RTVE, amenazada
El PP anuncia que rodarán cabezas en la televisión pública por poner en apuros a su líder. Fortes defiende que solo hicieron lo que debían hacer. Sabemos en qué país vivimos: solo esperamos que no vuelvan los tiempos más negros
Hay formas más sutiles de amenazar. “Creo que RTVE va a perder las elecciones. Y espero que al día siguiente dimitan los dirigentes de ese partido”, tuiteó Esteban González Pons, vicesecretario del PP. “Mejor no ir. Yo ni la veo, ni voy”. Lo escribió después de que a su líder, Alberto Núñez Feijóo, se le plantearan en el plató algunas preguntas y observaciones incómodas, las que debían hacer los periodistas de esa casa. Y lo dijo antes de que...
Hay formas más sutiles de amenazar. “Creo que RTVE va a perder las elecciones. Y espero que al día siguiente dimitan los dirigentes de ese partido”, tuiteó Esteban González Pons, vicesecretario del PP. “Mejor no ir. Yo ni la veo, ni voy”. Lo escribió después de que a su líder, Alberto Núñez Feijóo, se le plantearan en el plató algunas preguntas y observaciones incómodas, las que debían hacer los periodistas de esa casa. Y lo dijo antes de que Feijóo diera plantón, como había anunciado, al debate a cuatro que fue a tres en Torrespaña.
Xabier Fortes, que ha conducido con oficio y criterio dos debates electorales en RTVE en los que se entendía lo que se decía, respondió con retranca en La noche en 24h: “Si no nos ve, lo siento mucho por usted, yo creo que usted se lo pierde”. Y añadía: “No somos tampoco ningún partido político. Somos una televisión pública, de profesionales, de periodistas. A veces acertamos, y a veces nos equivocamos. Hoy en concreto, nuestra Silvia Intxaurrondo ha hecho lo que tiene que hacer”. Intxaurrondo había señalado a Feijóo, con los datos en la mano, que no era cierto que los Gobiernos del PP siempre actualizaran las pensiones de acuerdo con el IPC.
En un mundo ideal, la independencia de RTVE estaría blindada como la de la BBC o la de, pongamos, el Banco de España. Sus responsables saldrían elegidos por un pacto parlamentario amplio y transversal (eso solo ha pasado dos veces: cuando con Zapatero se acordó el nombramiento de Alberto Oliart en 2009 y cuando se eligió a José Manuel Pérez Tornero en 2021; las dos acabaron mal). Sus mandatos no serían revocables solo porque ha cambiado el inquilino de la Moncloa. Pero no podemos esperar pactos de Estado en torno a un objeto de deseo para los partidos cuando estos ni siquiera han sido capaces de renovar los órganos judiciales como manda la Constitución. Feijóo ha dicho hoy que le gustaría para RTVE “una dirección más consensuada”; eso no casa muy bien con cómo Pons prevé que rueden cabezas.
En el país en el que sabemos que vivimos, y que no es el ideal, damos por descontado que si cambia el Gobierno lo harán los jefes de RTVE y la mayoría de sus rostros, que los periodistas señalados desaparecerán de la pantalla. Y nos conformamos con esperar que los que les sustituyan no respondan a perfiles militantes, que dejen hacer a los buenos profesionales de esa casa, que no vuelvan tiempos negros como los que vivimos en días muy trágicos de marzo de 2004.
Si González Pons nunca ve TVE, no está solo: hay muchos más que solo quieren ver y escuchar a quienes les dan la razón. Pero cabe exigirle que respete a los espectadores que, con distintos gobiernos, hemos elegido informarnos en la televisión pública, por su saber hacer, antes que en ninguna privada. Cabe pedirle que respete el periodismo que reconocemos. Que a veces es incómodo, claro, o no sería periodismo. RTVE tiene una misión, pero no es tener contentos a los políticos que deciden sobre ella.
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