‘Rojo, blanco y sangre azul’: educación sexual gay para heteros
“Puede que el mayor servicio de la película sea el haber enseñado a una nueva generación que los hombres también practican el misionero”, dice un tuit viral
“Puede que el mayor servicio de Rojo, blanco y sangre azul sea el haber enseñado a una nueva generación de mujeres que los hombres gay también practican el misionero”. El tuit viral del comunicador Tyler Dinucci reflejaba la lista de personas (heterosexuales) sorprendidas por una postura sexual vista en la película de la que todo el mundo opina este verano.
En cines habrá sido Barbie, pero el estreno en sofás (y en redes) es esta comedia romántica que adapta la novela...
“Puede que el mayor servicio de Rojo, blanco y sangre azul sea el haber enseñado a una nueva generación de mujeres que los hombres gay también practican el misionero”. El tuit viral del comunicador Tyler Dinucci reflejaba la lista de personas (heterosexuales) sorprendidas por una postura sexual vista en la película de la que todo el mundo opina este verano.
En cines habrá sido Barbie, pero el estreno en sofás (y en redes) es esta comedia romántica que adapta la novela superventas de Casey McQuiston. Ha sido lo más visto globalmente en su primer fin de semana en Prime Video, la tercera romcom más sintonizada en la historia de la plataforma y el cebo que más nuevos suscriptores les ha traído. Un fenómeno previsible: para cuando Amazon Studios se hizo con los derechos en 2019, el libro ya era de los favoritos de BookTok (el rincón literario de TikTok) y estuvo 20 semanas en la lista de superventas de The New York Times.
Más cercana a la comfort tv vainilla de la factoría Hallmark que a un thriller erótico de alto voltaje de los noventa, la trama orbita sobre el enamoramiento entre Henry, el príncipe armarizado de la corona de Inglaterra (Nicholas Galitzine), y Alex Claremont-Díaz (Taylor Zakhar Perez), el hijo bisexual de la presidenta de Estados Unidos (interpretada con, ojo, acento sureño por Uma Thurman). No hay nada explícito en todo el metraje, pero en el primer encuentro sexual con penetración se practica esa postura que tanto revuelo ha suscitado. Uno en el que Alex perderá su virginidad con un hombre y que viene antecedido por una de las frases más audaces de la película: “Fui a un internado inglés, querido. Créeme, estás en buenas manos”.
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