Philomena Cunk: la comedia total

El personaje nacido en la BBC se consideraba demasiado localista, que lo fiaba todo al contexto cultural británico, pero su salida al mundo confirma, una vez más, que el humor es una fuerza universal

Diane Morgan, en 'La Tierra según Philomena Cunk'.Vídeo: BBC

Philomena Cunk nació como un personaje en el programa satírico de Charlie Brooker —el culpable de Black Mirror— en la BBC2. Cunk era una sátira de las presentadoras de la tele que se burlaba de la prosodia y los tics marisabidillos del oficio. Por eso, Brooker exigía que las intérpretes aspirantes ha...

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Philomena Cunk nació como un personaje en el programa satírico de Charlie Brooker —el culpable de Black Mirror— en la BBC2. Cunk era una sátira de las presentadoras de la tele que se burlaba de la prosodia y los tics marisabidillos del oficio. Por eso, Brooker exigía que las intérpretes aspirantes hablasen inglés con la neutralidad afectada de un periodista de la BBC, sin rasgos regionales. Pero cuando la actriz Diane Morgan se postuló para el papel, pidió hacer una prueba con su acento de Bolton, una ciudad pegada a Manchester. Brooker aceptó y Philomena Cunk adquirió, como Pinocho, vida propia. Lo bonito de esta historia es que Diane Morgan no hizo carrera en el teatro serio por ese mismo acento que finalmente la ha llevado al éxito.

La Tierra según Philomena Cunk (Netflix) es la internacionalización de un personaje que lleva haciendo reír a los británicos desde el programa de Brooker y su independencia en Cunk on Shakespeare, Cunk on Britain o Cunk on Christmas. Se consideraba una comedia demasiado localista, que lo fiaba todo al contexto cultural británico, a los juegos de palabras y al acento boltoniano de Morgan, pero su salida al mundo confirma, una vez más, que el humor es una fuerza universal. Yo nunca he estado en Bolton, pero tengo flato de reír.

Cunk entrevista a expertos universitarios que reaccionan espontáneamente a sus dislates, del tipo: “¿Existieron de verdad los años cincuenta?” o “¿Qué fue más significativo culturalmente, el Renacimiento o Single Ladies, de Beyoncé?”. Es una comedia total, que trasciende lo parodiado. Al final del primer capítulo es difícil saber de qué nos reímos: ¿de la petulancia académica, de la idiotez de la reportera, de Leonardo da Vinci, de nosotros? No lo sé, pero uno apaga la televisión con una sensación de ligereza muy grata, como si las cosas importantes ya no lo fueran.

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