‘Matar es fácil’: No tomarás el nombre de Agatha Christie en vano

Ni la perspectiva anticolonial de la serie ni el origen nigeriano de su protagonista suponen problema alguno; lo grave es que padece el único mal imperdonable en una obra basada en material de la autora: es terriblemente aburrida

Penelope Wilton y David Jonsson, en 'Agatha Christie: Matar es fácil'.MOVISTAR PLUS+

Si los fans de Agatha Christie fuésemos tan reinas del drama como los de Tolkien, saldríamos a las calles con horcas y teas tras cada adaptación. Todavía resuenan los alaridos de los tolkianos al comprobar que en Los anillos de poder no todos los elfos lucían la melena de las Trillizas de Oro. No sabe...

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Si los fans de Agatha Christie fuésemos tan reinas del drama como los de Tolkien, saldríamos a las calles con horcas y teas tras cada adaptación. Todavía resuenan los alaridos de los tolkianos al comprobar que en Los anillos de poder no todos los elfos lucían la melena de las Trillizas de Oro. No saben lo que es sufrir. A Morfydd Clark, la actriz que interpreta a Galadriel, y a la que también le dieron lo suyo por su habilidad con la espada, podemos verla en Matar es fácil (Movistar Plus+), la muy libérrima adaptación de la BBC de la novela de Christie.

Su guionista, Siân Ejiwunmi-Le Berre, avanza la historia 20 años, añade perspectiva anticolonial y cambia al expolicía inglés protagonista por un agregado nigeriano. Pueden parecer cambios relevantes, pero como en el caso de las melenas blondas de los elfos, resultan meramente cosméticos. Lo verdaderamente grave es que padece el único mal que no se le puede consentir a una obra basada en material de Christie: es terriblemente aburrida. No funciona nada: la trama está estirada para justificar tres capítulos innecesarios, la dirección de actores es penosa y la química entre los protagonistas inexistente, no bastan un par de trajes bien cortados para convertirse en Myrna Loy y William Powell —que ahora mismo haya alguien intentando pergeñar una nueva versión de La cena de los acusados es el verdadero crimen que habría que investigar—.

Da la sensación de que Ejiwunmi-Le Berre no tiene interés, ni respeto, por la obra que adapta, la considera un mero vehículo para su lucimiento; al igual que el insufrible Kenneth Branagh que, consciente de que nunca podrá ser James Bond, convirtió a Poirot en un ex soldado con el corazón destrozado por amor. ¡Poirot enamorado! Ya me dirán si no es para que a los christianos se nos salga el ombligo.

No es necesario que los personajes sean una encarnación viva del texto, a Christie no le gustaba la Jane Marple caótica y estrafalaria de Margareth —reverencia— Rutherford, aunque acabó dedicándole El espejo se rajó de parte a parte; tampoco hay que exigir la fidelidad al texto de un monje copista, Matar es fácil fue hace años un capítulo más de Miss Marple (Pluto TV), aunque la venerable detective no figuraba en el original. Lo protagonizan Julia Mackenzie y Benedict Cumberbatch, es mucho más entretenido que la suntuosa adaptación moderna y confirma que matar es fácil y adaptar bien a Agatha Christie, también.

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