Anna Bosch y la credibilidad aumentada

Mientras que a los informativos parece importarles más exhibir ese papanatismo que es la realidad aumentada que tomar medidas ante su credibilidad disminuida, son esenciales profesionales confiables y solventes como esta corresponsal

La periodista Anna Bosch durante una conexión en directo reciente para el Telediario de La 1.

Puede que algún día no recuerde qué hacía cuando murió Gorbachov, pero tendré presente que Anna Bosch estaba cenando en un restaurante madrileño. Lo contó en Twitter. Paladeaba un verdejo con amigas cuando la actualidad la obligó a dejar la copa a medias y poner rumbo a RTVE. Una secu...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Puede que algún día no recuerde qué hacía cuando murió Gorbachov, pero tendré presente que Anna Bosch estaba cenando en un restaurante madrileño. Lo contó en Twitter. Paladeaba un verdejo con amigas cuando la actualidad la obligó a dejar la copa a medias y poner rumbo a RTVE. Una secuencia que excepto por el verdejo podríamos haber visto en Murphy Brown. Media hora más tarde estaba en el Canal 24 Horas analizando la muerte del expresidente. Entre ella y Rafael Poch-de-Feliu consiguieron que ese desvaído cajón de sastre, en el que no sé si por falta de presupuesto o de interés es más difícil encontrar producto fresco y de calidad que en la cesta presuntamente básica del Carrefour, pareciese lo que debería ser: el canal informativo de referencia. No hicieron falta grafismos deslumbrantes, directos trepidantes ni códigos QR, solo que en aquella mesa hubiese un par de personas que sabían, y muy bien, de qué hablaban.

En un momento en el que a los informativos parece importarles más exhibir ese papanatismo que es la realidad aumentada que tomar medidas ante su credibilidad disminuida son esenciales los profesionales confiables y solventes como Bosch. La corresponsal maneja a la perfección una herramienta imprescindible en tiempos de aluvión de titulares y sobredosis de noticias que duran lo que las stories de Instagram: el contexto.

La —desmesurada— cobertura sobre el fallecimiento de Isabel II la ha puesto bajo el foco y su estilo didáctico e incisivo han sido una sorpresa para muchos que, subyugados por los informativos apocalípticos de Antena 3 y Telecinco, dejaron hace tiempo de seguir la actualidad en la pública. Es incomprensible que un Telediario que puede juntar en un directo a Ana Blanco, Carlos Franganillo y la propia Bosch se haya desangrado en audiencia. A eso también habría que buscarle el contexto.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Sobre la firma

Más información

Archivado En