos del paso a la madurez que se ha hecho en la televisión.
La fiebre
Por Héctor Llanos Martínez
Un futbolista negro, héroe de la selección de su país, convertido en el centro de la polémica de una sociedad polarizada al extremo. Podría parecer el argumento de lo ocurrido en España este verano durante la Eurocopa, pero es la trama de La fiebre, la nueva serie de Eric Benzekri. El antiguo asesor socialista francés se pasó a la ficción televisiva y explicó a lo largo de tres temporadas los entresijos de la política de su país en Baron Noir. En su nueva creación, aborda asuntos similares desde una perspectiva diferente. De la élite parlamentaria salta a toda la sociedad francesa. Lo hace a través de un equipo de fútbol que es más que un club, redes sociales manipuladas por los bots, el legado de Stefan Zweig y dos mujeres enfrentadas. Una de ellas es una comunicadora cercana a los discursos de extrema derecha que agita el avispero. La otra es una experta en encuestas cualitativas que decide construir una campaña de comunicación para contrarrestar los mensajes populistas en torno al equipo de fútbol galo. ¿Puede este conflicto ideológico devenir en una guerra civil? Sobre esta pregunta gravitan seis capítulos cargados de subtextos en los que el conflicto inicial protagonizado por el deportista es solo un pretexto para construir un tratado sobre la caótica e histérica batalla cultural en la que vivimos.
Batman: El cruzado enmascarado
Por Eneko Ruiz Jiménez
Este no es el Batman de tus padres. Pero quizás sí el de tus bisabuelos. Batman es un personaje tan moldeable y agradecido que ha sobrevivido a varias épocas y estilos (desde lo más adulto hasta lo más camp). Así que los creadores de la mítica serie de los noventa, Bruce Timm y Paul Dini, decidieron no repetirse y dar al Gotham de su nuevo proyecto animado en Prime Video otra vuelta de tuerca: el de un serial noir de los años cuarenta, con policías corruptos, mujeres fatales y detectives. Han cambiado desde el género del pingüino hasta el diseño y el origen de Harley Quinn (ahora ella es anterior al Joker) para confeccionar una pieza con mucha personalidad que no sea la enésima reinvención del hombre murciélago. Y han vuelto a acertar.
Slow Horses
Por Juan Carlos Galindo
Cuarta entrega de la mejor serie de espías que ha dado la televisión, elegante y cruel a partes iguales y con un elenco magnífico en el que destaca Gary Oldman en el papel del desagradable, escatológico y oscuro Jackson Lamb y Kristin Scott Thomas como la implacable Diana Taverner. La historia es sencilla: sigue a un grupo de desgraciados, expulsados del MI5 por algún error imperdonable y que se pudren en La ciénaga, una especie de agencia extraoficial dirigida por Lamb. En cualquier caso, de una u otra manera, se ven implicados en grandes asuntos. En esta temporada el giro de la trama es espectacular; se adapta, además, La calle de los espías, cuarta novela de la serie de Mick Herron en la que se basa esta producción de Apple TV+ y una de las mejores historias de espías de los últimos 50 años. Acción, humor negro, magníficos diálogos y un envoltorio impecable para esta producción no exenta de intensidad dramática. Tanto si han leído los libros como si no, la experiencia no volverá a ser la misma, y eso no es tan fácil de decir con una adaptación.
Presunto inocente
Por Natalia Marcos
Primero novela (publicada en 1987), después película (estrenada en 1990) y ahora serie en Apple TV+, pero la historia de partida es la misma: el protagonista es un abogado al que le asignan el caso del asesinato de otra abogada, una compañera de la Fiscalía. La cosa se complica cuando se descubre que ambos mantuvieron una relación y el abogado pasa a ser el principal sospechoso. La serie, desarrollada por el legendario David E. Kelly, se mueve muy bien entre el drama legal y el familiar, con tiempo para ahondar no solo en la personalidad del protagonista sino también, más interesantes todavía, en los secundarios. El final tiene varios tirabuzones con los que se asegura la sorpresa.
Grantchester
Por Héctor Llanos Martínez
Quién iba a decir que un relato procedimental de crímenes iba a ser el siguiente gran éxito de la feelgood TV británica. Grantchester (completa en Filmin; algunas temporadas también en RTVE Play y Prime Video) sigue los pasos de Los Durrell y Todas las criaturas grandes y pequeñas en esa tendencia que construye contenidos pausados y costumbristas, que apuestan por el humor y los paisajes campestres y que, en definitiva, transmiten calor de hogar en vez de narraciones espídicas llenas de acción. De hecho, sus melodías y las de Downton Abbey comparten autoría, el compositor John Lunn. Aun cumpliendo con los básicos del género detectivesco, incluido un dúo improbable de investigadores compuesto en este caso por un detective ateo y el vicario anglicano de un pueblo cercano a Cambridge en los años cincuenta, la nueva tragedia que cuenta cada capítulo, con misterios casi siempre bien construidos, no opaca el tono familiar y entrañable que sostienen sus personajes secundarios. La fórmula no se agota: ya han pasado tres vicarios distintos por sus nueve temporadas y sigue funcionando. Es la muestra de que el contenido televisivo de un domingo por la tarde no está reñido con la calidad narrativa.
Pachinko
Por Eneko Ruiz Jiménez
El melodrama de esta década tiene nombre coreano. O japonés. Y este es el k-drama (o j-drama) definitivo, aunque ni siquiera viene de Asia. Pachinko es una gran épica sobre la inmigración, el choque de culturas, el poder y la familia que recorre todo el siglo XX, y que en esta segunda temporada entra de lleno en la II Guerra Mundial, en su viaje de Corea a Japón. AppleTV+ ha puesto mucho dinero en la adaptación de este gigantesco libro, y se nota. Incluso en el cuidado por la elección de actores (a veces trilingües). Aquí vimos por primera vez muchos a la ganadora del Emmy Anna Sawai, protagonista de Shogun, si bien es Minha Kim la que construye una de las interpretaciones más dramáticas de la televisión. Toca sufrir con ella.
Boiling Point
Por Juan Carlos Galindo
“Cada vez que termino de ver un episodio de una serie ambientada en la cocina de un restaurante, me entran ganas de ponerme un capítulo de Urgencias para relajarme”, decía el otro día en su columna Paloma Rando de manera tan ácida como acertada. Si The Bear tiene algunos momentos cómicos que aligeran la tensión, en esta producción británica (disponible en Movistar Plus+) no hay respiro. Comparte mucho con la serie de Christopher Storer (adicciones y sufrimiento entre el personal, estrés y dedicación obsesiva a un sueño: mantener a flote un restaurante) pero se complementa en otros aspectos. Hay un punto de intensidad cuando se sigue a cada uno de los protagonistas fuera de la cocina que amenaza con desbaratarlo todo: la vida es dura, pero no puede ser que a nadie le salga nada bien, ni durante un par de minutos. El final de temporada, sin ser por ello reparador o ñoño, arregla este desequilibrio y cierra una serie de alta calidad con un grupo de actores en estado de gracia. El universo de Boiling Point viene de la película de 2021 protagonizada por Stephen Graham, que aquí se diluye un poco en favor de una soberbia Vinette Robinson. No hace falta haber visto la película para sumergirse, desde el primer momento, en los sinsabores de una cocina de élite.
La casa del dragón
Por Natalia Marcos
El viaje a lomos de los dragones de los Targaryen está siendo apasionante en un sentido muy diferente a como lo fue el viaje de Juego de tronos, y al mismo tiempo, muy parecido. La serie de HBO (en Max) sigue sin desprenderse del halo de su historia madre, y tampoco es su intención hacerlo. Pero sí ha logrado que los encuentros entre dos mujeres tengan más tensión que una guerra que se está haciendo de rogar. A cambio de no haber avanzado demasiado en la trama, la temporada ha ofrecido un poco de todo lo que se podía esperar de esta serie, desde espectaculares enfrentamientos entre dragones hasta momentos intimistas. Lástima la trama de Daemon, alargada hasta el aburrimiento, pero ya lo hemos olvidado e incluso perdonado.
Entrevías
Por Héctor Llanos Martínez
Probablemente, la última temporada de Entrevías volverá a ser un éxito cuando se emita en plataformas. Mientras tanto, pasa sin pena ni gloria por su emisión lineal en Telecinco. Sus dos personajes principales, el iracundo Tirso de José Coronado y Ezequiel, el cínico policía de oculto buen corazón que interpreta Luis Zahera, siguen sosteniendo las tramas de su tanda final de capítulos. La serie española ha logrado mantener la tensión (y el tipo) en sus cuatro temporadas, ha sabido reinventarse lo justo y necesario para seguir haciendo un retrato social con más capas de las que aparenta.
El día
Por Eneko Ruiz Jiménez
Esta serie belga es de 2018, pero a España ha tardado en llegar sin demasiada explicación. Da igual, porque sigue siendo tan moderna como cuando se lanzó. La trama parece trillada: en el centro, un atraco al banco como el de Una tarde de perros, Inside Man o La casa de papel. Y, sí, de todas ellas tiene algo, pero es la estructura lo que la diferencia. En los episodios impares veremos la historia de lo que sucede en el exterior con negociadores y policía, mientras que en los pares, la acción se traslada al interior y hacia los familiares. Un thriller lleno de intrigas y giros inesperados de los que tan bien entran serializados. Y así practicáis el neerlandés, porque Europa también tiene series, como demuestran esta y otras disponibles en Filmin. Aunque lleguen tarde.
The Bear
Por Juan Carlos Galindo
Acabemos en una línea con la discusión sobre si esta serie es una comedia. No lo es, por mucho que tenga a Matty Matheson interpretando momentos hilarantes en tanto que la mitad de los hermanos Fak y por mucho que Jeremy Allen White le haya robado el Emmy a Larry David. Eliminado el debate, surgido de las artimañas de Disney para los premios, vayamos a lo interesante. La serie (en Disney+) ha sabido encontrar en su propio lenguaje y sus grandes temas (tensión dentro de la cocina, drama familiar fuera) fisuras creativas que han elevado el tono para ir más allá. Como ocurre en Boiling Point, una serie tan distinta y con tanto en común con esta, la tensión en la cocina, el amor hasta límites existenciales de los chefs por su trabajo es solo una parte de algo mucho más amplio. Ayo Edebiri o Ebon Moss-Bachrach son solo dos ejemplos de la calidad del elenco y de lo bien que se mueven sus actores en esa locura que es la cocina de The Bear. Creíamos, antes de esta tercera temporada, que ya se habían explotado todas las formas de contar ese apasionante mundo, pero, ayudados por un montaje nada convencional, sus creadores han encontrado un camino para que la serie se quede con el espectador después de cada capítulo, que no es poco.
Colin de cuentas
Por Natalia Marcos
Patrick Brammall y Harriet Dyer son los creadores y protagonistas de esta serie australiana (en Movistar Plus+), la última vuelta de tuerca a la comedia romántica, género que ya hace años que encontró nueva y refrescante vida en la televisión entregándose al antirromanticismo. Si su descaro e incomodidad ya la hicieron brillar en su primera temporada, la segunda, estrenada este verano, logra ser todavía mejor. La relación entre los dos protagonistas sigue con los altibajos previstos pero abordados siempre de la forma más imprevisible posible para moverse en una extraña dicotomía entre lo soez y lo tierno. Nadie dijo que ser adulto y mantener una relación en el mundo contemporáneo fuera a ser fácil.
Cómo cazar a un monstruo
Por Héctor Llanos Martínez
Con sus defectos y sus virtudes, Cómo cazar a un monstruo (Amazon Prime Video) es la miniserie documental española del momento. Y un ejemplo muy particular de cómo pueden unirse la narrativa clásica propia de la televisión tradicional con los códigos de internet y las redes sociales. El youtuber Carlos Tamayo se reencuentra con una persona de su pasado, Lluís Gros, condenado a 23 años de prisión por abusos sexuales y quien le pide que ruede un documental sobre su vida para defender su inocencia. Tamayo comienza a hacerse preguntas de por qué sigue en libertad y comienza a investigar. El guion, un tratado sobre la impunidad y el narcisismo, está firmado a medias entre Tamayo y Ramón Campos (Bambú Producciones, responsable de entre otras series El caso Asunta). El proyecto transita entre dos universos audiovisuales y demuestra que todavía hay rincones por explorar en el género del true crime.
Fantasmas
Por Eneko Ruiz Jiménez
Esta es una serie indescriptible, así que casi es tontería intentar explicarla. El salvadoreño Julio Torres vuelve a demostrar tras Los Espookys (ambas de HBO, en Max) que es una de las grandes voces surrealistas del humor, y aquí se crea su propio programa de sketches tras salir de Saturday Night Live. Todo comienza cuando Julio pierde un pendiente de ostra en una discoteca, lo que hace pensar al protagonista que tiene un tumor. Eso acaba desencadenando en una serie de gags con Paul Dano, Emma Stone o Steve Buscemi sobre la vida moderna, que van desde lo buñuelesco a lo almodovariano. Torres simplemente retrata la inoperancia de la vida moderna (y el capitalismo) como nadie.