Otra de ricos ridículos: de ‘The White Lotus’ a ‘El misterio de Glass Onion’

En la serie de HBO Max, los crímenes son lo de menos; en la película de Netflix, todo gira en torno al ‘quién ha sido’. Pero ambas son ácidos retratos de una superélite extravagante y caprichosa

Los personajes de la película 'Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion', con Daniel Craig en el centro. Foto: NETFLIX

Somos el 99%, decían los indignados que salieron a las calles hace un decenio. Denunciaban así la desigualdad: el 1% más rico de la población mundial acumula casi tanta riqueza como el 99% restante. Dentro de ese 1% está el 0,000038% que son las 2.668 personas que ...

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Somos el 99%, decían los indignados que salieron a las calles hace un decenio. Denunciaban así la desigualdad: el 1% más rico de la población mundial acumula casi tanta riqueza como el 99% restante. Dentro de ese 1% está el 0,000038% que son las 2.668 personas que salen en la lista de Forbes porque amasan más de mil millones de dólares. Casi todos hombres, casi todos blancos o asiáticos, buena parte de ellos del sector tecnológico. Sus fortunas suman 12,7 billones con b de dólares, el 13% del PIB global. Dice Paul Krugman: “Un grupo de oligarcas caprichosos se ha adueñado de nuestro mundo”.

La sátira de los ricos —prepotentes, narcisistas, frívolos, endiosados— ha inspirado dos de las producciones televisivas más interesantes de este año, que coinciden en meterlos en medio de crímenes. La más lograda es la segunda temporada de The White Lotus (en HBO Max), que sigue a un grupo de adinerados en sus vacaciones en un lujoso hotel de Sicilia. Casi todos infelices, casi todos infieles a sus parejas, que tragan por mantener su estatus; casi todos a años luz de distancia de la gente corriente.

En esa misma línea está Puñales por la espalda: El misterio de Glass Onion, estreno navideño de Netflix. La ácida película de Rian Johnson lleva al detective Benoit Blanc (Daniel Craig) a la reunión, en una isla privada en Grecia, que convoca un extravagante magnate tecnológico. El ricachón junta en su impresionante mansión a gente que le debe favores, aunque lo detesten, a jugar a resolver un asesinato ficticio; habrá uno de verdad que cambiará todo. Y que los retratará.

Mientras en The White Lotus los crímenes son lo de menos, porque atrapan las miserias cotidianas de esa casta, en Glass Onion todo gira en torno al quién ha sido, pero vemos igualmente la cara más ridícula de la superélite. Que no tiene nada que temer: las sátiras sobre su estilo de vida —también las de Succession o Billions son solo un negocio más para ellos.

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