Crecer dentro del fenómeno global ‘Stranger Things’: “Lo llevamos bien, con terapia”
La serie ha estrenado el 1 de julio en Netflix los dos últimos capítulos de su cuarta y penúltima temporada
Cuando Stranger Things se estrenó en 2016, Millie Bobby Brown tenía 12 años. Gaten Matarazzo, 13, los mismos que Finn Wolfhard. Caleb McLaughli había cumplido 14. Par...
Cuando Stranger Things se estrenó en 2016, Millie Bobby Brown tenía 12 años. Gaten Matarazzo, 13, los mismos que Finn Wolfhard. Caleb McLaughli había cumplido 14. Para todos era su primera gran producción. Ahora superan los 18 años. McLaughli ha llegado a los 20. Todos han crecido mientras trabajan en una de las series más conocidas del planeta: con su cuarta temporada, se ha situado como la serie en inglés más vista de todo Netflix (según los datos que proporciona la propia plataforma). El viernes 1 de julio estrena los dos últimos episodios de esta cuarta y penúltima temporada.
“Lo llevamos bien, con terapia”, dice Finn Wolfhard cuando se les pregunta cómo lidian con la fama. “Trabajar ha sido nuestra terapia”, completa Millie Bobby Brown a la pregunta de EL PAÍS durante una visita virtual al rodaje de la serie en junio de 2021. “No cambiaría mi vida por un segundo. Doy gracias a Dios cada día por lo que hago”, continúa Wolfhard. “Estoy de acuerdo, somos extremadamente afortunados de tener esta oportunidad. Yo me estoy centrando en ser agradecida por todo lo que tengo y la plataforma que se me ha dado”, vuelve a tomar la palabra Brown. “Tanto yo como el resto de los actores jóvenes de la serie tenemos nuestros problemas, todos tenemos nuestras cosas. Finn y yo, por ejemplo, hemos tenido que tratar mucho nuestra ansiedad, es algo que siempre nos ha unido. Claro que tenemos nuestras cosas, pero siempre es bueno tener la oportunidad de hablar con gente que está pasando por exactamente lo mismo que tú. Nos ha unido más el tenernos cada uno al otro, alguien en quien poder confiar y apoyarte”, continúa la intérprete de Once en la ficción.
Siempre es bueno tener la oportunidad de hablar con gente que está pasando por exactamente lo mismo que túMillie Bobby Brown
La fama no parece haber afectado mucho al día a día de la vida de Gaten Matarazzo, Dustin en la serie. “Especialmente cuando vuelvo a mi casa en Jersey, es como estar en una burbuja en la que no mucha gente habla de esto. Yo solo voy al trabajo y ya está. Pero cuando salgo de allí y vengo a trabajar a Atlanta y sales en público y te reconocen, es algo a lo que creo que estamos empezando a acostumbrarnos ahora”, explica el actor. “En realidad no afecta a vida diaria, más allá de que gente que no conoces de nada sabe quién eres y te reconoce por la calle. En realidad es bastante guay, porque ves cómo mucha gente conecta con la historia y la disfruta, y muchos se sienten identificados contigo. Es algo a lo que es difícil acostumbrarse, yo todavía no lo he hecho, no sé si lo haré algún día. Pero es muy interesante y una experiencia muy, muy guay”.
Maya Hawke (23 años), que interpreta a Robin en la ficción, ha vivido la fama de cerca en su familia con sus padres, los actores Ethan Hawke y Uma Thurman. “Lo maravilloso de estar en Stranger Things es que todos nos llevamos genial y que a todos nos gusta muchísimo la serie. Y ser reconocido por algo que puedes respaldar es mucho mejor que al contrario, que todo el mundo te conozca por, no sé, algo muy vergonzoso que hiciste o de lo que no estés orgulloso”, reflexiona. Priah Ferguson, Erika en la ficción, tiene ahora 15 años, pero cuando apareció por primera vez en Stranger Things tenía solo 12. “Yo aún voy al colegio, y ninguno de mis amigos habla sobre la serie. Creo que es porque me conocen desde hace años y solo saben que esto es algo que hago. Ahora voy a empezar el instituto y supongo que ahí la serie es más popular que en el colegio. Pero todavía mantengo una vida muy normal. También es que mi pelo es muy diferente al que llevo en la serie, probablemente la gente no me reconoce”.
Hawke se incorporó a la serie en la tercera temporada con un personaje que se convirtió rápidamente en uno de los favoritos de los fans. “Trato de mantenerme al margen de las reacciones que provoca, porque soy muy sensible y me afecta mucho cuando son negativas, así que procuro no leer ni lo bueno ni lo malo, solo hago mi trabajo sin que me influya si a la gente le gusta o no. Pero sí sé que la respuesta de los espectadores ha sido muy positiva. Me encanta interpretar un personaje LGTB como Robin, que no está definido por su identidad sexual, su trama no es una historia LGTB. Solo es una historia de aventuras como la del resto, la homosexualidad solo es un aspecto más de su personalidad”, cuenta la actriz.
Me encanta interpretar un personaje LGTB que no está definido por su identidad sexualMaya Hawke
En la temporada actual se incorporaron Eduardo Franco y Joseph Quinn para interpretar al repartidor de pizzas Argyle y al líder del club Fuego Infernal del juego Dragones y Mazmorras, Eddie Munson. Ellos, como ya hizo Maya Hawke antes, se subieron en marcha a un tren tremendamente exitoso. “No sé ni cómo explicar la sensación de llegar aquí. El camino fue como un viaje que parecía muy lejano y con el que soñabas”, dice Franco. “Es como que te hubiera tocado la lotería, llegar a una serie de este calibre y con una base de fans tan leal”, completa Quinn.
Todos ellos viven con la serie un viaje a unos años ochenta que no conocieron. Para los más jóvenes, un walkman o un teléfono góndola son artilugios de otro siglo que no habían tocado hasta que llegaron a Stranger Things. Es posible que ni siquiera pisaran un videoclub, uno de los espacios en que transcurre la acción en la cuarta entrega. Pero para Finn Wolfhard, lo más extraño de los ochenta eran los peinados. “No puedo creer que fueran así. Y aquellos vídeos musicales rarísimos”, dice el actor. Millie Bobby Brown toma la palabra para continuar: “En la tercera temporada, la habitación de Once estaba llena de fotos polaroid. Me encantó y ahora es algo que también hago yo. Cuando rodamos la primera temporada yo tenía 11 años y estaba todo el rato preguntando qué es esto o qué es aquello. Mi padre no podía creer que no supiera qué era una grabadora, así que me compró una y, por supuesto, me encantó. Es normal, nací en 2004, no tenía ni idea de qué eran esas cosas”.
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